jueves, julio 03, 2008

Mens sana in corpore lamentabili


De ordinario, se afirma la conveniencia de acompañar un notable esfuerzo intelectual con una generosa dosis de actividad física. La idea estriba en compensar el uno con la otra y, de tal modo, obtener un desarrollo armónico y equilibrado de la persona integral. Mens sana in corpore sano, que dirían los latinos.

En observancia de tan sabios consejos he inaugurado esta mañana mis sesiones estivales de natación y me hallo en situación de afirmar, sin asomo de dudas, que, de subir al cuadrilátero mi cuerpo y mi mente, la segunda le salta las muelas al primero antes de llegar al segundo asalto.

Y eso, con el cerebelo atado a la espalda.
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13 comentarios:

Anónimo dijo...

ESo pensé yo el otro dia que fui a la piscina.
Antes tenía muchas más cosas más duras que la cara.
Gravedad, hija de p....!!!!!!!!!!!
Vaya, algo me dice que he debido esconder mi identidad.

Ignacio dijo...

Lección gratuita.

Nunca te infravalores: te leen mujeres, y son muy susceptibles a la publicidad, véndete como algo más apolineo.

Segunda:
nunca le digas al enemigo tus puntos débiles.

Tercera:
No supervalores tu intelecto, aunque tal como defines tu cuerpo, mas bien andas al nivel de Pepiño el de los palotes.

cuarta:
Que te leen un par de comentaristas que las veo interesadas en ti, dales motivos para soñar, hombre.

Y no dejes de estar ahí, simepre es un placer leerte.

Anónimo dijo...

Capitán, honey: con mi mente y con tu cuerpo conquistaremos el mundo... ¿O era al revés? Bueno, cuando nos pongamos a conquistar ya decidimos sobre la marcha quién pone qué.

PRIMAVERITIS dijo...

Consuélate, cuando leas esto dentro de cinco años te reirás,
te reirás de tu concepto actual de corpore lamentabili.

Esther Hhhh dijo...

Uys Capi, al tipo de la foto lo vi yo por Grecia, hará unos añitos, en el museo en el que habita, jejeje.. Y estaba igual de cachas, eso sí, pobre, ya estaba manco de las dos manos por aquel entonces, angelito, con lo mono que es... Claro que a mí me gustó más un tal Marco o algo así, un tipo que en escultura se le veía guapísimo de la muerte, genitales incluídos (yo no sé, pero en Grecia la standard era algo peque, así entre nosotr@s). Lástima que era algo gay, de hecho, era el amante del escultor en cuestión que, loco perdido por él, decidió inmortalizarlo en ese peazo escultura... Y 2000 años y pico más tarde, le veo y me enamoro, aish, que injusta es la vida...

Pero bueno, eso fue hace años, volvamos al tema que nos ocupa:

Capi, vos lo que pasa es que dedicáis mucho tiempo a la mens. Yo creo, así entre nosotr@s y ahora que nadie nos lee, que no deberíais preocuparos. Siendo como sois un tipo sanote, que bebe más bien poco (¿no?) y fuma nada (ahora es cuando me decís que sois fumador de paquete y medio al día) y teniendo en cuenta la sana alimentación que os ofrece vuestra amantísima madre, francamente, Capi, yo creo que en unos días de sesiones intensas de piscina, más algún que otro partidito de tenis con vuestro hermano, y en nada volvéis a ser el Clark Kenn al que nos teneís acostumbradas... Bueno, mejor al Superman, porque claro, Clark era la imagen débil de Superman ¿no?... Bueno, vos me entendéis.

Besitos dulces Capi, para consolar vuestra pena

Ginebra dijo...

Lo normal sería decirle que eso de que su mente le dé sopas con honda al cuerpo es bueno y tal pero como esta mañana me he pasado 20 minutos (lo que dura el trayecto de mi autobús) contemplando a un ejemplar de macho guapísimo con cuerpo digno de exhibición y me he descubierto casi salivando... ponga su cuerpo al nivel de la mente, que es lo mejor.

Achab dijo...

Criaturilla:

No me seas llorona, que yo sigo mirándote el trasero y está estupendo.

Ignacio:

Tranquilo, si esto va mejorando.

Glenclous:

¿Qué tal si hacemos un combinado?

Primaveritis:

No creas, he observado un curioso procedimiento en mi persona: envejezco al revés.

Esther:

Por de pronto hoy he podido hacer largos todo el tiempo presupuestado. Tiempso lamentables, pero por lo menos he aguantado.

Ginebra:

A ello voy.

Anónimo dijo...

¿Un combinado? Estupendo. Cosmopolitan, por favor.

(ups, creo que después de esto me tocará poner el cuerpo...)

Quebienmesuenatunombre dijo...

Hola. Como defensor teórico de ese lema de la mens sana in corpore in sepulto, y practicante de un monodeporte, he de decir y digo, que es más facil que alguien que en potencia sbe que debe practicar deporte, no para estar bello, sino para estar sano, es más apto a llegar a vivir cien años con calidad d vida, que aquellos otros guaperas de vientres o barrigas como tablas de hacer la colada, pero que, con el tiempo se dejan llevar por la obsesión de tener un cuerpo 10, mientras la mente se les queda a la altura de una pulga. El problem de la mente, es que las neuronas como no las pongamos a hacer deporte se atrofian inmisericordemente, mientras el sistema muscular se atrofia, se llena de grasas, pero siempre, con voluntad se puede mejorar.
Es sólo mi opinión. Además, ahora a las niñas jóvenes, les gustan los niños gordos, barrigones, llenos de grasas por tos lados, y con un papi que le provea la cartera de billetes. En resumen, no hace falta tener un cuerpo 10 para atraer a una chica 10. Ellas se las valen sólas para compensar carencias o niveles idóneos, pero claro, siempre a precios inasequibles. Cuanto más inasequibles, menos cerebro tendrán ellas y mas cachas estarán. En el termino medio abunda la virtud. Lo demás es sólo viruta. Un saludo.
Pd.: tengo el ánimo de leerme Mobi Dyck, pero me gusta tanto la prosa de esa novela sobre la mar, que apenas leo dos lineas de vez en cuando, para que no se me acabe en 100 años.

Achab dijo...

Glenclous:

Da igual. Lo haremos de todos modos.

Jack Blake:

Yo tenía el ánimo de ocntestarle, pero me ha dado pereza al final.

Gato dijo...

Huy, capitán. 31 años tengo yo, y una forma física que he decidido copiar a Nayuana y aprendo aquagym en su piscina. Te pones un churro a modo de caballo y pedaleas. Y todavía pierdo el aliento...

Achab dijo...

Gato:

Pues suena divertido.

lacubanadeldíatalylahoratal dijo...

Le queda el consuelo de que poder contar siempre con algún argumento ingenioso para convencer al(la) indiscreto(a) (que se ríe nada más encender la luz) de que la belleza física es relativa...