sábado, julio 08, 2006

De los felinos y su sexo

Hubo un tiempo en que los naturalistas, como todo quisque, aprendían latín y griego en la escuela. Supongo que de ahí viene la costumbre de calzarle a los bichos nombres latinos o griegos. Es ésta una sana costumbre. Además y en general, dichos nombres respetan la gramática y todo. Digo "en general" porque los felinos están gafados. Tirando de memoria hay dos con graves problemas de identidad sexual: el leopardo y el lince ibérico.

De los problemas sexuales del lince son inocentes los pobres biólogos. La culpa la tienen los romanos por indecisos. En un principio, los habitantes de las siete colinas no tenían palabra para el bicho, se ve que el clima no le probaba, así que le mangaron la palabra a los griegos: lynx -is, tercera declinación. El problema es que la palabra en sí no daba muchas pistas para descubrir su género y los romanos no tenían una Academia de la Lengua para discutir esas cosas. Se conoce que estaban muy ocupados apostando en el circo. En consecuencia le calzaron el género a ojo: unos prefirieron el masculino, como el gato, supongo que por ser carnívoro feroz y lucir patillas y barbita, otros el femenino, como la pantera, por ser esquivo, sinuoso y vestir abrigo de pieles en plena Bética.

Con este lío se encontraron los naturalistas cuando decidieron llamar a la variedad ibérica del animalito "lince parduzco", ya que si el lince resulta ser nene se dirá Lynx pardinus pero si es nena le tocará llamarse L. pardina. Las dos alternativas llevan siglo y medio conviviendo si no pacíficamente, con paritaria repartición. Libros he visto que le cambian el sexo al bicho a cada página. Hasta que se aclaren yo me quedo con el femenino, que me suena mejor.

Pero para grave lo del leopardo (Panthera pardus) y de esa son inocentes los romanos. Los ciudadanos del imperio conocían bien al bicho, el cual resultaba muy apreciado por el estilo y desenvoltura con que jalaba cristianos crudos, y lo llamaban panthera, a secas, en femenino y sin complementos. Pues bien, andaba Linneo poniendo nombre a los grandes felinos cuando el sabio sueco se sacó de la peluca el cruel anacoluto de marras, dura patada en los bajos de la concordancia de géneros. Se ve que tenía la tarde tonta. Desde entonces, el animalito se llama "la pantera pardo", que es como "La Pantera Rosa" pero en travesti.

Hombre no te digo yo que el bicho no resulte un poco ambiguo con esos andares sinuosos, ese abriguito de pieles y esa mala leche reconcentrada, pero cambiarle el sexo sin permiso me parece feo. Esas cosas se preguntan.

6 comentarios:

qelena dijo...

Zenkius miles, Capitán. Y lo gafapástica que voy a quedar yo ahora entre mis ambientalitos cuando surja la discusión...

Misia dijo...

Pero, pero... ¿¿quién es usted y qué enciclopedia se ha tragado?? ;)

El resto de opositores deben de estar temblando, sabiéndose como el lince, al borde de la extinción.

Anónimo dijo...

Pues yo, si no hay más remedio y me tienen que cambiar de sexo (por dios, la lobotomía con anestesia, tened piedad), quiero ser tú.

Que bueno eres, jodío...

Anónimo dijo...

Capitán, hamuerto en acto de servicio uno de los nuestrros en Afganistán. ¿Tocará ésta noche la campana del barco en su honor? O no importa.

Alfor dijo...

¿Y no es uno de esos casos en que las palabras en masculino terminan en -a, pero siguen siendo masculinas y, por tanto, deben tener los adjetivos concordados debidamente en masculino? si la memoria no me falla, era palabras como "incola", "nauta", "pirata" y alguna otra que se me ha olvidado. Digo yo que Linneus debió pensar que era uno de esos casos (no sé si se equivocó o no, sólo pregunto).

Por lo demás, enhorabuena por el blog. Usted sí que es un lince...

Achab dijo...

Elenita:

Eso, a aprovechar la situación.

Misia:

Bah, para la oposición se encesitan otras virtudes de las que ando más falto. Pero como soy terco como una mula acabaré aprobando.

Eride:

No lo haga, señorita: se rumorea por ahí que su sexo actual se le da bastante bien.

Anónimo:

La campana ha doblado como es debido. Alguien que muere por intentar llevar un simulacro de civilización a Afganistán merece todos mis respetos.

Alf:

Brillante intuición, pero no: panthera en latín es femenino, como en castellano.

Pero probablemente ese fue el orígen del error de Linneo: hay un ramillete de palabras en la primera declinación (generalmente de origen griego: como pirata o nauta) que son masculinas por referirse a oficios u ocupaciones mayoritariamente masculinas.

Como usted, supongo que el sabio sueco pensó que panthera, que también es préstamo griego, era una de ellas.

Por cierto y en su honor voy a pergeñar una entradita nueva sobre los piratas, que tienen también su divertida etimología.