Hace una semanas un pelotón de soldados del ejército suizo, que no sólo está integrado por navajas multiuso, se despistó durante unas maniobras internándose medio quilómetro en el vecino principado de Liechtenstein. Cuando los suizos se percataron del error, dieron media vuelta y, muy educaditos que son, se disculparon por carta.
La reacción del ministro del interior liechtensteinense fue admirablemente civilazada. En síntesis dijo que gracias por avisar, porque no se habían dado cuenta. Normal, teniendo en cuenta que en Liechtenstein lo más parecido que tienen a un tanque es una vaca lechera no es cuestión de ponerse farrucos con los suizos. Las navajas suizas tienen hasta una lima de uñas y eso, en manos expertas, es de un peligroso subido.
En cambio, en Irán, donde hay menos vacas y más ejército, para casos de este jaez exhiben una mala leche considerable. Sin ir más lejos, el otro día echaron mano de unos marineros británicos que andaban peligrosamente cerca de la frontera (a uno u otro lado, que eso aún se discute) y se los llevaron prisioneros a Teherán.
Luego sí que hubo carta. Claro, que no al modo suizo: en Teherán las autoridades están demasiado ocupadas liándose el turbante y criando átomos furiosos. Menos mal que una de las prisioneras "decidió" escribir una carta "espontánea" a su familia en que admitía haber entrado ilegalmente en territorio persa y se disculpaba por ello.
La carta, una joya de improvisación y candor, contenía párrafos tan espontáneos como el siguiente:
"La gente es amistosa y hospitalaria, muy comprensiva y agradable. He escrito una carta al pueblo iraní para disculparnos por entrar en sus aguas. Por favor, no os preocupéis conmigo, soy fuerte. Esperemos que no pase mucho tiempo antes de que vuelva a casa para el cumpleaños de Molly con un regalo del pueblo iraní."
Sin embargo, ¡fíjense cuánta maldad!, los británicos han sospechado que tanta mención al "pueblo iraní" no revela solidaridad intercultural sino la presencia de un funcionario persa dictando a la oreja. ¡Paparruchas! Lo que pasa es que los mandamases británicos son unos estirados que de tanto estudiar en Oxford y leer a Shakespeare han perdido contacto con el habla de la calle. Lo normal, en cualquier urbe británica es saludar a los paisanos con un amistoso: ¡Saludos del y para el pueblo iraní!, despedirse con un "hasta que el pueblo iraní quiera" y declararse amor eterno "con el permiso y consentimiento del glorioso pueblo iraní".
Va a ser por eso que las series españolas son tan poco creíbles... capítulos enteros que se pasan sin mencionar al pueblo iraní, los muy inconscientes.
viernes, marzo 30, 2007
El guionista iraní
jueves, marzo 29, 2007
La apasionante e intrigante vida sexual de John Ruskin
miércoles, marzo 28, 2007
Amor, electrónica y animales
martes, marzo 27, 2007
De literatura y buenos sentimientos
El bueno de François no debió ver muy claro que aquella fuera la solución más conveniente y, contra el consejo de su carcelero - "mire usted, señor don Francisco, conociéndole como le conozco de anteriores estancias en este calabozo, suerte tiene de que sólo vayan a colgarlo"- apeló. El recurso salió bien, el poeta lo festejó en verso -"Que vous semble de mon appel, Garnier ? Fis-je sens ou folie ?" (1)- y salió por patas de París para nunca más volver.
El dramaturgo inglés Christopher Marlowe tal vez sería, de no haber nacido Shakespeare, el más talentoso escritor de la escena renacentista inglesa. Pero en lo que nadie podría hacerle sombra a este caballero es en la competición por tener la vida más sórdida del panorama literario anglosajón. Con una sexualidad a medio camino entre lo excesivo y lo patológico, un más que probable empleo de espía a tiempo parcial, la vida de Marlowe, traidor por diversión y dinero, pendenciero, ateo, bebedor, homosexual, pederasta -"all they that love not tobacco and boys are fools"(2)- y sádico, fue tan exuberante, fascinante y oscura como sus mejores tragedias. Eso sí, fue considerablemente breve. Unas cuantas puñaladas le pusieron fin el 30 de mayo de 1593. Marlowe acababa de cumplir 29 años.
Cuando el poeta francés Arthur Rimbaud (1854-1891) se aburrió de escribir versos eligió el tráfico de armas y esclavos como alternativa laboral. Sus compatriotas Luis-Ferdinand Céline (1894-1961) y Lucien Rebatet (1903-1972) fueron, además de excelentes literatos, rendidos admiradores del nacionalsocialismo alemán y notorios colaboracionistas durante la ocupación de su país. El norteamericano Ernest Hemingway (1899-1961) presumía, por su parte, de haber matado a sangre fría a prisioneros desarmados durante la Segunda Guerra Mundial. A modo de justificación o balandronada, el entusiasta matador de animales y humanos añadía "ninguna caza es tan apasionante como la caza del hombre".
Ya ven ustedes que la buena literatura anda plagada de sentimientos caritativos, piadosas intenciones y actos meritorios. De ahí que no me escandalice mucho porque Almudena Grandes, (1960-?) diga en el acto de presentación de su última novela que, cada mañana, fusilaría de buen grado a un par de tipos cuyas voces le desagradan.
Admito que, con dos ejecutados por desayuno, da para muchos muertos (así a bote pronto, de seguir sus impulsos, llegaría a los 10.000 cadáveres antes de jubilarse), pero, comoquiera que la moza deja dichas ejecuciones en hipótesis y no se anima a cargar la escopeta, mucho me temo que aún le queda largo trecho para aproximarse a la bajeza moral y afición criminal de los antedichos escritores.
De todos modos, doña Almudena, no se aflija, que no es necesario esforzarse en acortar tales distancias. Con recortar el trecho que en talento le sacan ya tiene usted tarea para rato.
Además que, si lo logra, ya verá qué contenta y satisfecha se levanta cada mañana. Lo mismo se le quitan las ganas de apiolar maromos y todo.
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(1) "¿Qué te parece mi apelación, Garnier? ¿Fue sensatez o locura?"
(2) "Aquellos que no gusten del tabaco y los muchachos están locos"
lunes, marzo 26, 2007
Porteros, portales y demás rarezas
Volvía yo hacia mi casa, cuando observé que, en un edificio vecino, el portero colocaba un cartel en el cristal de su portería. Uno, que es muy cotilla, se acercó a ver qué mensaje lanzaba el empleado al mundo exterior y leí el enigmático y gnómico comunicado siguiente:
"Las llaves torcidas no abren la puerta."
Una de dos, o mis vecinos han contratado a William Blake para que les vigile la finca o al final va a resultar que no tengo empleado al portero más enloquecido del barrio.
Total, el mío, aparte de pelearse con los repartidores de pizza, atacar a los jovenzuelos botelloneros con una estaca de madera, gritar por las escaleras que quiere ganar 2000 euros al mes, darme consejos delirantes sobre el modo adecuado de corrrer, nadar o jugar al tenis, comentarle a mi asistenta sus experiencias de lupanar, enseñarle a mi cuñada sus dientes postizos y limpiar los sillones con el mocho de fregar el suelo es un hombre de lo más normal.
domingo, marzo 25, 2007
La madre que parió al caníbal
Mansión Achabiana. Sábado 23:00 h. El capitán regresa al hogar después de ver la precuela de la precuela de "El Silencio de los Corderos". Sus progenitores, muy bien educados, le inquieren sobre sus ocios:
- Hombre, Achab, si ya has vuelto del cine. ¿Qué has visto?
- La de los años mozos de Aníbal el Caníbal.
- Hmmm... ¿y qué tal?
- Pues verás, después de verla, Aníbal ya no te parece tan malo.
- ¿Porque le comprendes?
- No, porque lo comparas con el guión.
Coda:
Mira que el caníbal es malo, pero la película es peor.
viernes, marzo 23, 2007
Anuncio por Palabras
- Ama: disciplina inglesa
- Sumiso: fiscal español
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C / Justicia, sin número, sin razón, sin esperanzas.
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P.D. Si tiene un rato libre, pásense por la página del señor García Amado. Tiempo ha que no estoy tan de acuerdo con las palabras de otro.
jueves, marzo 22, 2007
Madre Naturaleza sólo hay una y al oso lo encontramos en el circo
En un circo de la antigua República Democrática Alemana estaba empleada una osa llamada Tosca. La osa, pese a lo que uno pudiera esperar por su nacionalidad, no era roja sino blanca. Ignoro qué clase de números ejecutaba Tosca en la pista -¿devorar esquimales capitalistas?-, pero caído el muro se quedó sin trabajo. Las autoridades, muy consideradas, le buscaron hueco en el zoo de Berlín y allí la pusieron a procrear.
No resultó ser una idea demasiado brillante. Se conoce que la apropiación del fruto de su trabajo por el Estado había alienado al bicho en la mejor tradición marxista y le había incapacitado para multiplicar responsablemente el número de los osos. En consecuencia, cada vez que la bicharraca pare, abandona a sus hijos.
El veterinario del zoo, preocupado por la supervivencia de los animalicos, ha intentado criar con biberón a las dos bolas de pelo que integraban la última camada. Su suerte, sin embargo, ha sido dispar. Uno de los cachorros falleció, el otro, llamado Knut, ha cumplido cuatro meses, está más guapo que un San Luis de peluche y se ha convertido en la mascota oficiosa del lugar.
¿Final feliz? Pues no para todos. Al parecer, varias asociaciones ecologistas han solicitado que se sacrifique a Knut de inmediato. Arguyen que el animal, criado de manera antinatural por humanos no será nunca un oso normal, querrá jugar con la gente en vez de comérsela y adolecerá graves problemas de integración en la sociedad plantígrada y que, en consecuencia, para ahorrarle el trauma, lo mejor es una inyección de veneno. Uno de los susodichos ecologistas, un tal Frank Albrecht, ha añadido, palabra arriba palabra abajo, que si la osa lo ha abandonado es que la Naturaleza así lo quiere y que es conveniente seguir su voluntad.
¡Hay que fastidiarse! Se tira la Madre Naturaleza millones de años sin decir ni pío, al fin se decide a hablar, convoca a un destacado ecologista, abre el pico y... ¡le dice que se cargue a un oso!
No me extraña que los protozoos de ayer anden en huelga de cilios caídos. Con una madre tan cafre el trauma tiene que estar casi asegurado. Como diría el bueno de Falstaff, "es como para acabar con la lujuria y el trasnochar en todo el reino".
En el Reino Animal, se entiende.
miércoles, marzo 21, 2007
Sexo, protozoos y códigos civiles
Publicaba ayer ELMUNDO (edición digital) una curiosísima noticia zoológico-sexual bajo el intrigante titular siguiente:
"Hallan una especie que ha sobrevivido 40 millones de años sin relaciones sexuales"
Seguro que están preparando oposiciones, los pobres.
martes, marzo 20, 2007
¡Pelea, pelea!
Ayer, en las puertas de la Academia se desencadenó una vistosa y entretenida pelea callejera. Comoquiera que los sufridos opositores la contemplamos encuadrada por el cristal de la fachada, la trifulca casi adquirió un carácter de espectáculo coreografiado, tragedia griega o ballet clasicista.
Tras sonar la obertura -acorde mayor de cláxones y pitos- entró por un lateral un esbelto muchachuelo melenudo, a medio camino entre el príncipe de las galletas y un suscriptor del Zutabe. Mientras caminaba de espaldas, el recién llegado imprecaba con admirable coordinación a un interlocutor invisible, el cual resultó no ser una poderosa deidad olímpica, sino un robusto obrero, que, vestido con su correspondiente mono azul, respondía a cada imprecación con enfurecidos ademanes. Tras una breve pausa, los dos combatientes se aproximaron con solemnes y medidos pasos, el obrero agarró al mozalbete del cuello y quedaron paralizados en tan emocionante y bélica posición.
Sin embargo, la realidad, más amiga del sainete mesetario que de la tragedia clásica, no podía permitir tanto aticismo en el centro geográfico de la España cañí. No se sabe de dónde, aparecieron dos hembras de la especie que, entre furias y bacantes, comenzaron a apostrofar al inmovilizado jovenzuelo con los más gruesos epítetos.
Cuando las dos euménides se hubieron despachado a gusto, el obrero -¡oh, Polinices de los Andamios, Eteocles de las zanjas!- arrojó de un fuerte pero elegante empujón al vencido contrincante, que de modo tan poco lucido abandonó la escena. El vencedor, a su vez, contento de su proeza, hizo mutis por el foro.
Por bien rematar el espectáculo, la más joven de las matritenses furias, ocupó el proscenio y, volviendo su vista al lateral por el que salió proyectado el mozuelo, proclamó:
- ¡Y a ver si hablamos bien, gilipollas!
¿No les decía yo que la realidad es más bien de sainetes?
lunes, marzo 19, 2007
Comment Parler des Livres que l’on n’a pas Lus
Parece ser que un tal Pierre Baynard, un sesudo profesor francés de 52 años ha escrito un libro titulado "Cómo hablar de libros que no se han leído". Admito mi desconocimiento casi total del contenido de dicho libro, pues no tuve conocimiento de él hasta que ayer lo mencionaron en un suplemento dominical. De todos modos, creo poder suponer don Pierre no iba a tener el cuajo de censurar que le dedique esta entrada. Si me apuran, es un consecuente homenaje a su creación literaria.
Comencemos por reconocer las culpas propias. Yo lo he hecho: he comentado, disertado, criticado y analizado libros de los que no tenía conocimiento cinco nanosegundos antes de comenzar la discusión. Es ésta una actividad un pelín arriesgada pero sumamente divertida. Recuerdo una amenísima discusión de media hora sobre un novelón decimonónico que yo no había leído y que mi interlocutora de aquella velada apreciaba considerablemente. No escapé mal de la ordalía, pero, por si volvía a mencionárseme el mamotreto, lo busqué al día siguiente y me lo embaulé a la mayor brevedad. Para mi sorpresa, después de su lectura hubiera suscrito la mitad de los comentarios que hice. La otra mitad los hubiera encontrado aceptables, ingeniosos y constructivos a partir del tercer whisky.
En fin, volvamos al suplemento dominical. Después de una cuantas agudezas verbales, citas ilustres y pirotecnias narrativas, el autor del articulillo, en un momento de suprema inspiración se animaba a dar una lista de las obras con las que más se usa de dicha técnica. La encabezaba, cómo no, el Ulysses de Joyce, pero unos puestos más abajo, el listado continuaba con "Guerra y Paz de Fedor Dostoyevsky" (¡¿cómo?!) y "Crimen y Castigo de León Tolstoi" (¡¿qué?!).
Una de dos, o era un ejemplo ilustrativo de la técnica expuesta o era el chiste más oblicuo y sutil de la historia de la prensa escrita.
En cualquier caso, la obra de un genio. Se lo digo yo.
domingo, marzo 18, 2007
Crítica de cine
En esta página no se pierde la tradición de hacer crítica constructiva. Las dos horas y pico de "El velo pintado" quedarán resumidas en una sola frase. Eso sí, como mi hermano está en el monte, mi madre tenía ayer más ganas de siesta que de cine y yo tengo la cabeza perdida en el Código Civil, los trastos de criticar han pasado a manos de cierta rubia señorita que ustedes ya se recelerán. Su notable contribución a la crítica fílmica ha sido la siguiente:
"La película está muy bien interpretada: el feo hace muy bien de feo."
Razón no le falta: el tipo lo borda.
P.D: El chino muerto de cólera también resulta muy creíble, no sólo como chino sino también como muerto. Además, Edward Norton interpreta convincentemente a Edward Norton, cosa que no siempre pasa.
viernes, marzo 16, 2007
Ceros a la izquierda
Recuerdo un chiste de mi infancia en el cual dos individuos conversaban de la siguiente manera:
- ¿Sabías que, según las estadísticas, la mayor parte de víctimas en accidentes de tren viajaban en el vagón de cola?
- ¡Caramba! ¿Y por qué no lo suprimen?
La chanza me ha vuelto hoy a la cabeza mientras veía el Telediario. Al parecer, a partir del próximo curso, se eliminará el cero de las notas finales que a nuestros alevines de antropopiteco se impongan, las cuales habrán de ser expresadas mediante guarismos comprendidos entre el 1 y el 10.
Un responsable explicaba tan singular medida:
- "El cero estigmatiza al alumno. Además, en un sistema de evaluación continua ya el simple hecho de haber acudido a clase debe ser evaluado como un aprendizaje valioso. Un cero o, si me apura, un uno también es una sanción que no tiene justificación en una sociedad moderna."
Le dan cinco minutos más para explayarse y concluye que el dígito cero no fue invención hindú o maya, como piensa el común de los mortales, sino que lo pergeñó Franco con ánimos represores.
Pero fuera culpa de Franco o de los brahmanes -cualquiera se fía de Gandhi después de esto- ya era hora de acabar con semejante abuso pedagógico, causa última de todos los males de la infancia local. ¿Que nuestros muchachos son los mayores zotes y más insignes tarambanas de la Europa Occidental? Pues nada, suprimimos el cero y ya está.¡Hurra por las medidas imaginativas! Lo raro es que no hayan dispuesto que las notas hayan de expresarse en múltiplos de mil para que suba la media. Se conoce que lo reservan para otro año.
En fin, ahora, a por el vagón de cola.
jueves, marzo 15, 2007
Calvicies
La calvicie ha tenido, por lo común, mala prensa. Quitando a Sinesio de Cirene, que en el siglo IV escribió un jocoso "Elogio de la Calvicie" y al tipo del anuncio de la Coca-Cola -"¡Que levante la mano el que se afeitó la cabeza para parecer sexy porque se estaba quedando calvo!"-, los varones alopécicos han evidenciado secular tendencia a esconder sus calaveras mondas.
En ocasiones, el prestigio del repelado ayudaba a su propósito. Julio César lucía de continuo su corona de laurel no por ufana exhibición de su triunfos sino por vergonzosa ocultación de su rala coronilla. Cayo Calígula, menos dado a sutilezas, ordenó que se ejecutara a todo aquel que se asomara a un balcón mientras paseaba su calva imperial.
Pasado el tiempo de los emperadores mondos, los escritores satíricos tomaron el relevo. Entre los nuestros nadie fustigo calvos con más diligencia que el melenudo Quevedo. En uno de sus romances, distingue los varios linajes de calvas que el mundo pueblan para después señalar uno de ellos como especialmente pernicioso:
Vamos, algo así como Iñaki Anasagasti con gorguera. Sin embargo ayer estaba escuchando unas declaraciones del ministro de Justicia cuando, al agacharse por unos documentos, observé la peculiar configuración de su cráneo, en el cual alternaban triángulos fértiles con otros yermos. Dado que, ni Sinesio, ni Quevedo, ni cualquier otro autor catalogan tan sorprendente especie de mollera, me arrogo el derecho de nombrarla. Con ustedes, la calva tablero de backgammon.
Señor ministro, ¿no preferiría usted probar con la coronita de laurel?
miércoles, marzo 14, 2007
Pintando santos
- Al escultor griego Fidias le armaron un pollo considerable por retratarse a sí mismo en el escudo de su gigantesca Atenea Parthenos -curiosamente nadie le reprochó que grabara el nombre de su efebo particular en el meñique del gran Zeus crisoelefantino de Olimpia-.
- Quince siglos más tarde, Miguel Ángel la armó buena por pintar un Cristo lampiño y en pelotas en la Capilla Sixtina.
- Unos años más tarde, Caravaggio empleó a una prostituta ahogada como modelo para la "Dormición de la Virgen". Cuando algunos reconocieron la cara de la modelo -y tuvieron el cuajo de admitirlo- también se lió la del pulpo.
Por estos pagos, sin embargo, los artistas tenían más costumbre de acomodarse a los cánones ortodoxos de representación -que la Inquisición no se aboliera hasta 1834 debió ayudar lo suyo. Sin embargo, la costumbre se está perdiendo. Por tierras extremeñas anda un fotógrafo que, para ser original, ha convertido en marca de la casa y seña de identidad de su trabajo la representación de figuras relevantes de la iconografía cristiana en poses sexuales explícitas -con Mahoma, miren que curioso, no se atreve. Inexplicablemente, al chaval no le va mal: vende sus originales - ¿quién demonios querrá colgar un San Roque zoófilo en su casa?-, le organizan exposiciones y le pagan subvenciones generosas.
Pero lo más curioso del caso es que en uno de sus deliberados intentos de provocar, el artistilla de turno ha representado a un crucificado completamente desnudo que, lógicamente, exhibe ante el espectador sus descubiertos genitales. ¿Original? Pues miren, no. Resulta que la crucifixión, además de un bárbaro y cruel sistema de ejecución era, a su vez, un deliberado ritual de humillación pública. Parte irrenunciable de él era la desnudez integral del condenado. Vamos, que el fotógrafo ha querido ser único y le ha pisado los derechos de autor a un romano muerto.
¿Ven lo que quiero decir cuando afirmo que para ser original es preciso instruirse? ¡El disgusto que se va a llevar el artista cuando se entere! Seguro que en la próxima exhibición, crucifica a su modelo disfrazado de sargento de granaderos.
martes, marzo 13, 2007
Mitopoyesis
Los antiguos griegos tenían bastantes dioses repetidos. Por ejemplo, tenían dos dioses-padre - Cronos y Zeus- y dos dioses solares - Hiperión y Apolo-. No parece que fuera problema de inventario o despiste. Los griegos eran dejados, pero no tanto. La solución probablemente es más complicada: comoquiera que estas duplicidades divinas solían venir acompañadas de una historia en la que un dios breaba al otro para quedarse con su ofico, cargo y atribuciones, y que en la mayor parte de los casos sólo un miembro de la pareja tiene nombre indoeuropeo, los mitologistas más clásicos concluyeron que aquellas historias reflejaban la sustitución de los dioses originales del terruño por las deidades que los invasores aqueos se trajeron en el morral.
De este modo, cuando Zeus castraba a su padre Cronos(1) con una hoz de oro, se celebraba simbólicamente la imposición del belicoso dios celeste indoeuropeo (Zeus-Theos-Iove-Dios) sobre la precedente deidad pelasga. Cuando Hiperión, rebajado a la categoría de titán, se desmorraba Olimpo abajo acosado por las flechas de Apolo Pitio, tres cuartos de lo mismo.
Pues bien, a ver qué historia me invento yo ahora para acomodar en mi Olimpo particular al idolillo barrigón, sedente y de barro cocido que Starbuck me ha traído de Venezuela para que se dispute el gobierno espiritual de mi habitáculo con Osiris y Teo. No creo que el egipcio consienta en que le vuelvan a capar -cuando lo hizo su hermano Seth le perdieron el falo y eso encabrona considerablemente- y como despeñe a Teo de la estantería agujereo el parqué - que a Teo le dará probablemente igual, pero a mí no.
Mira que le dije a mi hermano que, de Venezuela, lo que debía traer era una Miss Universo. Pero nada, ni caso.
(1) Admito que en mi versión de los hechos, como bien ha notado el Sgto. Gorrión, me aparto de la narración de Hesíodo. En los comentarios justifico mi postura, pero es una gafapastada de tal calibre que lo mismo harían mejor en obviarla.
lunes, marzo 12, 2007
Guerra de Banderas
Atendiendo al pormenorizado relato del nunca bien ponderado viajero Mr. Lemuel Gulliver, los poderosos imperios de Liliput y Blefuscu entretenían sus ocios en abrirse la cabeza a cuenta de en qué extremo de los huevos cocidos debía romperse la cáscara. Aquí en España, que somos más de tortilla pero igual de peleones, recurrimos a otros expedientes para mentarnos el nombre del marrano. Sin ir más lejos, dos diarios digitales de numerosísima parroquia andan peleados tratando de determinar si la fotografía de un anciano con boina que porta una bandera rojigualda con águila de San Juan -ave que anidó en dicha enseña entre 1939 y 1981- pertenece a la manifestación de este sábado o, por el contrario, a la celebrada el 3 de febrero. Las consecuencias de dicha determinación deben de ser sumamente trascendentales, pues ambas publicaciones no ahorran energías en la contumaz defensa de sus posturas.
Servidor no acaba de entenderlo: yo pensaba que la existencia de ancianos con boina añorantes del difunto general ferrolano era un hecho científico sobradamente conocido, pero se ve que no: para la publicación del rincón izquierdo, el anciano de marras es una gravísima e inminente amenaza al orden constitucional existente; para la del rincón derecho, el vejete directamente no existe.
Yo no quisiera fastidiarles una pelea que tanto parecen disfrutar, pero ya que me traen las manifestaciones a casa y ojear humanoides es una de mis aficiones favoritas, aprovecharé para meter baza y envidar a grande, pares y juego:
- Grande. Es tontería gastar esfuerzos en negar que el sábado hubiera banderas con ave. Yo ví dos bajando por la calle Goya hacia Colón. Claro que, como las llevaba un sólo tipo -que no era el de la boina- colgando de una caña de pescar, lo mismo es más justo contarlas como una sola. A su elección lo dejo.
- Pares. Sostener que la presencia de dichas enseñas fue significativa es una tontería de igual calibre. Antes de ver al renegrido pájaro contemplé varios cientos de banderas que no lo contenían y, después de verlo, otras tantas igualmente libres de contaminación aviar. Lo que sí había era mucho "Toro de Osborne", mucha bandera de fabricación china -si el león se parece a Fujur y el castillo a un pabellón de jade, exija descuento- y mucho reciclaje. Hasta tres banderas ví que proclamaban "¡A por el Mundial!"
Esta sí que mosquea, porque tu ves al portador de la otra y ya sabes de qué pie cojea, pero ¿alguien se ve capaz de decirme qué país, región, cantón, partido o ideología representa eso?
Yo tengo mi propia teoría:
- "Señol capataz, llegalnos impoltante pedido España. Quelel mil bandelas nacionales."
- ¿Y te han dicho cómo sel bandela esa?
- Loja por fuela y amalilla enmedio con símbolo España dentlo.
- Pues a ploducil de inmediato."
domingo, marzo 11, 2007
Don Edipo, la Esfinge y los pintores de París
Cuando yo era un pequeño alevín de gafapasta, una de mis múltiples perplejidades era cómo demonios había conseguido la Esfinge jalarse a media Tebas con un enigma tan cutre y facilón, pues, no nos engañemos, eso de "¿cuál es el animal que en la infancia tiene cuatro patas, dos en la madurez y tres en la ancianidad?" (1) no es mucho más complicado que aquel tan hispánico de "oro parece, plata no es".
El origen último de mi estupor era que la imagen que yo tenía de don Edipo y el bicharraco, la de un plato ático que mi libraco de mitos griegos empleaba como ilustración, era la siguiente:
Así no había modo humano de evaluar el problema en toda su complejidad, pues de semejante dibujito la única información relevante que se podía obtener es que el sastre de Edipo era aún más vago que el de Tarzán. Del sombrerero habría más que decir, pero no tengo por costumbre insultar a artesanos muertos.
Claro, que los alevines de gafapasta no sólo nacen, despues crecen en edad, tamaño y gafapastismo, aumentando sus conocimientos y aproximándose de este modo a la verdad. La primera pista útil me la ofreció un cuadro del francés Gustave Moreau, muchísimo más ilustrativo que la loza de mi infancia. En ella, un Edipo semidesnudo y buen mozo lanza furtivas miradas al escote de la Esfinge, que a su vez pone las garras donde el demonio le da a entender.Ya estaba yo bien encaminado cuando otro cuadro gabacho me entregó la solución en bandeja. En la versión del tema que pintó Ingres -va a ser verdad eso de que hay mucho vicio en París de la Francia-, el chaval no disimula lo más mínimo. En el otro, si se es así de cándido, puede pensarse que el viandante mira a los ojos del enigmático engendro, pero en éste no caben dudas: el mozo está a lo que está.
Ahora ya podemos afirmar con resolución por qué nadie solucionaba tan fácil acertijo. Los griegos de turno llegaban donde la esfinge, ésta les preguntaba y ellos comenzaban a razonar:
- A ver cuatro patas, luego dos y al final... pero mira si se le ven las te... ¡Céntrate, Kalíkrates, céntrate! A ver, de joven son cuatro escotes... que nó, a lo que íbamos, si cuando es pequeña, vale pequeñitas pero firmes... ¡Kalíkrates! piernas, piernas, piensa en piernas...
Y claro, se les iba el tiempo como agua en beneficio de la gula del monstruito.
Sí, ya sé lo que van a decir ahora: "¿y cómo demonios se sustrajo Edipo a las rastreras tácticas hipnótico-pechugonas de la bicharraca?".
Muy sencillo. Recuerden a Freud. Edipo prefería las de mamá. (2)
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(1) No, la solución no es "un actor porno", pero casi.
(2) Vale, ya sé que a esas alturas de la historia Edipo aún no conocía a su madre, pero como diría don Sigmund, su subconsciente sí.
viernes, marzo 09, 2007
Atenas 406
Hoy voy a contarles una historia con moraleja. Como de costumbre, será necesario viajar en el tiempo y en el espacio. Será un viaje largo, pues habremos de desplazarnos hasta Atenas y retroceder al año 406 a.C.
Llegados a la ciudad ática encontraremos a la mayor parte de sus ciudadanos reunidos para enjuiciar a seis generales. Se les acusa de impiedad y mala conducta. Para ellos se pide la muerte. Sin embargo, si queremos entender el trasfondo de este proceso deberíamos realizar un somero repaso de la historia griega de aquel siglo.
Alrededor del año 460 a.C. Atenas era la más próspera de las polis griegas. Regida por el ambicioso y capaz Pericles y apoyándose en una poderosa flota, la ciudad fue extendiendo su influencia. La pequeña polis se había convertido en un pujante y expansivo imperio naval. Tal estado de cosas preocupaba a otras ciudades importantes, Corinto y Esparta, principalmente, que, antes de que la tendencia fuera irreversible, decidieron enfrentarse en el campo de batalla al poder ateniense. Pericles, juiciosamente, ordenó que se abandonaran los campos y que la población se refugiara en la ciudad. Alimentarlos no era problema: la inmensa flota ática importaría las provisiones que necesarias fueren. De este modo, todos los veranos, los peloponesios estrellaban inútilmente sus tropas contra los muros de Atenas. Mientras el enemigo agotaba sus recursos y sus hombres en inútiles esfuerzos, Atenas se entretenía en saquear impunemente las costas adversarias.
Pero aquella acumulación inusitada de gente en la ciudad tuvo nefastas consecuencias. Una se dejó sentir muy pronto: el hacinamiento de los refugiados contribuyó a la rápida propagación de las epidemias. Muerto Pericles en la gran peste de 429 a.C, Atenas quedó descabezada.
Los siguientes años evidencian una progresiva crisis en la ciudad. El cuerpo ciudadano, ocioso y desocupado, se dedicó a la política con desmedida afición. Malacostumbrados a victorias logradas sin esfuerzo, a la vida muelle y la seguridad que les proporcionaba el Estado, los atenienses cada vez se conducían de un modo más infantil e irresponsable: divididos en banderías y partidos políticos tan sólo cimentados en el odio mutuo, el lucro personal y la venganza abandonaron la sabia dirección de la cosa pública para entregarse a sus disputas. La lógica y el buen sentido abandonaron los debates. En su lugar entraron el sofisma, la demagogia y el engaño...
Mientras tanto, poco a poco, iban perdiendo la guerra y consumiendo su flota en vanas aventuras sin sentido.
El año 406, la situación era realmente dramática. Una poderosa flota peloponesa asediaba la importante ciudad de Mitilene, capital de Lesbos y aliada de Atenas. Los atenienses improvisaron una fuerza naval, la flota original estaba ya en el limbo de los justos, zarparon con prisa y lograron una brillante, sorprendente, inesperada y casi definitiva victoria militar. Sin embargo, finalizada la batalla, se desencadenó una fortísima tormenta. Los comandantes atenienses decidieron no arriesgar más la vida de sus hombres y volver a Atenas sin recoger los cadáveres de sus compañeros muertos.
Sus enemigos políticos no iban a desaprovechar una oportunidad tan fácil de perderlos.
Conforme regresaron a su patria, los generales fueron arrestados y acusados de impiedad. "¡Abandonaron a los héroes muertos! ¡Los privaron de los ritos funerarios y el descanso eterno! ¡Impiedad! ¡Impiedad!" - clamaban los acusadores. Los ciudadanos, volubles y fácilmente conmovibles mandaron ejecutar a los acusados.
Apenas diez meses más tarde, la flota ateniense -superior en número pero carente de comandantes avezados en el mando- fue destrozada por los espartanos en la batalla de Egospótamos. Privada de suministros, Atenas hubo de rendirse sin condiciones y aceptar una total sujeción a los intereses espartanos.
La moraleja se la dejo a ustedes. Yo sólo les digo que, cada día que pasa, la España del siglo XXI me recuerda más al Ática del V a.C.
jueves, marzo 08, 2007
Planeta Rojo
"Los expertos de la NASA han seleccionado España para sus pruebas porque es lo más parecido al Planeta Rojo que han podido encontrar sobre la faz de la Tierra."
Uno quiere pensar que lo del parecido estriba en ser la ladera del volcán tinerfeño un espacio yermo, pedregoso y con más cuestas que el mes de enero, pero de todo eso hay también en las islas periantárticas -sin contar que el clima se parece más al marciano- y por allí no han ido.
Como uno confía en la probidad de los científicos y asume que no eligen el campo de pruebas mirando la calidad de las playas cercanas no me queda otro remedio que asumir que lo de Planeta Rojo era un comentario político. A fin de cuentas, aquí gobierna ZP -que se definió a sí mismo como rojo, utópico y feminista- mientras que los pingüinos, que visten de frac, muy rojos no deben de ser.
¡Caramba con los de la NASA! Tiran con bala.
miércoles, marzo 07, 2007
Números
Esta mañana se ha celebrado el sorteo que determina el orden de examen en mi oposición. A este servidor de ustedes le han calzado el número 315, un número coquetón a mitad de camino entre el comienzo y el final. Dado que no tenemos ni la más mínima idea de cuándo piensan comenzar a examinarnos, la información es escasamente relevante, pero ello no obsta para que comencemos a chafardear al primer descanso disponible:
- Me ha tocado el 432, ¿y a ti?
- El 315.
- Vaya, ¿estás contento con él?
- Bastante, a fin de cuentas es un número bonito, el producto de tres impares consecutivos: el 5, el 7 y el 9.
- Pues sabes lo que significa eso, ¿no?
- ¿El qué?
- Que no eres más friqui porque no te entrenas.
¡Jo! Pues ahora ya no le cuento que su número no sólo está formado por tres dígitos consecutivos descendentes sino que puede alternativamente expresarse o bien como el producto del tercero elevado al primero y el segundo elevado a sí mismo o bien como el producto de esta última potencia y el primero elevado al tercero (432 = 2^4 x 3^3 = 3^3 x 4^2).
¿Friqui yo? Lo que hay que oir.
martes, marzo 06, 2007
Originales
lunes, marzo 05, 2007
Vidas paralelas
Hace mucho que no me pongo gafapastesco en su versión más extrema, pero eso no podía durar. Como hoy he vuelto contento de la Academia voy a largarles una historia de un gafapastismo atroz: un esbozo en paralelo de la vida de dos monarcas antiguos, Alfredo el Grande, Rey de Wessex y Nezahualcóyotl, Tlatoani de Texcoco. Será que el exceso de estudio me ataca las meninges, pero para mí que la vida de estos dos pájaros se parece lo suyo.
Alfredo, Ælfrēd para los coleguillas, fue el quinto hijo de Ethelwulf, Rey de Wessex. Wessex había sido la más pujante de las monarquías sajonas del sur de Inglaterra, pero, a mediados del siglo IX, las cosas pintaban bastante mal. Inglaterra era por entonces un hervidero de malencarados vikingos daneses y Ethelwulf no era un militar demasiado hábil. Para cuando Alfredo heredó el trono, en 871, los daneses estaban a batalla y media de dejarle sin reino.
No les debió caer demasiado bien el nuevo rey, pues pronto intentaron deshacerse de él. Sabedores de que el Rey Alfredo y sus más selectos guerreros estaban en su fortaleza de Chippenham chuzándose como locos para celebrar la Navidad, se presentaron allí por sorpresa y acuchillaron a los ebrios conmilitones. Sin embargo, Alfredo, que debía tener mejor beber que sus amigos, se escabulló de la fiesta y se escondió en los pantanos.
Una cosa estaba clara: con sus guerreros muertos y su capital ocupada, Alfredo no tenía derecho a llamarse ya Rey de Wessex, pero el siglo IX ofrecía una gran ventaja a los caracteres resueltos: era un siglo tan cutre que si conseguías convencer a doscientos tipos armados para que te siguieran a moderada distancia, te convertías automáticamente en la principal potencia militar de Europa Occidental. El depuesto monarca decidió dedicarse a ello con fervor y empezó a viajar de un sitio a otro calentando orejas, excitando ambiciones y comprando lealtades. Surgido de la nada en aguerrida compaña, derrotó a los daneses en Eddington, cruzó el Támesis, ocupó Londres (886) y no paró de guerrear hasta lograr el firme e indiscutido control de todo el sur de la Gran Bretaña. Ningún monarca había regido un terreno mayor en aquella isla desde que los romanos liaron el petate y se volvieron a casa.
Visto lo mal que le había sentado el vino, Alfredo dedicó el resto de su vida a la literatura, que es notablemente más sana. Redactó libros de Historia, mandó traducir del latín al sajón las principales obras "científicas" de la época y llamó a su corte a los más ilustres literatos y poetas. Su preocupación por el calamitoso estado cultural de sus súbditos era grande. Se conserva un encantador edicto suyo en el que dispone:
"...que de todos los jóvenes en Inglaterra que sean hombres libres, aquellos que dispongan de medios, debieran dedicarse al estudio, en tanto no tuvieren nada mejor que hacer, por lo menos hasta aprender a leer con corrección."
Para lo que era el siglo IX no está nada mal.
Nezahualcóyotl, por su parte, nació en Texcoco, México, en 1402 y era hijo de Ixtlilxóchitl, señor de los chichimecas. El nombre del padre tenía su guasa. En idioma nahuatl, que era lo que hablaba esa gente, significa "el del rostro florecido". No es que el hombre fuera muy guapo, es que tenía más acné que un ferrero rocher. El talento poético, por lo que se ve, era tan común en el reino de Texcoco como los cortesanos pelotilleros.
En fin, el caso es que a los del pueblo vecino, Azcapotzalco, les debió parecer muy mal que un tipo tan feo gobernara una ciudad tan apañada, así que se presentaron en pelotón en Texcoco, mataron al rey y se quedaron con el chiringuito. Nezahualcóyotl tomó las de Villadiego (en realidad las de Tenochtitlán) y comenzó a buscar compadres que quisieran ayudarle a recuperar el trono. La Mesoamérica precolombina estaba más organizada que la Inglaterra de Alfredo, así que, en lugar de doscientos tipos, el exiliado hubo de reunir varios miles para lograr su fin. El resto funcionaba igual. Nezahualcóyotl y sus nuevos amiguetes se presentaron en Texcoco, apiolaron a los usurpadores y se apropiaron del mando.
Instalado de nuevo en su reino, el chichimeca, como antaño el inglés, se dedicó a la literatura. Hay quien opina (Rubén Darío mismamente) que fue el más talentoso poeta de la Ámerica precolombina. Les dejo un ejemplo -traducido- de sus versos para que opinen:
"Amo el canto del sinsonte,
pájaro de cuatrocientas voces.
Amo el color del jade
y el enervante perfume de las flores.
Pero más amo a mi hermano: el hombre."
Para un tipo que mató en combate a su antecesor en el cargo, ordenó ajusticiar a su propio hijo y, como el resto de sus compatriotas, gustaba mucho del muslo de humano guisado con flor de calabaza, la verdad, no está nada mal.
domingo, marzo 04, 2007
Eclipse
"¡Cthulhu fhtagn, Cthulhu fhtagn!
¡Ph'nglui mglw'nafh Cthulhu R'lyeh wgah'nagl fhtagn!"
la gente te mira raro y empieza a cambiarse de acera... y eso que a cincuenta metros había un venerable anciano tributándole al ensangrentado satélite el saludo romano.
No cabe duda, el sentido del humor se extingue por momentos.
viernes, marzo 02, 2007
Recibimientos
Cuando mi madre era pequeña, el día de Reyes, sus padres la mandaban a la salida del pueblo para recibirlos. No era una cuestión de educación o protocolo sino de añagaza y despiste. Cuando se cansaba de esperar y volvía cabizbaja, era inmediatamente informada de que Sus Majestades habían entrado al lugar por el punto cardinal opuesto y que ya habían depositado sus regalos. Eso la consolaba, cómo no.
Pues bien, a los proetarras vociferantes les hicieron ayer lo mismo. Se fueron todos a la carretera de Burgos a recibir con banderitas y canciones al matarife ese que les hemos enviado y para cuando se cansaron de berrear el Eusko Gudariak en medio del monte les contaron que los Reyes Magos habían venido por carreteras secundarias.
Claro, que a mi madre, le traían muñecas de porcelana y vestiditos con lazos -que les quedan monísimos a las niñas rubitas y ojiverderonas- y no asesinos enloquecidos. Vista la calidad del regalo tiendo más bien a pensar que se lo hayan dejado los camellos.
Animalicos, tendrán la tripa suelta.
jueves, marzo 01, 2007
Revistario II
Les cuento. Al igual que ocurrió el año pasado, han vuelto a hacerme entrega de un par de números atrasados de la revista Kaput. Ya que por entonces la describí como "revista musical cuya hilo discursivo se enhebra no sé bien si alrededor del Rock and Roll en general, el punk en particular, el underground más inclasificable o las estridencias clasificadas como molestas, nocivas, insalubres o peligrosas" no es cuestión de cambiar la definición. Por lo menos así soy fiel a mi lengua viperina, que ya es algo.
De todos modos, dado que lo más underground que hay en mi casa es una novela de Bukowsky, lo más estridente el último acto del Gotterdammerung y lo más siniestro que concibo en música son los vídeos musicales de Leonard Cohen -si no os parece siniestro esperad tres minutos a que el tal Leonard eche mano de la chica, la introduzca bajo su gabardina y le obligue a olerle la sobaquera- resulta extraño concebir por qué reincido en estas lecturas. Fácil, una revista que abre su editorial comentando que "un grupo de adolescentes atraca una gasolinera y la declara estado soberano" y que "los presupuestos de las bodas de mis primas las del pueblo superan de largo el producto interior bruto de Nigeria" no puede ser demasiado aburrida aunque hable del cultivo del champiñon común en la estratosfera terrestre.
Al margen de las pirotecnias estilísticas del redactor, esta vez la experiencia ha resultado de lo más informativa. Quién hubiera imaginado que el nieto de Hank Williams, el músico cuyas canciones te hubieras esperado escuchar en la camioneta de un granjero de Alabama mientras acudía a su reunión semanal del Ku Klux Klan sea un tiparraco tatuado cuya música no estaría fuera de lugar en la camioneta de un marciano que acudiera a Júpiter a chutarse con metano. Ya tengo otra historieta que contarme a mi mismo en los ratos de ocio.
En fin, estaba yo, internet mediante, escuchando a algunas de las bestias pardas que pululan por dicha revista cuando mi madre asomó por la puerta a aportar un poco de crítica musical:
- ¡Santo Dios! Pero, ¿qué mérito puede tener ese ruido infernal?
- Pues así a bote pronto, que para armar el mismo jaleo que estos tres, Wagner necesitaba una orquesta completa y veinte cantantes rollizos.