jueves, agosto 30, 2007

Flechazo

Gracias al generoso horario vespertino que el Museo Thyssen aplica a sus exposiciones veraniegas, ayer pude permitirme la licencia de rematar una dura jornada de estudio con un poco de sosegada contemplación pictórica. No es que Vincent Van Gogh y Richard Estes formen parte de mi nómina de pintores favoritos, pero uno tiene querencia al paisajismo y no dejaría pasar de buen grado la oportunidad de contemplar la obra de paisajistas tan ilustres.

Alguna vez he comentado que acompañarme a una exposición de pintura implica hacerse acreedor a escuchar un montón de teorías, generalmente improvisadas y ocasionalmente absurdas, sobre materias tan diversas como el Arte, la Estética, los colores, las formas, la composición de los paisajes o el grado de limpieza de los servicios de los museos. Curiosamente, mi madre parece siempre dispuesta a correr el riesgo de escuchar mis tontunas. Incluso cuando, por acompañarme a dos exposiciones consecutivas, el temible riesgo se torna en inevitable certeza.

En fin, al grano. Acababa de terminar mi filípica contra el hiperrealismo del señor Estes - titulada "De cómo el exceso de técnica puede ahogar a un cuadro"- y me disponía a comenzar la catilinaria dedicada al señor Van Gogh -"De cómo la falta de aquella lo puede matar de inanición"- cuando de pronto, al pararme frente a un insólito cuadrito del desequilibrado pelirrojo holandés, abrí los ojos como platos, cerré la boca como un cofre y aplacé el discurso para mejor ocasión.



Con una foto tan mala va a ser difícil que se lo crean, pero de verdad que me acababa de enamorar. Lo malo es que, para mi desgracia, la chica - 32.5 x 24.0 cm.- vive en Estocolmo, se larga el día 16 y no me ha dejado ni teléfono ni dirección.

Esto de los amores no correspondidos es un asco, sépanlo ustedes.

9 comentarios:

Tamaruca dijo...

Van Gogh es mi pintor favorito, precisamente por que carece de técnica; es instinto en estado puro, genialidad innata. No me extraña nada que te enamorases.

Anónimo dijo...

La mia se llama Eva y pasa de mi porque aunque creo que le gusto, es influenciable y el hecho de que tenga 10 años más que ella le echa para atrás.... Capitán, hace tiempo que descubrí que las únicas obras de arte que merecen la pena caminan sobre dos piernas. En cualquier caso, respeto todas las filas raras y a los tipos raritos que las tienen...y más si escriben como tu.
Que sepas que estás entre mis tres blogs favoritos!!!!

GUANDARRRR dijo...

Pues a mi me gusta ir de exposiciones de vez en cuando, y tengo suerte de conocer a gente de arte que me acompañe en mis periplos. Este año entre pitos y flautas, y que veía poco a mis amistades, no tuve mucha ocasión, pero justo ahora pensaba reanudar esa costumbre y arrastrar conmigo a mi chico-víctima, jeje. Precisamente la de Van Gogh era la candidata perfecta, y usted me lo ha recordado, ¡muchas gracias! Con el jaleo de entrevistas que tenía casi lo olvido.
Como siempre, un placer leerle de nuevo capitán. Un saludo!

Anónimo dijo...

Recomiendo encarecidamente visiten la web de picassomio y vean la obra de una pintora expresionista llamada Bety Alonso.

Van Gogh me encanta, pero a veces me gusta más el arte que se puede comprar.

PRIMAVERITIS dijo...

jo. hay días que hasta me dais un poco de envidieja los de la capital.
se me pasa pronto.

Esther Hhhh dijo...

Ains Capi Capi, el señor monorejil tenia un estilo especial a la hora de pintar, sin duda. Me gustan los que se saltan las normas, los rebeldes sin causa y en general la búsqueda de libertad, así que evidentemente soy fan de este pelirrojo (fijaos, eh, es pelirrojo, jejejeje).
Creo que vuestra madre ha tomado nota y tal vez utilice una réplica de la hermosa "dama" de la que os habeis prendado, para haceos callar cuando vuestra berborrea le produzca jaqueca, jejejeje... (es por meterme un poco con vos)

Besitosssssss

PD: Lo peor de la chica en cuestión es que me consta, es caprichosa hasta la saciedad y os saldría cara, muy cara. ;-P

Anónimo dijo...

Son los mejores, se pueden moldear según la imaginación quiera.

Bito dijo...

Siempre puede usted comprar una copia de la chica en la tienda del museo. Ya sabe, al fin y al cabo la quiere para mirar.

Por cierto, me considerará gilipollas (y considerará bien) pero me agrada ir a los museos con resabidillos que les gusta teorizar sobre todo. Hacen la visita infinitamente más divertida e interesante.

Un saludo.

Achab dijo...

Tamaruca:

Instinto que la caga miserablemente en dos de cada tres cuadros, pero esa es otra historia.

Eso sí, cuando acierta cómo lo hace el hombre.

Luis:

A la larga dan muchos más problemas que las pinturas, créame.

Guandarrr:

Pues nada, ya sabe, le quedan quince días.

Criaturilla:

¿Familia?

Primaveritis:

¿Pero hay gente viviendo ahí afuera? No me lo puedo creer.

Esther:

Pelirrojo y pirado e proporción 1/1.

Gin:

Creo que por moldear un Van Gogh a mi gusto me pueden caer varios años de prisión.

Bito:

¿Pagar? ¡Nunca!