lunes, agosto 20, 2007

Sabores del neolítico


Hay que ver con qué cosas se rellena el periódico en verano. Como los políticos andan tranquilines con el bullarengue en remojo, los diarios tienen que tirar de anecdotario raro para hinchar convenientemente el perro.

Sin ir más lejos acabo de leer que una estudiante finlandesa ha encontrado un chicle de 5.000 años de antigüedad tirado en el suelo de su patria. Dicho hallazgo arqueológico es sumamente relevante, según se ve. Supongo que será porque prueba que el hombre era igual de gorrino en el Neolítico, que los barrenderos fineses se toman su trabajo con calma y que las manchas de chicle no salen con hielo digan lo que digan los consejos de la abuela.

De todas maneras, lo más sorprendente del caso no es el chicle en sí sino su sabor: ni fresa, ni menta, ni clorofila, ni naranja, ni limón. No, señores, el chicle del neolítico sabía a "brea de abedul" y curaba las infecciones de encías. Normal, las bacterias huirían espantadas ante el horrible sabor a sobaco de árbol.

¡Jo! y pensar que retiraron el Trinaranjus de maracuyá porque sabía raro. Con lo rico que estaba el condenado.

10 comentarios:

Anónimo dijo...

Puede que peque de cinica, pero te imaginas lo orgullosa que debe de sentirse esta estudiante con su descubrimiento: No encontró joyas, estatuas, vasijas, restos de construcciones o ya de perdis restos humanos o animales. No, ella encontró un chicle... Esto es como pasar a la historia por ser la mujer con 3 senos o el hombre de los 20 huevos.

Tamaruca dijo...

Maracuya no, aaggg... Es mi kryptonita, soy capaz de reconocerlo entre una docena de componentes de un zumo multifrutas sólo por el olor, berggghhh...

Bito dijo...

¿Pero no que tardaban 50 años en desitegrarse?. Un chicle de 5.000 años!!!! eso no es abedul, eso es pura radioactividad.

En fin.

Esther Hhhh dijo...

¿Y ya han hecho la prueba del carbono 14? porque a mi me parece un chicle, sabor eucalipto, que algún estudiante dejó caer "por despiste"....
Yo probé el jarabe de arce y estaba bueno. Lo mismo la resina de abedul está rica también, todo es probar... Mientras no sepa a la cosa esa de maracuya.. que malo estaba por dios, capi, no se como puede gustaros.
Pero en cambio la cherry coke, la black cola y la mirinda de naranja estaban de vicio. Y un apunte, ¿sabeis que en EEUU la cocacola está en varios sabores? aaaainsss... que recuerdos me trae la cherry coke...

Besitosssssssssss

Anónimo dijo...

Si esos son los chicles que gastan en Finlandia entiendo perfectamente ese afán suicida que tienen por allí.

Anónimo dijo...

Si por encontrar un pedrusquillo con un presumible uso original en la época te dan 15 créditos, a ver quien es el guapo que no se los apunta( una mancha rara en cualquier caverna puede ser un residuo de escupitajo de mamut...y así siquiendo).
Ea, que hay rebajas !

Achab dijo...

Gaby:

Lo de los veinte huevos debe de ser incomodísimo, así entre nosotros.

Tamaruca:

Pues estaba rico, insisto.

Bito:

Es que los chicles de la edad de piedra eran un poco pétreos a lo que se ve.

Esther:

La Cherry coke era un ascazo considerable y el chicle tiene huellas de dientes primitivos así que lo mismo es auténtico y todo.

Gin:

Lo del suicidio es por deporte, como lo de la sauna... de todos mods, dado el mujerío que se gastan por allí deberían dedicarse más al fornicio y menos a colgarse en el granero.

Criaturilla:

Hmmm... tengo que contar la historia del scrotum humanum un día de estos.

Anónimo dijo...

Creía que era la única a la que le gustaba ese Trinaranjus. De hecho creo que esta marca sobrevive gracias a mi consumo del sabor superviviente, el siempre socorrido naranja.
Un beso Capi
me he acordado mucho de ti
Marga (la del cajón...)

Achab dijo...

Marga:

Caramba, ¡cuánto tiempo!

Espero que todo vaya bien, que se te echa mucho d emenos por estos pagos.

Anónimo dijo...

El Trinaranjus de Maracuyá era muy bueno, yo lo compraba en botellas de plástico grandes siempre que las encontraba en los supers. En los bares/pubs lo vendían en botellines de vidrio, como los otros Trinaranjus. Me alegra ver que todavía hay gente que lo recuerda.