La resurrección, acto de considerable tradición divina, tiene sus propios usos y costumbres. Entre ellas, no es la menor propinarle un buen susto a los discípulos. De modo que ¡buuuuuuu! y ténganme por regresado al mundo de los vivientes.
sábado, mayo 19, 2012
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
14 comentarios:
Bienvenido de vuelta, Capitán. Sepa usted que es profundamente añorado.
Sí, sí, añorado sí, pero a mí me enseñaron que a los que resucitan hay que pegarles un tiro en la cabeza pa que no muerdan y eso.
por fin¡¡¡¡
Hay que meterle el dedito en heridas supurantes?
Bienvenido de nuevo, oh Capitán!
Aleluya!
Pues sera el sereno, pero yo como Santo Tomás, hasta que no vea su próxima publicación creeré que esto fue obra de un "bot"... Y solo por no dejar capi, que conste que yo reclamo para mi las sábanas de su resurrección, santas o no...
¡Bien!
Qué susto me había llevado!!!!
De entrada, cuenta la muerte y resurrección.
Eh!, pero en versión no mística.
Que sea creible para un pobre pescador.
Me alegro un montón de su resurrección, Capitán, yo que soy de poca fe ya tenía la tecla Supr a punto.
A esta discípula le ha pillado la resurreción, tan esperada, fuera de juego y se ha enterado con casi una semana de retraso, pero me he llevado un alegrón, querido.
ALELUYA no sabe usted la alegría que he tenido al volver a entrar y ver que seguía vivo.
Publicar un comentario