Es doloroso reconocer que no siempre puede uno estar a la altura de sus promesas. Allá por el mes de julio conmemoraba por ustedes la fiesta de San Benito con expresa promesa de prodigarme por estos pagos y he aquí que me veo en el día de San Alfredo (el grande) sin haber añadido una palabra a mi episódica verborrea digital.
Un desastre sin paliativos, amado público, que sólo puedo justificar desde el más absoluto colapso de trabajo y una taquicardia que llevo instalada en el pecho desde que decidí suprimir mis vacaciones allá por el mes de agosto.
Habré de concluir, necesidad obliga, que el negocio de la resurrección ha perdido mucho desde la época clásica. Si por entonces podías contar con resucitar como deidad, o en su caso, como constelación del zodiaco, en pleno siglo XXI no puedes pedir mucho más que reengancharte a la existencia transmutado en zombi.
Lo dicho. Ni de prometer enmienda me veo capaz. Que alguien coja un lanzallamas y acabe ya con mi sufrimiento.
viernes, octubre 26, 2012
De San Benito a San Alfredo
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4 comentarios:
Ya se le echaba de menos. Déjese de promesas y planifíquese, hombre, planifíquese.
Le esperamos!!!!
Dadas las fechas a las que nos acercamos raudos, El Retorno del Zombi parece de los más apropiado.
¡¡El único inconveniente va a ser encontrar cerebros para alimentarse!!
Pues... todos nos vemos obligados a resurgir de nuestras cenizas. Si no como dioses, al menos tan flamencos como el Fénix, así que no está mal. ¡Ánimo y a seguir!
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