domingo, noviembre 30, 2008

Asesinos


La palabra "asesino" tiene una curiosa etimología. Proviene del árabe ḥaššāšīn, fumador de hachís, y hace referencia a una secta ismaelita que proliferó en Oriente Medio durante los siglos XI y XII. Su fundador, Hassan-i-Sabbah, predicaba desde su fortaleza persa de Alamut el castigo de los infieles y la muerte de los impíos. Sus seguidores, inflamados por las prédicas del líder y confortados por los anodinos vapores del cáñamo indio, procedían a despachar a los enemigos de la secta sin preocuparse de su propia seguridad.

Nueve siglos de civilización acumulada han reformado nuestras costumbres: para reclutar asesinos suicidas, no es ya necesario aturdirlos con hachís.

4 comentarios:

Zorro de Segovia dijo...

a veces las palabras de alguien con carisma tienen un efecto que supera a cualquier narcótico.

lacubanadeldíatalylahoratal dijo...

Y es que no conviene hacer una lista pormenorizada de las muchas otras cosas que consumen los asesinos-suicidas...no hasta que se estabilice un poco más el mercado.

Anónimo dijo...

Ya ni hachís a cambio de matar...
¿Hacia dónde va el mundo?

Achab dijo...

Zorro:

Y son más baratas.

Cubana:

¿El mercado de suicidas?

Koala:

Al garete.