domingo, julio 25, 2010

Mumi


Cuando un nativo de la isla melanesia de Bougainville desea acrecentar su prestigio social y hacerse un nombre entre sus conciudadanos puede intentar convertirse en un mumi. Para obtener este título de honor sólo existe un camino: organizar un copioso banquete del que innumerables invitados salgan cantando la versión melanesia del "Asturias, patria querida" mientras palpan sus vientes repletos de cerdo a la parrilla y pasteles de coco.


Desgraciadamente, los desvelos de un mumi no cesan con la obtención de ese honor. En cualquier momento, un rival puede sumirlos en la más humillante vergüenza si se muestra capaz de organizar un banquete mayor. La consecuencia, no podía ser otra, es que las comilonas iniciáticas han alcanzado un tamaño que provocaría cólicos al mismísimo Gargantúa.

Amantes de la antropología, la España profunda y las calderetas de cordero, están todos ustedes de enhorabuena, en los próximos días les pienso contar como mi primo se convirtió en un mumi. Es una historia sumamente conmovedora.

Es más, aún no he empezado a relatarla y ya siento la imperiosa necesidad de comprar bicarbonato.

4 comentarios:

Neo... dijo...

Capitán.

¿ A su primo no se le ocurriría invitar a algún sindicalista, no?.

Porque, si es así, creo el bicarbonato no les hizo falta.

Esther Hhhh dijo...

Capi, yo siento el estómago revuelto y que me repite todo sólo de leeros... Debe ser terrible esa historia, jejeje...

Besitos

dehm dijo...

¿En plena operación bikini?

Achab dijo...

Neo:

Con la de gente que había alguno habría.

Esther:

Mí pupa.

Petete:

En la Mancha se hace operación lorza.