Cuando un nativo de la isla melanesia de Bougainville desea acrecentar su prestigio social y hacerse un nombre entre sus conciudadanos puede intentar convertirse en un mumi. Para obtener este título de honor sólo existe un camino: organizar un copioso banquete del que innumerables invitados salgan cantando la versión melanesia del "Asturias, patria querida" mientras palpan sus vientes repletos de cerdo a la parrilla y pasteles de coco.
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domingo, julio 25, 2010
Mumi
Desgraciadamente, los desvelos de un mumi no cesan con la obtención de ese honor. En cualquier momento, un rival puede sumirlos en la más humillante vergüenza si se muestra capaz de organizar un banquete mayor. La consecuencia, no podía ser otra, es que las comilonas iniciáticas han alcanzado un tamaño que provocaría cólicos al mismísimo Gargantúa.
Amantes de la antropología, la España profunda y las calderetas de cordero, están todos ustedes de enhorabuena, en los próximos días les pienso contar como mi primo se convirtió en un mumi. Es una historia sumamente conmovedora.
Es más, aún no he empezado a relatarla y ya siento la imperiosa necesidad de comprar bicarbonato.
Categorías: antropología, mi familia y otros animales
lunes, abril 13, 2009
Roza y quema
Los indios yanomamos practican una antiquísima técnica de cultivo conocida como agricultura de roza y quema. La tribu se traslada a un punto de la selva, lo desmocha, lo incendia y lo siembra de batata, plátano y ñame. Cuando la tierra agota su fertilidad, los indios lían el petate, desmontan las chozas y se largan a chamuscar otra parcela. Como los yanomamos son cuatro gatos en taparrabos y la Amazonia es más larga que un día sin pan, el bosque tiene tiempo de sobra para regenerarse antes de que la tribu regrese con el mechero.
En los climas templados el sistema se usa menos: demasiados paisanos para tan poco bosque. No obstante, con esto de la crisis aguda, los gobernantes están dispuestos a intentar cualquier cosa. Ahora que el déficit público está disparado y los chamanes predicen una cosecha nefasta, el jefe de nuestra tribu se está planteando prorrogar un año la prestación por paro y repartir de este modo los pocos ñames que aún nos quedan.
Cuando se acabe el ñame, repartiremos los mecheros.
¡La carita que van a poner los portugueses cuando pasemos la frontera antorcha en mano!
Categorías: antropología, economía, noticiario
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