Mi anciana perra de nívea pelambrera ha sufrido un relapso en la adolescencia y, tras escurrirse de mi vigilancia, ha salido por patas (las cuatro) a buscar la vigorosa y viril compañía del perro del cura.
Si doña Cayetana no estuviera viva, juraría que mi cadela es la reencarnación, punto por punto, de la duquesa de Alba.
lunes, junio 04, 2012
Reencarnadas y dispuestas
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
6 comentarios:
Yo no descartaría que sea la pre-reencarnación
de Doña Cayetana.
Siempre los poderosos tienen más oportunidades
que el común de los mortales.
Tendrán sus lógicas dudas, si
perrita o símia.
Probando, probando...
Nada más y nada menos que con el pero del cura...
Qué poderosas son las hormonas. Cuando Eme tiene el celo hay que llecarla atada y haces ejercicio que no veas evitando que se escape.
A ver si el perro del cura va a por la herencia.
Ya se sabe que a la vejez, vicarios...
Peripatética su perrita, pero que envidia... y el perro del cura, qué envidia también, con lo que se forran de comida y plata...
Publicar un comentario