jueves, febrero 21, 2008

Gongorismos

El proceso de creación artística requiere considerable concentración. Cuando el creador convoca los poderes demiúrgicos que le animan puede sumirse en un estado semejante al trance y perder el conatcto con la realidad. Le sucede a los mejores. A Góngora, por ejemplo.

Estaba el cordobés a tres octavas de rematar su Polifemo cuando en pleno éxtasis consonante sentenció:


"Viendo el fiero jayán, con paso mudo
correr al mar la fugitiva nieve
(que a tanta vista el líbico desnudo
registra el campo de su adarga breve)
y al garzón viendo, cuantas mover pudo
celoso trueno, antiguas hayas mueve:
tal, antes que la opaca nube rompa,
previene rayo fulminante trompa."


La métrica es rigurosa, el vocabulario espléndido y la sonoridad impresionante. Ahora bien, mientras la luz insista en correr más que el sonido, ese trueno o trompa que antecede y previene el rayo es cosa que nadie oirá.

Hoy, uno de los viñetistas de Público -el único diario gratuito que cuesta medio euro- se ha decidido a explotar el tema de las tormentas. El dibujante tenía clara la simbología meteorológica del bien y el mal. El bien es un arco iris apoyado en una nube aborregada. El bien brilla y reluce contra un cielo de azur. El mal, en cambio, es una tormenta negra. Cuando el mal se avecina el cielo se tiñe de plomo y barrita el huracán.




Unos símbolos tirando a cursilones pero evidentes, inmediatos y concisos.

Hay, sin embargo, un pequeño problema. A ver si lo explico bien. Cuando la luz solar incide sobre las gotas de lluvia, aquella se refracta descomponiéndose en sus colores constituyentes y permitiendo al curioso espectador contemplar un bonito efecto de luz y color. Si eres irlandés y estás un poco bebido puede que emprendas un viajecito al fin del mundo para buscar un caldero de oro al final.

Pero, incluso para los irlandeses, el orden es el que les dije: lluvia, sol, refracción y arco. Tormenta primero y colorines después.

Como decía al principio, le puede suceder a los mejores. Claro, que tampoco los genios tienen la exclusiva del error.

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6 comentarios:

Nepomuk dijo...

jajajaja ¡pero Achab! ¡qué repipi! :D

No sé, yo no veo error en el poema de Góngora. La luz viaja más deprisa que el sonido, en efecto. Esto es:

El rayo previene a la trompa, así pues, el rayo antecede a la trompa. Y le antecede por que es más rápido. La luz es más rápida que el sonido.

¿Dónde está el error?

(hoy estoy espeso ¿eh? puedo estar diciendo nepomukadas...)

Ángel dijo...

Bravo, Capitán.

No diré menos ni me descubriré más.

suri kata dijo...

Huy, cuánta maldad...

Yo creía que iba a colgar esa noticia que ha publicado Público (valga la rebuznancia) de un funcionario de prisiones y su reo.

Achab dijo...

Nepo:

Hombre, que hoy tenía el día culterano, deja que me explaye.

Pues mira, si sólo estuviera ese verso efectivamente se podría interpretar como dices y salvar el error. El problema es el resto de la octava:

- en los versos 5-6 ya señala que Polifemo "cuantas mover pudo celoso trueno, antiguas hayas mueve". Luego el estruendo del gigante en esta octava es el trueno - y la pedrada que soltará en la siguiente, el rayo.

- Si el orden expuesto en la octava fuera el natural (rayo-trueno), el rayo ocurriría "antes que la opaca nube rompa" (verso 7). La ruptura de la nube sería el trueno y no el rayo que parece partirla o desgarrarla.

Moraleja, si salvas la lógica te cargas la estrofa. Si salvas la estrofa aniquilas la lógica.

Conociendo a don Luis yo no apostaría por la natura.

Ángel:

No me diga que vino usted cubierto.

Suri Kata:

Es que hoy público venía muy surtido. Pero para eso también tengo versos gongorinos, descuide.

Ángel dijo...

Cuando entro a su blog siempre lo hago cubierto, por pudor.

A cubierto pero en cubierta.

VLCS dijo...

On 18 June, 1986 K PIX'S “AIDS Lifeline," a community education project, was honored with a Presidential Citation for Private Sector Initiatives presented by President Ronald Reagan. Because of his role as a co-creator of "AIDS Lifeline" Bunn was asked by Dr. Mann, on behalf of the U.S. government, to take a two-year leave-of-absence to join Dr. Mann, an epidemiologist for the Centers for Disease Control, and assist in the creation of the Global Programme on AIDS for the United Nations' World Health Organization. Mr. Bunn accepted and was named the first Public Information Officer for the Global Programme on AIDS. Along with Mr. Netter Bunn conceived, designed, and implemented the inaugural World AIDS Day observance – now the longest-running disease awareness and prevention initiative of its kind in the history of public health.
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