El otro día, unos físicos con vocación de guardia civil de tráfico echaron la zarpa a un neutrino que desgastaba neumático por encima de la velocidad de la luz. Andan los cinetíficos desmadejados con el descubrimiento y rumian las implicaciones que el neutrino presuroso pueda tener sobre las leyes del universo que, mal que bien, habitamos todos.
Los físicos están muy mal acostumbrados: las partículas elementales son gente de orden y acostumbran a obedecer las leyes. En consecuencia, estas pequeñas transgresiones se las toman a la tremenda. Los juristas, en cambio, tenemos más callo y sabemos cómo tratar semejantes pillerías. ¿Cambiar las leyes del universo por un neutrino dominguero que vuelve bebido de la fusión de su primo? Ni de broma.
Que le quiten cinco puntos del carnet de conducir y se acabó la historia.
2 comentarios:
¡Duro con esos neutrinos díscolos y acelerados!
Los juristas, en cambio, tenemos más callo y sabemos cómo tratar semejantes pillerías.
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