El Parlamento Europeo acaba de aprobar una directiva que endurece notoriamente la situación de los inmigrantes ilegales en el territorio de la Unión. El meollo de la reforma consiste en ampliar con largueza el plazo de detención de los emigrantes mientras las autoridades tramitan su repatriación. Si esto es un mal necesario o un abuso lamentable es cosa que no sé. Lo único que puedo certificarles es que los representantes en Bruselas del partido que nos gobierna -¡oh, la pétrea fe de los conversos!- han votado a favor de la medida.
Llegada la hora de explicar el viraje, nuestros filántropos de cabecera y escaño han recuperado su retórica habitual: la medida no se va a aplicar en España, que aquí somos muy buenos, esto es para que la gente malvada que habita allende de los Pirineos no le atice al fóraneo más allá de la letra de la ley; en consecuencia la medida favorece a los inmigrantes, que podrán saber con anticipación hasta qué curva del duodeno los van a sodomizar...
Tanta retórica buenista me ha traído a la mente una brevísima conseja que, con gracejo y verso consonante, narraba el fénix de los ingenios españoles y monstruo de la naturaleza frey Félix Lope de Vega y Carpio:
"Iba un fraile devoto caballero,
y cuando tanta espuela le metía
a la mula, decía:
-Arre, por caridad, hermana mula."
La mula, cierto es, aceleraba. Que lo hiciera por caridad y amor de su dueño permítanme, señores, que lo dude un poco.
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jueves, junio 19, 2008
Arre por caridad, hermana mula
Categorías: Europa, historietas literarias, inmigración, noticiario, política
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4 comentarios:
O a dios rogando y con el mazo dando...
Que pena que un apellido no dé la gracia. Cachis.
Así arrea cualquiera.
Gato:
Y la espuela.
Cattz:
Da considerable encanto, señorita.
Ginebra:
Pero con talante.
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