Esto de la Copa Confederaciones será un torneo de chichinabo con muy poquita tradición pero, al menos, ha servido para realizar un interesante descubrimiento antropológico. Aunque parezca lo contrario, en Sudáfrica no hay negros. El aspecto atezado de los nativos de aquel país se explica porque la mitad tiene el rostro amoratado de tanto soplar trompetas y la otra se está poniendo negra de tanto soportar la murga.
Los sudafricanos de pelo claro y ojos azules, que también los hay, están sordos como tapias. A los los gatos de angora, según se dice, les pasa lo mismo.
3 comentarios:
Con semejante charanga,no sé si podrá escucharse al tipo del bombo que ameniza al equipo español y que también ensordece lo suyo.
Pobre nene, si es que a veces son mu brutos en el continente vecino, aish... Capi, vos necesitáis ya dejar las bibliotecas y visitar la playa... Vuestras neuronas están acusando los excesos...
Besitos
Bwana:
Ahora se comprobará.
Esther:
El nene es un alevín de pelmazo. Que le quiten la trompeta y le den un violín.
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