Esta noche, después de trabajar, me he tomado una copa en la cafetería más peripuesta de Vigo. La clientela estaba a la altura local: según mi scuentas, en un total de quince parroquianos había, cuando menos, dos abogados y tres putas.
Eso es lo que yo llamo una clientela selecta. Hay círculos en el averno que no la tienen mejor.
viernes, enero 21, 2011
Alta sociedad
Categorías: yo mismo y mi circunstancia
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2 comentarios:
Ya nada más falta que nos diga que también en la cafetería se paga por adelantado todo servicio y que hay que estar encima de el mesero para que se mueva...
Los abogados ¡ah! los abogados, aves rapaces ¿qué hacían entre unos quince parroquianos?
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