"[...]y en el sueño del tren por Redondela"
Gerardo Diego
El trayecto entre Vigo y Madrid es un tanto corto para justificar un vuelo de aeroplano. Sin embargo, en tanto la crisis detenga las obras del AVE y el talgo se empeñe en bostezar por Redondela, es la opción más eficaz y juiciosa para una escapadita de fin de semana.
La cortedad del trayecto tiene su reflejo en la curiosa mecánica del vuelo. A la manera de los vuelos parabólicos que la NASA emplea para entrenar a los astronautas en los azares de la ingravidez, tan pronto el vuelo alcanza su máxima altura el avión comienza a descender.
En homenaje a los pioneros del espacio y a riesgo de parecer más loco de lo que ya aparento, aprovecho dicho momento para dar un botecito en mi butaca. Pero no se inquieten, que no pasa nada raro. Cuando despego las posaderas del asiento tengo mucho cuidado de no batir las orejas.
1 comentario:
Pim Pum :)
Fuerteventura-Las Palmas es igual pero con hélices, es decir, ruido ensordecedor que impide batimiento de orejas en cualquier caso.
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