El domingo que viene debo asistir, en mi condición de abogado, a las Juntas Generales de una sociedad pía cuyos miembros visten saya y pagan multas en libras de cera. Mi misión es defender la memoria del difunto presidente de las aviesas insinuaciones que, contra su honra, previsiblemente realizarán sus cofrades.
Si esto ocurriese en mi tierra tendría por seguro que acabarían arrojándome al pilón. En estas no sé lo que se estila. Si el lunes no estoy escribiendo es que me han quemado en la hoguera.
miércoles, febrero 09, 2011
Juntas
Categorías: empleo, yo mismo y mi circunstancia
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