Uno de los grandes enigmas del África misteriosa consiste en determinar por qué el coronel Gaddafi no ha conseguido ascender a general en los cuarenta años que lleva mangoneando a su gusto la Tripolitania entera.
Esta tarde, el enigma ha quedado resuelto. En un largo discurso dirigido a sus rebeldes administrados, el dictador africano ha aclarado que él no puede dimitir de su cargo porque no tiene un cargo del cuál hacerlo.
-¡Que dimitan, si eso, los generales!- le ha faltado decir.
Un visionario el tal Muammar. El muy ladino tenía la excusa preparada desde hace más de cuarenta años.
-ooOoo-
P.D. A estas alturas y una vez aclaradas las dotes visionarias del señor Gaddafi, se estarán preguntando en qué diantres consiste la parábola. Muy sencillo. Como todo proyectil que describe una parábola, al mandamás de Libia, sobrepasado su cenit, no tiene ninguna otra opción que precipitarse de bruces al suelo.
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