En la novela de Julio Verne, el intrépido viajero inglés Phineas Fogg extraviaba una jornada entera mientras daba vuelta al mundo en ochenta días. Cuestión que entiendo sin dificultad. Yo llevo dos días cruzando y recruzando la frontera portuguesa y de tanto adelantar y atrasar el reloj ya no sé cuándo ni dónde vivo.
Según mis cálculos, si hoy es domingo esto sigue siendo Vigo, pero tampoco se crean que lo tengo seguro.
domingo, abril 10, 2011
Reloj
Categorías: viajes, yo mismo y mi circunstancia
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2 comentarios:
Yo solucioné (más o menos) el problema llevando dos relojes: uno en la muñeca izquierda y otro, atrasado una hora, en la derecha. Lo malo es que tengo tendencia a mirar siempre al mismo lado.
Valença do Minho puede ser un lugar paradójico. En cierta ocasión pasamos a comprar unas ropitas. Mi madre le comentó a la señora dueña de la tienda: "Qué calor hace en Portugal". La mujer, sorprendida, respondió "¿En España no hace calor?".
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