jueves, mayo 31, 2007

Sila, Twinky-Winky y otros ciudadanos sospechosos



Quédense con esta cara. Es más, si quieren completar su semblanza coloréenla del siguiente modo: el cabello de un llamativo rojo anaranjado, la piel blanquísima, de ese mórbido tono alabastrino que sólo exhiben los verdaderos pelirrojos, los ojos, fríos, reflexivos, inteligentes y crueles, de un desvaído gris levemente tintado de azul. En la túnica pueden, en cambio, elegir entre el impoluto blanco del orden senatorial o el rojo sangriento del militar latino ya que la faz que contemplan es la del talentoso militar, astuto político, cruel dictador y postrer gran defensor de la aristocracia romana, Lucio Cornelio Sila Félix.

Su vida fue en extremo azarosa, llena de emoción y peligros, de valor y de astucia, de honor y de crueldad, pero lo que de verdad apasionaba al foro era la duda, siempre presente, sobre sus inclinaciones sexuales. Al contrario de lo que ocurriría en la Roma Imperial, los republicanos más conservadores veían con muy malos ojos la homosexualidad, que era tenida por un corruptor vicio oriental impropio del muy viril, sobrio y marcial romano de pura cepa. Sin embargo, en la conducta del más fiero defensor de la tradición aristocrático-republicana existían sospechosos indicios. Es fácil imaginar las discusiones:

- ¡Cómo va a ser homosexual el más viril de los generales romanos! ¿Acaso no ha tomado cuatro esposas? ¿No es la última de ellas la bellísima Valeria Messala por la que tantos romanos han perdido la cabeza?

- ¿Qué importancia tiene? ¿Acaso no le han reportado sus matrimonios importantes alianzas políticas? ¿Quién sino el actor Metrobio ha sido todos estos años su inseparable compañero?

- ¡Envidioso!

- ¡Homófobo!

- ¡Mariquita!

En fin, el resto lo dejo a su imaginación.

Mientras Sila estuvo entretenido en conservar los privilegios de la aristocracia y exterminar a los más prominentes miembros del partido popular, se guardó mucho de aclarar las dudas. Sin embargo, cuando decidió renunciar a la dictadura y dedicarse a sus asuntos personales, reunió al Senado en sesión plenaria, agradeció en un prolijo discurso los servicios prestados, llamó a Metrobio a la tribuna y lo besó ante la atónita mirada de los senadores. Supongo que después de eso, muchas apuestas quedaron definitivamente saldadas en el foro de Roma.

En Polonia, en cambio, la orientación sexual de los políticos debe estar mucho más clara, ya que se entretienen en mirarle las pajarillas a los peluches. Para que se sitúen, la defensora de la infancia de la república centroeuropea, Ewa Sowinska, ha ordenado que se investigue si los teletubbies son gays como paso previo a su retirada de los televisores poloneses en el caso de acreditarse que "promueven el estilo de vida homosexual". Ellos sabrán lo que se hacen, aunque yo sigo pensando que inquirir si unos peluches con antena y barriga catódica son homosexuales es equivalente a reflexionar sobre por qué el Pato Donald no usa pantalones o qué demonios hacía Don Pimpón en el bosque con tanto crío.

Menos mal que nuestros políticos son gente mucho más seria y sólo se preocupan de cuestiones relevantes para el país, como a quién se encaloma al alcalde de Madrid, qué idioma hablan los gorilas o a qué partido vota Supermán. ¡Como si no supiéramos todos que la "S" que luce en el traje es su manera personal de proclamar su ferviente afiliación socialista!

miércoles, mayo 30, 2007

Enfeudación vial


Mi calle siempre ha sido bastante singular. Algunas de sus peculiaridades, sin embargo, han desaparecido con el tiempo. Cuando yo era pequeño, la calle no sólo estaba sin asfaltar, lo cual, en pleno centro de la capital, era de una rareza considerable, sino que sus extremos quedaban cerrados por sendos portalones de mampostería con verja de hierro. La primera consecuencia era que el ayuntamiento no prestaba servicios de limpieza y que estos estaban a cargo de los vecinos, la segunda que todos los propietarios de animales domésticos del barrio tomaron nuestra calle por un gigantesco cajón de arena. Ante tan desagradables contingencias, los vecinos cedieron su independencia, el Ayuntamiento asfaltó la calle, se llevó las verjas y dejó a los canes sin su gigantesco urinario gratuito. El portalón, por su parte, permaneció como testimonio del pasado independentista hasta que mi tía, haciendo prácticas de conducción, lo derribó de un poco certero volantazo. Sic transit gloria mundi.

No obstante, existe una singularidad que jamás cambiará por estar ligada a la propia naturaleza de la vía: en lugar de presentar un único trazo, que es lo común en la morfología de las rúas, la mía se repliega sobre sí misma hasta tomar la forma de la letra "p", o, por ser más exactos y gafapastosos, de la runa "thorn" (Þ). Dicha configuración ha sido aprovechada por los muchachitos botelloneros, que gustan de ocupar el trazo curvo con animos alcohólico-festivos, deleitar al vecindario con su colección de reggaeton, hip-hop y aullidos guturales y aliviarse el esfínter en los portales.

Los vecinos del mencionado fragmento de calle, tan enemigos de la música estridente como añorantes de su pasado feudal, después de comprobar que la policía es incapaz de controlar los excesos de los mozalbetes han optado por liarse la manta a la cabeza y erigir en plena calle un sólido, ilegal y acerado muro con objeto de contener a los ebrios bárbaros fuera de sus dominios. Ellos sabrán lo que hacen, pero la caída del Imperio Romano empezó tal que así.

Lo mismo, cuando los folloneros ocupen el tramo recto, que lo harán, mis convecinos se decidirán a excavar un foso alrededor de la calle y fortificar las casas con almenas. Luego, juraremos vasallaje al vecino más bruto a cambio de protección y por último, en lógica progresión, atacaremos la calle Serrano al grito de "¡Dios lo quiere!".

En fin, les dejo, que tengo que sacarle filo al mandoble y coserme un par de cruces rojas en la camiseta.

martes, mayo 29, 2007

Historia política de un rincón de Toledo


Mi padre, aunque viva en Madrid desde antes de que lo inventaran, es natural de una pequeña villa de Toledo, la cual, aparte de exhibir una iglesia tardogótica bastante enseñable, destaca por la notable implicación política de sus habitantes. Mi madre, que gusta de expresar las cosas con términos más vistosos, acostumbra a afirmar que "en ese pueblo están muy politizados". Debe de ser verdad, a fin de cuentas no se recuerda una elección -ya sea local, autonómica, general, europea o de la cofradía de la Virgen- en que haya votado menos del 80% del censo, pero es que hay que reconocerles que son de lo más original que concebirse pueda en materia de expresión política y elección de representantes. Para que se hagan una idea, los próximos cuatro años, el pueblo será gobernado por una amigable aunque sorprendente coalición PP-PSOE.

Alguna explicación habrá, pensarán ustedes. Por supuesto que sí, les contesto yo, pero será mejor contar las cosas por su orden.

Según dicen los que han escarbado la tierra por allí, el lugar lleva habitado desde la Edad del Bronce, cuando unos cuantos energúmenos se atrincheraron en un cerro cercano para liarse a cantazos con los demás pobladores de la meseta. No tengo duda de que la vida política de aquellos caballeros era sumamente interesante, pero, lamentablemente, la ignoro por completo. Yo empecé a informarme de la misma a principios de los noventa, a raíz de la aparición del pueblo en un Telediario de Antena-3 con ocasión de una tensa y feroz moción de censura en la que la coalición gobernante - PP con IU-, fue desalojada por el PSOE, un partido independiente llamado PIL (como el bacalao) y un tránsfuga oportunista que se pasó, con armas, cargo y bagajes, de uno al otro bando.

Pese a lo accidentado de su triunfo, la nueva coalición mantuvo el poder algunos años sin demasiados sobresaltos. La principal novedad fue la lenta erosión de comunistas e independientes, que, de facto, encaminaba el municipio hacia el bipartidismo.

Tanta placidez electoral, sin embargo, no podía durar mucho entre mis paisanos. En las filas socialistas comenzó a destacar un político de singulares capacidades y rostro más pétreo que los muros de la iglesia: el médico del pueblo. A decir de sus opositores, el avispado político consiguió multiplicar su influencia por el ingenioso y torticero medio de recetar medicamentos y firmar bajas sin tasa a sus partidarios más ferverosos. Con tan singulares prácticas logró tanto la dirección de su partido como la mayoría absoluta. Lo auténticamente milagroso fue que, con semejante barra libre de tranquilizantes, el Dr. House no se empadronara en el lugar.

Sin embargo, al poco de ser proclamado alcalde, el médico, hombre casado, se fugó a la capital con una compañera de partido, también casada y con una buena porción de retoños. Los parientes, amigos y simpatizantes de los cónyuges abandonados instaron a dimitir al alcalde, el cual se negó en redondo a dejar el cargo y volvió al pueblo entre los amagos de linchamiento de sus paisanos. Al final, la riña se resolvió en una escisión en las filas del partido: el médico reunió a sus partidarios y fundó un partido socialista bis: el ASHL. Sus detractores se repartieron entre el PSOE de toda la vida y los populares.

Así pues, a estas últimas elecciones concurrieron el socialismo a recetazo (ASHL), el socialismo sin receta (PSOE) y la receta sin socialismo (PP). Pues bien, a pesar del considerable entusiasmo con que el regidor extiende sus prescripciones, el ya ex-alcalde se ha quedado a cien votos de la mayoría absoluta. Sus adversarios, que no estarán de acuerdo en muchas cosas pero están igualmente hasta el gorro de él han optado por coaligarse y repartirse las concejalías por mitad.

De momento así están las cosas. Ya veremos cuánto tarda en formarse un partido independentista y pedir la autodeterminación con salida al mar a la altura de Torrevieja, que es lo único que aún no hemos probado.

lunes, mayo 28, 2007

El genio

Multitud de talentos han logrado hacerse un hueco en la Historia con un solitario fogonazo de su genio. Es el caso de Clarín con "La Regenta", de Mascagni con "Cavalleria Rusticana" o de Gustave Caillebotte y sus "Acuchilladores de Parquet". Sin embargo, no es el caso de don José Blanco López, cuyo fértil ingenio se desborda en reiteradas agudezas sin número. Atentos a su sagaz análisis del resultado de las pasadas elecciones:

"De excluirse la ciudad de Madrid, el PSOE hubiera ganado por 250.000 votos."

Yo, que no quiero ser menos que mi admirado don José, añado:

"De computar sólo Palas de Rei, localidad natal del eximio socialista, el PSOE tan sólo hubiera perdido por dos votos".

Por dos votos no es cuestión de afligirse. Como él mismo diría: "Más gente la espichó en Irak"

domingo, mayo 27, 2007

Ista, ista, ista... España es alonsista

Ni voto por correo ni gaitas, para no hacer colas lo mejor es votar mientras Fernando Alonso da las últimas vueltas del Gran Premio de Mónaco: el colegio electoral parecía el desierto del Gobi, los policías escuchaban la radio por el pinganillo, los interventores estaban viendo la tele en el bar de la esquina y la vocal de mi mesa me ha preguntado si sabía quién iba ganando.

Tanta encuesta, tanta campaña, tanto gasto y, al final, las elecciones las gana el tío del coche. Lo que yo les diga: "ista, ista, ista, España es alonsista".

viernes, mayo 25, 2007

Lío en Río

Es lugar común que viajar es educativo y ver mundo semillero inmejorable del aprendizaje. Mi hermano, que debe de ir para sabio, acaba de volver de uno de sus múltiples viajes de trabajo por Sudamérica, el cual ha servido para ilustarle -y a mí de rebote también- en los misterios de la toma corporativa de decisiones.


Estaba explicándome el muchacho el propósito del viaje, que no era otro que informarse las distintas delegaciones de la compañía de los últimos avances en su ingenieril disciplina, cuando, inocente de mí, se me ocurrió añadir:

- Ah, claro, y en esta ocasión les ha tocado organizar el encuentro a los de la delegación brasileña...

- Bueno, más o menos.

- ¿Más o menos?

- Sí, verás, es que no hay delegación brasileña.

- ¿Entonces qué es lo que se os ha perdido en Río de Janeiro?

- Hmmm... ¿Te das cuenta de lo absurdo de la pregunta?




- Sí, ahora que lo comentas, ya me voy dando cuenta...
.
En fin, a ver si el tribunal toma nota y me convoca los exámenes en las islas del Egeo, que tienen toda la pinta de albergar una tradición hipotecarista, notarial y registral comparable a la tradición ingenieril y telecomunicativa de la playa de Ipanema.

jueves, mayo 24, 2007

Español de la Historia

Hace unas semanas leí en un periódico que una cadena de Televisión se disponía a emitir un programa que tendría por objeto determinar, en pública votación, el español más relevante de la Historia. Cuando lo supe me puse de inmediato a cogitar a cuál entregaría yo mi voto de serme pedido.

Dudé entre Fernando el Católico, que poco menos que fue el que abrió el chiringuito hispánico, Miguel de Cervantes y Francisco de Goya, que son los artistas carpetovetónicos que más repercusión e influencia han tenido allende nuestras fronteras. Al final me decidí por el amigo Fernando, ya que sus decisiones políticas, sus empresas militares y los matrimonios que apañó para su prole no sólo crearon la España moderna sino que condicionaron su Historia durante, al menos, dos siglos largos.

Primera decepción. El monarca maño no estaba ni preseleccionado. ¡Cachis! Mirando la lista veo que su mujer, algo es algo, sí que había encontrado acomodo en ella. Mentalmente transfiero mi hipotético voto a doña Isabel -aunque para cuando Fernando ocupó Navarra ella ya estaba criando lises, malvas y demás flores regias- y no vuelvo a pensar en ello hasta que el mismo periódico publica los resultados finales.

En fin, que sepan que mi Isabelita ha quedado undécima, que don Miguel ha quedado segundo y que don Francisco se ha visto relegado al puesto vigésimo primero. No son malos resultados hasta que uno le echa un ojo a la lista completa y descubre que:

- Ha ganado el Rey Juan Carlos;

- La Reina Sofía ha sido cuarta;

- El Príncipe Felipe séptimo;

- Zapatero decimocuarto;

- Letizia con zeta decimoquinta; y

- Fernando Alonso vigésimo.

Todos ellos por delante de Goya, Felipe II o el Emperador Carlos, dicho sea de paso. La lista completa la tienen aquí. Los pañuelos para llorar se los compran en los chinos, que así me estimulan la economía y la mejor integración del inmigrante oriental en nuestra desmemoriada sociedad.

miércoles, mayo 23, 2007

Inundaciones


Mi madre, después de hablar con la suya, procede a informarme sobre el apocalipsis climático que Zeus Lafistio ha tenido a bien desencadenar sobre la provincia de Toledo:

- ¡La que ha caido! Con decirte que han suspendido los trenes que van de Madrid a Murcia por inundación de la vía.

- ¡Caramba! ¿A qué altura se ha inundado?

- A la de
Villasequilla.

¡Qué país este! Hasta la toponimia miente.

martes, mayo 22, 2007

Apostando al negro

Como ayer se quedaron muy escandalizados con las andanzas del amigo Federico hoy les voy a contar el experimento de un monarca mucho más moderado, humanitario y tranquilo: Pedro I el Grande, Zar de todas las Rusias. Es lo que tiene pasar del siglo XIII al XVIII, que los déspotas se ilustran y les mejora el carácter. Concretamente, el zar sostenía, contra la opinión de sus amigotes, que los negros eran intelectualmente comparables a los blancos y que su problema estribaba en su déficit educativo. Para sostener su teoría y de paso levantarse unos dineros en correlativa apuesta, ordenó a su embajador en Constantinopla que le comprara el esclavo más joven, negro y espabilado que pudiera encontrar y, acto seguido, se lo mandara a Rusia.

El elegido, un avispado mozo de origen incierto -siempre se le tuvo por etíope aunque parece más probable que naciera en el actual Camerún- partió para Rusia y fue bautizado, con el zar como padrino, imponiéndosele el nombre de Abram Petrovich Gannibal. Con objeto de probar sus opiniones, el zar le pagó la mejor de las educaciones y el atezado muchacho no le defraudó. Educado en las mejores escuelas de París, Abram Petrovich destacó como matemático, político e ingeniero militar y alcanzó, por méritos propios, el rango de General en el ejército ruso. Claro, que cuando el zar se murió, los amigotes del difunto, que debían de tener un mal pagar considerable, consiguieron desterrar a Siberia un par de años al prometedor militar. Luego lo llamaron de vuelta, que para eso diseñaba fortalezas como nadie, y hasta consintieron que emparentara con la más estirada nobleza del lugar.

La historia tiene, sin embargo, un curioso colofón, pues, si por algo se recuerda al señor Abram Petrovich no es por sus méritos políticos, científicos o militares, sino por ser el abuelo materno del más admirado poeta de Rusia: Alexander Pushkin. Así que si alguna vez les enseñan un retrato de Pushkin y sus ricillos negros les parecen poco apropiados para el cantor oficial del alma rusa, acuérdense de su abuelito Abram, que por algo nació en el Camerún.

lunes, mayo 21, 2007

Federico II Hohenstaufen, de profesión sus experimentos

Dado que ayer hice mención a cierto emperador romano de mente turbulenta y creativa hoy dedicaré estas líneas a uno de los monarcas más singulares y excéntricos -también uno de los más inteligentes y amorales- que la Historia ha conocido: Federico II Hohenstaufen, Emperador del Sacro Imperio Romano-Germánico, Rey de Borgoña, Sicilia, Chipre y Jerusalén.

Ya su nacimiento fue bastante singular. A decir de los cronistas de la época, su madre, Constanza de Sicilia lo dio a luz en la plaza del mercado de Jesi, cerca de Ancona, para que nadie pudiera dudar que, pese a sus cuarenta años de edad, era ella la madre y él el heredero legítimo del trono siciliano. Con semejante entrada en el mundo uno no puede evitar la originalidad. El muchacho, pelirrojo y miope como su abuelo Federico Barbarroja destacó pronto por una vivaz inteligencia -se dice de él que llego a hablar con fluidez nueve idiomas y escribir siete- y una notable independencia de carácter. La naturaleza, en cambio no le dio un cuerpo acorde. Enfermizo y enclenque, sólo destacaban en su mediocre apariencia los ojos, que, con un hermoso tono verdiazulado, transmitían una inquietante sensación de inteligencia, frialdad y determinación.

Algo debió ver el Papa en el joven emperador que le inquietó, pues, nada más cumplir Federico los 14 años de edad, decidió casarlo con la reina viuda de Hungría, la catolicísima Constanza de Aragón (se ve que era el nombre de moda), para ver si se le pegaba algo. La cosa no debió funcionar a gusto del papado, pues a lo largo de su vida, Federico fue excomulgado media docena de veces, pero sí a gusto y placer de los esposos, que se entendieron muy bien hasta la muerte de la aragonesa. De todos modos, las excomuniones no afectaban demasiado a Federico. En el plano personal, porque era un escéptico redomado -en una ocasión encerró a un condenado a muerte en una vasija hermética para ver si el alma era capaz de abandonar su cuerpo, cosa que, naturalmente hizo-; en el plano político porque tuvo la inteligente idea de formar los cuerpos de élite de su ejército con mercenarios musulmanes a los que la excomunión de su jefe importaba menos que la cría del cerdo ibérico en Guijuelo. Es más, uno tiende a pensar que incluso le divertían, pues en medio de una de ellas se permitió la frivolidad de organizar una cruzada, conquistar Chipre, ocupar Jerusalén, firmar una tregua con el sultán y volverse a casa tan campante. El Papa, considerablemente cabreado, decidió proclamar que aquello no podía computar como una cruzada bien hecha porque Federico ni siquiera era católico -por efectos de la excomunión- y que lo más probable era que fuese el Anticristo, como bien se infería de su pelo rojizo, sus ojos de serpiente y sus inextinguibles ganas de tocar las narices a la Santa Madre Iglesia y someterlo todo a experimentación.

Porque esa es otra, los experimentos. Ya les he comentado el de la vasija, pero no fue, ni mucho menos, el único. En otra ocasión le dio por averiguar qué era más beneficioso para la digestión de una cena copiosa: dormir o cazar. Tomó dos condenados a muerte -qué sería de la experimentación sin la pena capital-, los cebó a conciencia, mandó uno a cazar y el otro a dormir. Al día siguiente ordenó que les sacaran las tripas y comparó el estado de las mismas. ¿Les pica la curiosidad? No se preocupen, les cuento el veredicto: Federico falló en favor de la caza.

En otra ocasión, su espíritu inquieto pretendió averiguar cuál era la lengua natural de los hombres. Con tal objeto ordenó que se tomaran niños huérfanos y se los criara sin dirigirles jamás la palabra ni hacerles mimos de ningún tipo. Sin embargo, todos los muchachos murieron antes de decir nada coherente, con lo que Federico se quedó con la duda. Como curiosidad, les contaré que, según Herodoto, Ptolomeo II de Egipto realizó, quince siglos antes, el mismo experimento. Lo que pasa es que Ptolomeo concluyó que los berridos de los críos estaban en lengua lidia. Una de dos, o Ptolomeo estaba sordo o no tenía ni idea de lidio, que todo puede ser.

En fin, como ven, el amigo Federico era un tipo original. Al final de su vida, harto de pelear con el Papa se retiró a su corte y ordenó que se le diera sepultura en la Catedral de Palermo envuelto en el tosco sayal del Císter. Que lo hiciera por fe o por fastidiar a los que le llamaban Anticristo es discutible, pero, visto lo visto, yo votaría por lo segundo.

domingo, mayo 20, 2007

El espíritu de la Ley y otros fantasmas

"Tradunt temporis eius auctores,
quia triumvirali supplicio adfici
virginem inauditum habebatur,
a carnifice laqueum iuxta compressam."

Tácito
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Durante los últimos años de su reinado, el emperador Tiberio otorgó considerable poder a un hombre de extracción humilde pero considerable ambición: Elio Sejano. Sin embargo, el valido acumuló en sus manos tanto poder que el emperador se sintió amenazado y dispuso su muerte. Cuenta Tácito que, no contento con ello, decidió que se ajusticiara también a sus hijos, un muchacho y una niña de escasos años, no fuera que la extendida costumbre de vengar las afrentas con sangre le fuera a traer disgustos en el futuro. El relato de la muerte de la muchacha es especialmente estremecedor: conforme era conducida al cadalso, la niña preguntaba por qué la castigaban, prometía no volver a hacer travesuras y preguntaba si no bastarían unos azotes para castigarla. Pero la infamia no acaba ahí. Puesto que una ley, dictada para proteger a las niñas, prohibía ejecutar a las doncellas, Macro, el oficial de la guardia, ordenó al verdugo que violara a la infeliz momentos antes de su ejecución. Eso es lo que narran, de modo escueto, las frases de Tácito que cito en la cabecera. Lo mismo cuenta Ben Jonson en el último acto de su mediocre tragedia "Sejanus". No es de extrañar, puesto que fusiló al historiador latino sin el menor recato. De todos modos, como sus endecasílabos suenan bastante bien y el inglés se lee hoy más que la lengua de los césares, voy a citárselos también:
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"A son and a daughter to the dead Sejanus,
Of whom there is not so much remaining
As would give fastening to the hangman's hook,
Have they drawn forth for further sacrifice; [...]
The girl so simple, as she often asked,
Where they would lead her? For what cause they dragged her?
Cried, she would do no more. That she could take
Warning with beating. And because our laws
Admit no virgin inmature to die,
The wittily and strangely-cruel Macro,
Delivered her to be deflowered and spoiled
By the rude lust of the licentious hangman,
Then to be strangled with her harmless brother." (1)

En cualquier caso y con independencia del idioma, la ley, cumplida en su letra, fue horriblemente ultrajada en su espíritu y finalidad. Dicho sea de paso, en Irán existe la misma ley y del mismo modo se negocia su cumplimiento.

Pues bien, en nuestros tiempos no es que escaseen las leyes que pretenden proteger a las mujeres (lo de las doncellas se lleva menos por escasez de género y dificultades de comprobación), pero, a veces da la impresión de que se aplican con el mismo espíritu de Tiberio, Macro y los ayatolas. No hay que ir muy lejos para buscar ejemplos. Hace unos meses, con el declarado objeto de fomentar la partición de la mujer en la vida políitica, la llamada "Ley de Igualdad de Géneros" impuso la composición paritaria de las lictas electorales sancionando con la nulidad aquellas que incumplieran el mandato legal.
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Muy comentado ha sido el caso de la lista del Partido Popular en Garachico, Canarias, anulada por no contener hombres, lo que, según las implicadas, no se hizo por consigna sexista o vocación discriminadora sino porque ningún machote canario se presentó voluntario, pero a mi entender el caso verdaderamente sangrante es el de la Falange Española de Brunete. Les cuento.
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Los miembros de dicha agrupación, que nos caerá todo lo antipática que quieran, pero es legal y tiene derecho a recabar el voto de sus simpatizantes, presentaron una lista integrada por siete mujeres y tres hombres. Los tribunales la anularon por la asimetría sexual de sus componentes, pero concedieron plazo a los falangistas para que subsanaron el error. Los aludidos, a su vez, enviaron un escrito al juzgado aclarando que ellos estarían encantados de hacerlo, pero que la Falange sólo tiene diez afiliados en Brunete, que son precisamente los que forman la lista y que la posibilidad de convencer a otro par de varones bruneteños para que se presenten con ellos parece bastante remota. Vamos, que si los varones populares canarios son vagos los falangistas machos de Brunete directamente no existen, fenómeno este de la no existencia que tiene mucho más complicada cura que la holgazanería subtropical.
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En fin, seguro que Macro y Tiberio lo hubieran solucionado obligando al verdugo a presentarse y estrangulando después a todos, que para eso eran "wittily and stangely-cruel", pero por estos pagos somos menos inventivos. Ya verán como al final, tanto las populares canarias como las falangistas madrileñas se quedarán sin lista electoral por aplicación de la ley que defiende su derecho a presentarse.
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Pura lógica, oigan.
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-ooOoo-
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(1) En traducción bastante libre: "Un hijo y una hija del fallecido Sejano, / del que no queda lo suficiente / como para hacer ayunar al garfio del verdugo, / han tomado para continuar la sangría. / La niña, con su habitual inocencia, preguntaba / a dónde la llevaban, por qué causa la arrastraban. / Llorando afirmaba que no volvería a hacerlo; que podía / escarmentar con azotes. Y como nuestras leyes / no permiten que se mate a una virgen, / el ingeniosa y extrañamente cruel Macro / ordenó que fuera violada y desflorada / por la cruel lujuria del licencioso verdugo. / Después, que se la estrangulara junto a su inofensivo hermano. " Los últimos versos se corresponden con la cita inicial de Tácito.

viernes, mayo 18, 2007

Donde el Capitán Achab confiesa que es idiota y no se alivia en absoluto con la confesión

Hoy les voy a contar un chiste tan antiguo como insulso y carente de gracia:

"Un alegre y confiado sujeto -llamémosle X- avista a su amigo Y.
Con radiante sonrisa y la mejor de las intenciones, X se acerca y le
dice:

- ¡Y! ¿Cómo estás?

A lo que éste, con el más hosco de los ceños, replica:

- Pues anda que tú..."

¿Y esto a cuento de qué viene? Sencillo. Aparte del hecho innegable de que don Y no es más idiota porque no se entrena, acabo de descubrir que el mencionado personaje se inspira, con notable fidelidad, en mi persona. Y créanme, si hay algo peor que saberse un bárbaro cafre idiota, es tener la certeza de que tu idiotez, barbarie y cafrería las sufren quienes, como X, no pueden merecerlo menos.

Hay días que deberían prohibirme. El resto, dispensarme con receta y bajo riguroso control médico.

jueves, mayo 17, 2007

Tangram (2)

"El movimiento del Tao es el retorno".
Lao Tse


Mira que les tengo dicho que no se dejen llevar por el desánimo, que la vida está llena de posibilidades, que la mente es fértil y su campo de acción es infinito, pero me ven ustedes a dos conejitos aliviándose el rijo y comienzan las quejas: que si los conejos ya se sabe, que si qué suerte, que si quién fuera conejo...

Pues no pienso tolerarlo. Que les quede muy claro que si un roedor puede, ustedes, como seres humanos que son, también. Faltaría más.



Y les prometo que, a partir de ahora, guardo el dichoso puzzle, me abstengo de tanto vicio y me pongo a hablar de griegos, romanos, políticos, madres, hermanos y demás fauna habitual por estos pagos.

miércoles, mayo 16, 2007

Tangram

"Si no se riese a carcajadas,
no se trataría del verdadero Tao."
Lao Tse

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Estábamos repasando en familia los regalos de mi cumpleaños cuando comenzó el turno de preguntas:
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- Achab, ¿qué es eso que te ha regalado tu hermano?
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- Un tangram doble.
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-¿Y eso qué es?
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- Pues verás. El tangram es un milenario puzzle chino que, con tan sólo siete piezas - cinco triángulos, un cuadrado y un romboide- permite, con un poco de imaginación e ingenio, realizar múltiples y sorprendentes figuras.
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- ¿Me enseñas alguna?
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- Claro. Aquí, por ejemplo, tienes una conejita.
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- Ah, ya, muy mona. Pero decías que era doble. ¿Qué se puede hacer con el otro?

- Pues, por ejemplo... ¿otro conejito?

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Cinco mil años de cultura china para esto. En verdad que los caminos del Tao son inescrutables.

Por cierto, ¿alguien quiere adoptar un gazapito?

martes, mayo 15, 2007

1123,59

Entre las múltiples rarezas que alberga la red se halla una realidad paralela de notable complejidad denominada "Second Life". Por lo que se ve, son millones los individuos que se dejan tiempo y dinero en animar la vida ficticia de sus dobles binarios. Entre ellos está el líder de Izquierda Unida, don Gaspar Llamazares, quien, en plena búsqueda de votantes, convocó un mitin virtual en el citado universo ficticio.

Al evento, según cuentan por ahí, acudieron ochenta y nueve personas de atrezzo. Los responsables del partido convocante, sin embargo, se mostraron muy contentos y aseguran que 89 asistentes pixelados equivalen a unas 100.000 personas de carne y hueso. Puede que sea verdad, que yo de esto no entiendo, y cada monigote cotice a 1123,59 humanos pero, en ese caso y por pura lógica, el Llamazares virtual que soltó el discurso equivale a un millar largo de políticos barbudos, en cuyo caso el éxito queda considerablemente reducido; si IU convoca un mitin electoral y se compromete a que los discursos los hagan a coro 1123 clones con barba voy hasta yo, que eso tiene que ser más divertido que el circo americano.

Por otra parte, una vez abierta la veda del activismo político interneteril, sus infinitas posibilidades no han dejado de desarrollarse. Agotado el milagro de la multiplicación de asistentes y conferenciantes, el siguiente invento fue la manifestación virtual: una serie de ingeniosos y ociosos protestones se concentraron, bien provistos de pancartas y banderas, ante una sede cibernética del PSOE para protestar un rato y pasar la tarde de tan entretenído y excéntrico modo. Seguidamente, ¡oh, fertil ingenio humano!, se inventó la trifulca virtual: al rato, unos cuantos simpatizantes del socialismo pixelado se enfrentaron a los antedichos manifestantes emitiendo consignas discrepantes con notable ánimo y vigor.

Pero el invento definitivo fue el antidisturbios virtual y la disolución de manifestaciones per meretricis modo. El administrador, moderador o lo que sea de la página, harto de tanta mandanga, tomó el control de los manifestantes y los teletransportó a un putiferio virtual a modo de sanción.

Ya sé que no parece una sanción demasiado terrible, pero recuerden que cada pelandusca electrónica debe también equivaler a 1123,59 suripantas ordinarias. Vamos, que aunque sólo sea por el número, eso sí que es una auténtica putada.

lunes, mayo 14, 2007

Prisiones Hilton


Pajareando entre las noticias curiosas que por la red se hallan, descubro que la juerguista millonaria Paris Hilton está tomando clases de kárate para mejor sobrellevar los sesenta días en prisión que, por lo visto, debe cumplir en una cárcel californiana por conducir su deportivo con más combustible inflamable en el estómago que en el depósito. Según parece, la muchacha teme ser reciclada en juguete sexual por alguna de las internas más experimentadas, agrestes y musculosas y pretende solucionarlo repartiendo estopa. Yo no entiendo mucho de prisiones, pero en las películas de presidiarios, cada vez que alguien intenta disuadir a mamporros a sus compañeros más cariñosos, es costumbre que acabe siendo sodomizado en grupo en el rincón más oscuro de la lavandería. Pero vamos, que si la moza está inquieta yo entiendo que busque remedio. A fin de cuentas, la solución clásica de las prisiones masculinas -aprender a coger la pastilla de jabón con los pies- no resulta demasiado útil en una prisión de mujeres.

Tantas molestias, sin embargo, pueden acabar por resultar inútiles. Según otro articulillo, la muchacha podría obtener reducción de condena, no por su buen comportamiento, su dedicación a la comunidad o su chequera bonita, sino por la escasez de camas disponibles en la prisión de Lynwood, California, donde debe cumplir la pena. Parece ser que, a falta de catres, las autoridades del lugar sueltan a los reclusos de menor importancia, entre los cuales los conductores borrachos gozan de especial preferencia.

Una lástima, oigan. Los romanos, que entendían mucho mejor el espectáculo, hubieran hecho una votación:

- ¿A quién queréis que soltemos? ¿A París Hilton o a Barrabás?

Y comoquiera que Barrabás gana siempre, todos contentos. Sobre todo el colectivo de presas acosadoras de la prisión de Lynwood, California.

domingo, mayo 13, 2007

Reflexión cumpleañera

Ahora que soy un poco más viejo y un poco más sabio voy a compartir mi ciencia con ustedes:

"Cuando, el día de tu cumpleaños, el móvil se queda seco a las seis de la tarde, o es que tus amigos son muchos y buenos, o tu batería es escasa y mala."

O un poquito de cada, como fue el caso.

viernes, mayo 11, 2007

Regalo anticipado

Opinaba don Walter Shandy, con toda la vehemencia que le es permisible a un personaje de ficción, que los hechos que más influyen en el futuro carácter de una persona son el nombre que se le impone y las circunstancias que rodean su concepción y nacimiento. Las ideas de don Walter, admitámoslo, resultaban un tanto caprichosas y arbitrarias. Además, si se recuerda que Mr. Shandy consideraba que Trismegistus era el nombre ideal para el nacido varón y la cura infalible de todo mal, la poca confianza que aún pudiera quedarle a uno se pierde ya sin remedio.

Claro, que en mi caso, ninguno de los hechos citados muestra demasiadas singularidades:

- el nombre funcionó bien con mi padre y no tendría por qué torcerse conmigo;

- la concepción la ignoro por completo aunque, conociendo a mis queridos y pacíficos progenitores, tampoco apostaría yo por una arriesgada aventura de pasión tropical y selvática. Puestos a jugarse algo yo votaría por una siesta veraniega en algún rincón de La Mancha de cuyo nombre me acuerdo perfectamente;

- el nacimiento, en cambio, sí que me lo sé, que mi madre siempre me lo cuenta por estas fechas. Estaba ella viendo el "Un, Dos, Tres" tan tranquilita el viernes 11 de mayo de 1979, cuando, animado por la perspectiva de contemplar bellas señoritas con gafas haciendo multiplicaciones -cosa que me sigue gustando bastante-, me decidí a presentarme de improviso. Digo "de improviso" y lo digo con razón. Si mis padres tardan dos minutos más en llegar a la clínica , nazco en la calle. Afortunadamente, tal cosa no sucedió y, a los pocos minutos de estrenarse el sábado 12 de mayo de 1979, nací entre sábanas blancas, enfermeras rubias, mimos incoloros y alarmadas exclamaciones de "¡pero qué crío más grande y peludo que ha tenido usted!". Lo de grande, permítanme la aclaración, continúa. Lo de peludo, así así.

Por abreviar, que en cuanto el reloj marque las doce de la noche, pueden felicitarme sin incurrir en error temporal alguno, mandarme jamones ibéricos y tirar de mis pabellones auriculares con cuidado, cariño y precaución.

Por de pronto, como regalo anticipado, mi amigo el virus troyano me ha devuelto las tildes. Yo hubiera preferido, como el doctor Fausto, el gozoso usufructo de Helena de Troya - con gafas y multiplicando, a ser posible-, pero tampoco me voy a quejar, no sea que se las vuelva a llevar y complete la fechoría afanándome medio abecedario.

Sospecho que un blog experimental sin vocales iba a tener muy pocas visitas.

jueves, mayo 10, 2007

Historia del paralítico motorizado


Periódicos y telediarios gustan mucho de tener alguna noticia curiosa que insertar entre las desgracias habituales y facilitar de este modo el cambio de tercio y la entrada de los banderilleros. Ayer le tocó el turno a la historia del paralítico motorizado.

Parece ser que el otro día, la policía de Narón, provincia de La Coruña, recibió varias llamadas alertando de la presencia de una camilla motorizada que se desplazaba pisando huevos por la autovía que une El Ferrol con Villalba. Los uniformados que se desplazaron a la citada vía encontraron, en efecto, que Antonio, un tetrapléjico de 42 años, circulaba por el arcén pilotando, con considerable miedo y sirviéndose de la boca, un abracadabrante híbrido de cama y motocarro.

El minusválido, muy aliviado por su rescate, aclaró a los agentes que él no tenía gana alguna de estar allí; que se había equivocado de salida en una rotonda y que había acabado en la vía rápida, pero que su intención primera nunca fue otra que dirigirse al “Club” a distraerse un rato.

En fin, no es que yo esté muy puesto en las alternativas de ocio en el medio rural gallego, pero, francamente, me sorprendería mucho que don Antonio fuera socio del club de tenis local. Es más, me sorprendería enormemente que hubiera club de tenis en Narón, provincia de La Coruña, y menos tan cerquita de la carretera. Entiéndame, no es que me parezca mal que don Antonio se distraiga como pueda, bastante tiene ya con lo suyo y todo alivio que se procure es poco, lo que me intriga es cómo demonios se apaña para hacerlo. Vale que el hombre es habilidoso, que conduce la motocama esa con la boca y pinta cuadros con los dientes, pero a bote pronto, yo diría que las actividades propias de un prostíbulo exceden un tanto de sus capacidades actuales. En fin, lo mismo es que le hacen descuento en los cubatas.

En cualquier caso, demostrado queda que las rotondas son un invento del diablo - o de los franceses, que tantum monta- y que solamente sirven para estrellar ciclistas, perder tetrapléjicos y disminuir los ingresos del pequeño comercio rural gallego.

¡Que las supriman ya, hombre!

miércoles, mayo 09, 2007

Adicciones

Mi madre, ya lo saben ustedes, es partidaria de la moderación y no tolera los excesos, aunque, en ocasiones, su instinto maternal la lleve a ser indulgente con los míos. Cuando tal cosa ocurre, se desahoga relatando a mi señor padre el incorregible nivel de mis vicios:

-¡Lo que le gusta a tu hijo la coca! ¿Tú sabes que casi nunca tomaba nada por las mañanas? Pues desde que probó la coca, no se pone a estudiar sin meterle un buen tiento. Yo le digo, pero hijo, ponte menos, que se te va a acabar, que con el vicio que tienes la vas a echar de menos… pero nada, se pone, se pone y luego vuelve a por más…

Hasta ahí ha necesitado mi padre para acordarse de la coca dulce de almendras que mi madre me trajo de Alicante. Claro, que mis estruendosas carcajadas le debieron ayudar bastante.

martes, mayo 08, 2007

Sexando fieras

Ya que ayer dediqué la entrada a un equívoco matritense, hoy hablaremos de otro. Este no afecta a ningún político bajito, sino al que tal vez sea el monumento más popular de la capital: la fuente de Cibeles.

Para ponernos en situación les contaré un mito griego medianamente conocido. La veloz Atalanta, hija del noble Yaso, no deseaba contraer matrimonio, ya que era profundamente devota de la casta Artemisa. Como su padre estaba emperrado en tener nietos a los que enseñar a lanzar la jabalina, saquear las polis vecinas, violentar doncellas y demás actividades propias del aristócrata arcaico medio, Atalanta llegó a un compromiso con su progenitor: si algún pretendiente la derrotaba en carrera se casaría con él. Para mejor motivar a los competidores añadió el simpaticote corolario de decapitar a los rezagados.

A pesar de que media juventud griega se había dejado ya la sesera tratando de encalomarse a Atalanta, Hipómenes, hijo de Anfidamante, decidió probar suerte también. Aprovechando que tenia enchufe con Afrodita, el osado joven consiguió que la diosa le prestara tres manzanas de oro y se dispuso a competir auxiliado de tan estrambótico equipamiento deportivo. De este modo, cada vez que Atalanta se adelantaba, Hipómenes arrojaba una manzana al suelo. La moza que, o bien era un poco tonta o bien le había echado ya el ojo al jovenzuelo y reconsiderado lo de la castidad como opción vital, se agachaba a recoger la fruta. Esta añagaza permitió a Hipómenes recuperar la ventaja, ganar la carrera y desposar a la heredera de Yaso.

En fin, el caso es que, ya casaditos los dos, a Hipómenes se le ocurrió la cuestionable idea de usar un templo de Cibeles como picadero. Eso, por cierto, es lo que se llama una idea brillante; como en toda Grecia no hay suficientes rincones discretos, lo suyo es irse a practicar la coyunda en el templo de la sanguinaria diosa asiática que castró al joven Atis por un quítame allá esas pajas. En fin, el caso es que la diosa se molestó bastante y, aunque no castró a nadie, transformó a la pareja en leones y los unció a su carro.

Los leones son bichos un poco vagos e impredecibles, con lo que no sé yo si son la mejor bestia de tiro que elegirse pueda, pero en cambio tienen la ventaja de ser muy sencillos de sexar. Aquí no hay que hurgarle al bicho la retambufa, como es el caso de los pollos. Aquí sobra con unas nociones básicas de peluquería: el de la melenita es el caballero. Sí, ¿no?

Pues vamos a comprobarlo con la fuente madrileña.



A ver, uno con melena, ese es Hipómenes… y otro con melena también que vayan ustedes a saber quién es.

Luego dirán los griegos que su universal fama homoerótica carece de justificación.

lunes, mayo 07, 2007

La estación fantasma


Hoy les voy a contar una historia de desaparecidos y confusiones. Resulta, mis pequeños suspiritos azules, que en el metro de Madrid existe una parada de nueva creación, llamada Simancas, que comparte nombre con el barrio donde se encuentra, el candidato socialista a Presidente de la Comunidad y un pueblo de Valladolid. Sin embargo, los nuevos mapas del metro se han editado con omisión de dicho apeadero.

El señor Simancas, en vez de agradecer la oportunidad de ser, por una vez, noticia, se ha mostrado muy ofendido y ha insinuado que se trata de una medida de carácter mágico vudú urdida por sus enemigos políticos para labrarle la desgracia. No sé, qué quieren que les diga, aparte de que este hombre no parece necesitar demasiada ayuda externa para desmorrarse en los recuentos electorales, yo no termino de imaginarme a Esperanza Aguirre invocando a Changó mientras agita una maraca confeccionada con la calavera de un simio negro. A mí me parece, más bien, que sea el típico bromazo del becario mal pagado, como aquella vez que insertaron en el horóscopo del periódico la infausta predicción de que todos los nacidos bajo el signo de Tauro morirían acuchillados, cosa que, afortunadamente, no sucedió.

De todas maneras, lo mismo le convenía a don Rafa cambiarse el apellido, que el suyo llama mucho a confusión. Por ponerles un ejemplo, unos días antes de las últimas elecciones autonómicas, estaban dos señoras discutiendo de política en la farmacia de mi madre, que se halla muy cerca de la malhadada parada escapista.

Una de las señoras, tras realizar una vehemente defensa de sus convicciones, declaró:

- Yo voy a votar a Simancas.

Su contertulia lo tomó por una declaración geográfica, que no política, y convencida de que la entusiasta socialista debía depositar su voto en el Instituto Publico de Educación Secundaria del barrio de Simancas, contestó:

- Yo no. Yo a los salesianos.

Que, por cierto, fue tirar el voto. Ni un solo escaño sacaron los padres salesianos. Una injusticia, con lo buenos que son, que nos llevan de excursión...

domingo, mayo 06, 2007

With the Memphis Blues Again

Ayer sábado me pasé media mañana, o más exactamente la mañana entera, pluriempleando el ordenador en funciones de minicadena. La mayor parte de las veces que me pongo a hacer esto acabo escuchando una sola canción en un insano y eterno bucle continuo. En esta ocasión, la cansina iteración musical fue realizada mediante la repetición de “Stuck inside of Mobile with the Memphis Blues again”, letra y música originales de Mr. Bob Dylan. Teniendo en cuenta que llevo media vida sosteniendo que este muchachote es un alienígena robótico cuyo timbre de voz fue cruelmente diseñado en el planeta Trafalmadore para achicharrar a la media hora de escucha los centros neurálgicos básicos del cerebro humano y, de este modo, facilitar la posterior ocupación del planeta, la cosa tiene su mérito. De todos modos, hay una justificación genética: mi padre lleva haciendo lo mismo toda su vida. Claro que él lo hace con un ballet de Mikis Theodorakis basado en melodías del folclore cretense y eso está libre de toda sospecha de intervención tramalfadoriana; los extraterrestres son raritos, pero no tanto.

El caso es que la cancioncilla provocó uno de esos procesos de cerebración inconsciente que tan propios me son. Arrancando de la repetida mención a la ciudad de Mobile y tras unas cuentas piruetas históricas la cosa acabó en la corte mexica con el emperador Moctezuma II. Comoquiera que la costumbre de esta bitácora es contarles precisamente este tipo de historietas procedo a narrarla en orden cronológico, que si la cuento con todos los recovecos con los que brotó en mi cabeza descarrilamos en la primera curva.

Cuando Cortés llegó a México, el chiringuito estaba al cargo de los mexicas, impropiamente llamados aztecas, cuyo jefe de negociado era el depresivo e inestable emperador Moctezuma II, el gran señor ceñudo. La historia de cómo nos traspasamos el negocio y de cómo el pobre Moctezuma murió apedreado por sus propios paisanos es de sobra conocida y ha sido frecuentemente empleada como argumento para demostrar el supuesto carácter racista y genocida de la colonización española de América. Teniendo en cuenta por una parte que los mexicas eran una casta militar de introducción reciente que oprimía a las poblaciones preexistentes con un organizadísimo régimen de terror religioso, militar y caníbal y por la otra que las partes del continente donde más indígenas subsisten son precisamente las que ocupamos nosotros –pregunten por los mohicanos, si no se fían- la acusación de genocidio no deja de ser un tanto hipócrita y ventajista.

En cuanto a la de racismo, pues miren, al menos en un principio, la cuestión fue más social que racial. Muchos conquistadores tomaron mujer entre la nobleza india y defendieron con éxito en España las pretensiones de hidalguía de su descendencia. Un caso palmario fue precisamente el de los descendientes de Moctezuma. El mexica no sólo había jurado fidelidad al emperador Carlos sino que se había dejado el pellejo en cumplir su compromiso. El nieto del mexicano emigró a España y defendió su pleito de hidalguía con tanto éxito que el Rey Felipe II concedió a su hijo, Pedro Tesifonte de Moctezuma, el título de Conde de Moctezuma de Tultengo.

En fin, el caso es que pasaron los años y, en la desembocadura del río Mobile, en la costa del actual estado de Alabama (EE.UU.), lo cual no pilla demasiado lejos de los antiguos dominios del emperador lapidado, los franceses fundaron una ciudad que acabaría por tomar el nombre del río. Años más tarde, la población pasó a manos británicas. La ciudad no tuvo mayor importancia hasta la guerra de Independencia de los Estados Unidos. Hartos de que los rebeldes se escurrieran hacia el interior después de cada revés, los británicos desarrollaron un plan definitivo para librarse de ellos: desembarcar en el sur y atrapar a los ejércitos norteamericanos entre dos fuegos. Sin embargo, para cuando quisieron asegurarse el control del puerto de Mobile, indispensable para sus designios, toparon con que allí se atrincheraba una nutrida fuerza de españoles, aliados de los rebeldes, sin ningún ánimo de arriar la bandera. Por una de esas curiosidades que tiene la Historia los defensores estaban comandados por un aguerrido aristócrata de nobilísimos antecesores: el General Jeronimo Girón y Moctezuma, que obligó a replegarse a los ingleses con numerosas bajas.

Así que ya lo ven, los franceses, que tuvieron a Lafayette paseándose junto a Washington sin demasiadas consecuencias prácticas se las apañan para salir en todos los libros, películas o telefilmes que tratan el tema. Los españoles, en cambio, no salimos ni en las notas al pie y eso que empleamos el novelesco procedimiento de mandar a combatir al descendiente directo de un emperador indígena. No sé quien gestiona nuestra publicidad histórica, pero lo hace de pena.
Y por cierto, antes de que nadie lo diga: sí, mi cerebro también lo ensamblaron en Trafalmadore.

viernes, mayo 04, 2007

Borbones y drosophilae

De toda la vida de Dios, los genetistas han criado moscas del vinagre (Drosophila melanogaster) par realizar sus experimentos. El bicho no es especialmente mono, pero reúne tres grandes ventajas: es relativamente simple, se reproduce al por mayor y es barato de mantener.

Los Borbones, que son mucho más vistosos que las moscas, sólo comparten dos de las mencionadas propiedades. En consecuencia ningún científico aburrido se esfuerza en que les crezcan patas en la cabeza, o alitas supernumerarias. Todo lo más, de vez en cuando sale uno con corona entre las antenas.

No obstante, como tampoco es cuestión de desaprovechar las oportunidades de impulsar la Ciencia, esténse atentos los fisonomistas. Después de monopolizar las televisiones durante una semana con imágenes fijas de una puerta acristalada, esta tarde tendremos una segunda oportunidad para determinar si el gen abuelo-taxista es dominante sobre el gen Borbón o viceversa.

De momento gana el taxista uno a cero.

jueves, mayo 03, 2007

Prior in tempore…

En el año 71 a.C., Marco Licinio Craso, cónsul de Roma y el hombre más rico de la República, logró por fin desbaratar el ejército que, con esclavos fugitivos y gladiadores huidos, había construido el tracio Espartaco, quien a su vez murió en la batalla. El romano se las prometía muy felices: llegaría a Roma, recibiría el aplauso público, el Senado le concedería un glorioso triunfo y pasaría a ser el héroe favorito de toda la urbe.

Nanai. Craso, en efecto volvió a Roma, pero, cuando llegó, encontró que Cneo Pompeyo, cuyas legiones tan sólo habían atrapado a algunos pocos fugitivos del derrotado ejército servil, se había apropiado el mérito de la campaña, recibido el aplauso, disfrutado el triunfo y era, en efecto, el tipo más popular de toda Roma.

Insistiendo mucho y abonado una pasta, Craso logró que le otorgaran una ovación, lo que no dejaba de ser un triste y carísimo consuelo.

Pues en Madrid no tenemos esclavos pero, en cambio, andamos sobrados de túneles y agujeros. Nuestros túneles, dicho sea de paso son fáciles de distinguir: si los paga la comunidad, dentro hay trenes; si los paga el Ayuntamiento, dentro hay coches; si los paga el Gobierno, no están en Madrid. El último, que acaba de terminar la Comunidad, lleva el metro hasta la terminal cuatro del aeropuerto de Barajas.

Pues bien, comoquiera que la inauguración estaba prevista para hoy, la ministra de Fomento se presentó ayer en la obra con un traje nuevo y zapatitos de tacón y se hinchó a posar para todos los medios con su mejor sonrisa político-electoral.

“Engualica engualica que el defunto de Pompeyico”. Luego dirán que nuestros políticos desconocen los clásicos.

miércoles, mayo 02, 2007

El Ritual de los Achab


En el cuento de Sir Arthur Conan Doyle “The Musgrave Ritual”, una aristocrática familia británica transmitía de padres a hijos un extraño conjuro que, en cifra, revelaba el escondite de la corona del difunto Carlos I. Los Achab, que de nobles tenemos la intención y gracias, nos transmitimos las instrucciones para aparcar en nuestra en enrevesadísima plaza de garaje.

La historia arranca de cuando mis padres compraron la casa. Se vendía además, a un precio muy ventajoso, una plaza de garaje que el promotor consideraba inutilizable por su minúsculo tamaño y su problemática situación: en curva y junto a la rampa de salida. Mi padre midió la plaza, midió su Renault 5, calibró su notable habilidad para maniobrar en el espacio y soltó la pasta a tocateja.

El tiempo pasó, sucedí a mi progenitor en el uso del viejo cochecito y el ritual me fue transmitido:

"– ¿De quién era?

– Tuya.

– ¿Quién la tendrá?

– Un servidor.

– ¿Dónde estaba el sol?

– En el cielo.

– ¿Dónde estaba la sombra?

– En el garaje.

– ¿Con qué pasos se medía?

– Cuesta abajo por diez y por diez, al este por cinco y por cinco, al sur por dos y sin tirar la moto, al oeste por uno y sin rozar la columna, bloqueas volante, cierras contacto y te vas.

– ¿Qué daremos por ella?

– Sangre, sudor y volantazos.

– ¿Por qué deberíamos darlos?

- Porque salió baratísima."

La cosa iba bien mientras el coche aguantó. Pero un día, el pobre automóvil se sintió cansado, perdió las ganas de rodar por la urbe, nos dejó un charquito de aceite en el suelo y se mudó al paraíso de los utilitarios difuntos. Apenados por la pérdida, pero conscientes de la necesidad de ser prácticos, nos pusimos a la búsqueda del automóvil más paradójico que concebirse pueda: tan grande por dentro como para contenerme a mí, tan pequeño como para entrar en la liliputiense plaza. Contra toda esperanza lo conseguimos. Sin embargo, el nuevo coche, un Volkswagen Lupo, era un poco más ancho que su antecesor, de modo que hubo que reformar el ritual:

“– ¿Con qué pasos se medía?

– Cuesta abajo por diez y por diez, al este por un pelo, al sur por narices y tirando la moto si hace falta, al oeste por uno y afeitando la columna, bloqueas volante, cierras contacto, das gracias a todos los dioses, suspiras y te vas.”

La interpolación se mostró eficaz. De milagro milagrito, el coche aún entraba.

Sin embargo, poco después, se pusieron de moda los todoterrenos y los vecinos, cada cual compensa sus carencias como puede, llenaron mi espacio de maniobra con mastodónticos aparatos sobredimensionados. Pensarán que esto complicó el ritual, ¿no? Pues se equivocan. El ritual de los Achab consta ahora de una única y concisa línea:

- "Si tienes prisa, no te olvides el bonobús."

martes, mayo 01, 2007

Sobre el orden


El orden, dicen, es una virtud. Sin embargo tiene sus peligros. Sin ir más lejos, a Perseo, rey de los macedonios le costó perder su reino. El tal Perseo había accedido al trono macedonio en el año 179 a.C. y desde el primer momento se propuso devolver al reino su pasado esplendor. Perseo confiaba para ello en el ejército más ordenado del mundo antiguo: la falange macedonia.

La mencionada falange consistía en un montón de fornidos maromos portadores de una lanza larguísima y un escudo ligero: con el escudo, que se portaba en la mano izquierda, se cubría al falangista de la derecha; la lanza se sostenía paralela al suelo y todo el grupo, con impecable orden y firme paso avanzaba de frente a modo de apisonadora.

La cosa no le fue, en principio, demasiado mal. A base de orden Perseo fue expandiendo su reino. Pero tanto orden y tanta mandanga acabó por molestar a los romanos, que votaron la guerra contra el macedonio y encomendaron su dirección al astuto, recio y bragado cónsul Lucio Emilio Paulo.

Cuando ambos ejércitos se encontraron cara a cara en la decisiva batalla de Pydna (168 a.C.), Perseo recorrió a lo suyo, el orden y el método. La falange, avanzando de frente como un improbable erizo simétrico arrolló a la legión y la acorraló contra la ladera de un monte. Pero, a esas alturas de la película, el sagaz Paulo se había dado cuenta ya de que la principal virtud macedonia, el orden sistemático, era también su principal defecto. Comenzó a retirar a sus legionarios hacia el monte, buscando un terreno quebrado donde los macedonios hubieran de descolocarse, y cuando así sucedió, ordenó a los legionarios que se deslizaran bajo las lanzas, se escurrieran entre los huecos, acuchillaran las piernas, lanzaran piedras y convirtieran aquello en una sucia trifulca de patio colegial. Si los macedonios eran imbatibles en un combate ordenado y regular, comportándose como energúmenos los romanos eran insuperables. Los macedonios, después de varios siglos de orden y sistema fueron incapaces de reaccionar y acabaron criando malvas helénicas en los campos de Pydna. Los romanos, cuando se cansaron de despenar griegos usucapieron Macedonia y a otra cosa, mariposa.

Pero los riesgos de ser ordenado no concluyen en el campo de batalla. Ayer una amiga mía me relato cómo el orden puede destruir una cocina. Resulta que la madre de esta señorita, con ánimo de mantener su casa en perfecto estado de revista, decidió ocultar del campo de visión la fea y antiestética freidora. A falta de mejor lugar de almacenaje la colocó en el horno. Después se fue de viaje. Su inadvertida hija, atendiendo a las necesidades nutritivas que al ser humano son inherentes decidió calentar el horno para hacerse unos macarrones. ¡Cómo podía la pobre sospechar que el horno ocultaba una freidora repleta de aceite! Como pueden imaginar, al alcanzar el aceite la temperatura de ebullición, sobrevino en dicha habitación un pequeño ensayo del Apocalipsis.

Claro que lo peor, según ella, no son los dos electrodomésticos rotos ni el tono ahumado que han adquirido las paredes. Tampoco lo es la bronca que le caerá cuando su madre regrese (a fin de cuentas es un caso clarísimo de concurrencia de culpas). Lo peor es que necesitó quince minutos largos para convencer a los bomberos de que “¡socorro, socorro, que se quema la freidora que estoy asando en el horno!” no era una imaginativa y surrealista broma telefónica.