miércoles, julio 11, 2012

La Regla de San Benito

San Benito de Nursia era un señor barbudo del siglo sexto que, para la correcta organización de los monasterios y sus monjes, redactó unas severísimas reglas que ordenaban su trabajoso, austero y piadoso vivir. Corto no debió de quedarse el hombre porque, según cuenta la leyenda, los monjes bajo su mando lo intentaron envenenar.

Intoxicaciones alimentarias aparte, la Regula Monasteriorum, que así se llamaba el manual de instrucciones del buen cenobita, tenía normas para todos los aspectos de la vida monástica. No les voy a contar por estos lares cómo debe ser el hábito del monje, cómo hay que organizar el dormitorio o a qué hora hay que levantarse para rezar. Baste con señalar que la Regla responde a un criterio uniforme y constante que deja muy claras las opiniones e intenciones del buen padre fundador:

- El monje es humilde y obedece sin poner pegas;

- El monje es diligente y trabaja como el asno en la noria;

- El monje es austero y las tiene que pasar canutas para mejor acondicionar su alma.

En definitiva, ser monje no es una fiesta y cuando sueltas la azada tienes medio minuto para ponerte a rezar.

La fiesta de San Benito de Nursia se celebra cada año el día 11 de julio, que es él día en que un señor con barba ha comparecido en el Congreso para recordarnos que el buen español obedece a Europa, tendrá que trabajar como un burro y las pasará canutas para llegar medio vivo a final de mes.

Ignoro si las duras medidas bastarán para salvar nuestros pecadores cuerpos del fuego de los mercados. Lo que tengo que reconocerle al Gobierno es que el día escogido para darnos el susto no se ha podido elegir mejor.

viernes, julio 06, 2012

Apariciones

Han sido hallados más de cien dibujos de Caravaggio.

Pero la noticia no es esa, pues estos genios del barroco se pasaban el día pintando monas y a nadie puede extrañar que acaben por aflorar sus monigotes. A grandes rasgos, es como cuando aparecen los huesos de un brontosaurio... Con los que había y lo que ocupan lo sorprendente es que no aparezcan al escarbar en el huerto de cada cual.

La verdadera noticia es que los dibujos no han aparecido en el garaje del electricista de Santiago... y es que, con la cantidad de obras de artes que están apareciendo en el trastero del ladronzuelo compostelano de alto voltaje lo mismo compensaba más trasladar allí los museos catedralicios que devolver lo sustraído a su lugar original.

Por de pronto, don Mariano se ahorraba un viaje, que no es tan poca cosa visto lo apretados que estamos y la necesidad perenne de recortar.