domingo, diciembre 31, 2006

Tongo Tango

Esta mañana, comoquiera que los comercios estaban abiertos para aprovechar el tirón dadivoso que estas fiestas pasean de la mano he acompañado a mi madre de tienda en tienda a la búsqueda de una interesante oferta publicada en los periódicos. Era bastante previsible que el producto iba a estar agotado, así que yo, instruido en la doctrina de Zenón el Estoico, me dispuse a aceptar la caminata, los empujones, la frustración y el desánimo como el que se da un garbeo por el ágora.

A mi madre, en cambio, Zenón le trae al pairo, ella es más del profeta Jeremías, así que lejos de manifestar la estoica ataraxia ha lamentado su infausta suerte, jurado en hebreo contra el inventor de la publicidad engañosa y las existencias limitadas y prometido certera y justiciera venganza contra los facedores de semejantes entuertos. Yo, que la escuchaba concentrado en no desear nada y nada lamentar, me percaté de un hecho interesante: ordenando sus quejas, se podría construir un tango rupturista, moderno y original, que en lugar de lamentar inmerecidas cornamentas se quejara del abuso comercial. A fin de cuentas el otro día estuve repasando el repertorio tanguero tradicional y el tema está en barbecho. Creo que lo titularé Tongo-Tango y el estribillo dirá:

"Todo es mentira, mentira, mentira,
oferta que anuncian no cumplen jamás.
Tongo- tango, tongo-tango,
palabras bonitas y hartarse de andar."

Mientras voy terminando la partitura y traduciendo la letra al lunfardo, ¿puede alguien encargarse de ir clonando a Gardel?

sábado, diciembre 30, 2006

Informando

A media mañana, el ministro del Interior comparece en rueda de prensa para informar sobre la explosión de una bomba etarra en el aeropuerto de Barajas. Uno de los periodistas le pregunta sobre la valoración y consecuencias de dicho acto criminal. El ministro se ve en un brete, pues aunque algo debe decir no puede hablar en nombre del Gobierno hasta que éste se reúna y tome una decisión firme. Don Alfredo, se coloca la chaqueta, improvisa y responde, algo parecido a esto:

- Colocar un coche bomba en Barajas es una ruptura del alto el fuego permanente.

Hombre, comprometerse no se ha comprometido, pero tampoco ha resultado demasiado informativo. Que poner bombas rompe un alto el fuego es como decir que los círculos son redondos, o que el caballo blanco de Santiago es de color blanco: verdad es, pero no aporta mucho.

Yo le sugiero que la próxima vez que los pacifícos y benéficos patriotas del norte decidan volar a alguien por los aires declare ante los micrófonos que dicha explosión implica que, al recibir corriente un detonador colocado junto a una masa de explosivo, esta última ha experimentado una serie de reacciones químicas conducentes a un fuerte calentamiento y expansión, motivadores a su vez de una destructiva onda expansiva.

Total, lo mismo vamos a sacar en claro y por lo menos así repasaremos la física elemental que espero que aún enseñen en el Bachillerato.

PD: A ver si esta tarde su jefe se moja más, aunque la verdad, me extrañaría.

viernes, diciembre 29, 2006

Duplicidad nominal

Los nombres repetidos pueden ser molestos e incómodos. Un servidor de ustedes, que comparte nombre con su padre, carga con a cruz de ser denominado en familia por cursilísimos diminutivos que evitan la confusión. Pero hay casos peores: tengo una buena amiga de nombre muy común y prototípicamente hispánico que fue interrogada como sospechosa de homicidio durante varias horas antes de que un policía avispado concluyera que se trataba un lamentable caso de identidad duplicada. Yo no es por criticar la labor policial, pero basta verla para darse cuenta que la niña es más dada a la colleja que a la cuchillada. En fin, que lo investiguen del Pino y García Abadillo si se aburren del 11-M, que el caso promete.

De todos modos, los inconvenientes pueden ser aún mayores cuando la duplicidad se da entre lugares y no entre personas, pues son muchos los lugares del mundo nombrados en honor de otra localidad. Consecuencias que trae la morriña. Uno está perdido en las quimbambas arrefostiándose con la indiada y de repente piensa:

"En esta veredita unas casitas quedarían preciosas; además les puedo poner el nombre de mi pueblo, que eso consuela mucho de perderse la romería de San Apapucio Mártir."

El hombre lo hace y se queda tan feliz, pero luego son otros quienes pagan las consecuencias. Conozco a una chica que compró en Turín un billete de tren a Barcelona para pasar las navidades con la familia y acabó comprobando que Sicilia, nevada, es bien bonita. Todo porque algún añorante mesnadero del Rey Pedro III de Aragón echaba de menos la botifarra amb mongetes que le cocinaba su mamá.

jueves, diciembre 28, 2006

La fuente de la eterna juventud


Cuando yo era pequeño mi padre me grababa documentales sobre naturaleza que invariablemente presentaba Sir David Attenborough. Este caballero, un inglés canoso de impecable dicción, aparentaba entonces unos sesenta años. No es sorprendente: Mr. Attenboroug nació en 1926 y sesenta eran precisamente los que por entonces cumplía.

Sin embargo, hoy me he quedado viendo la televisión después de comer (sí, soy uno de esos friquis que ven los documentales de La 2) y he podido comprobar que don David sigue siendo canoso, conserva su magnífica dicción y, lo que es más sorprendente, todavía aparenta sesenta años bien llevados.

Dado que, según mis noticias, los años transcurren en Inglaterra a la misma velocidad que aquí (aunque se hagan muchísimo más largos) y los seres humanos tienen la molesta costumbre de acusarlos físicamente, se impone estudiar el caso de este señor. Lo mismo resulta que uno de esos riachuelos en los que periodicamente chapotea para narrar a su público el apasionante desove del salmón o los reñidos amores de la trucha arcoiris es la mítica Fuente de la Eterna Juventud.

Aunque claro, visto lo visto, me temo que será, como mucho, la fuente de la eterna sesentena.

Solicitud

Querido Dios (o quien quiera que esté al cargo):

A pesar de ser consciente de que anda usted muy ocupado en estas fechas le escribo para solicitarle un favor. Dada su consabida omnipotencia, espero esté en sus manos darme de baja como homo sapiens y buscarme acomodo en otra especie. No tengo unas preferencias demasiado estrictas, aunque yo creo que haría un buen papel como pingüino emperador, de esos que se quedan muy serios mirando al horizonte mientras sujetan un huevo con los pies. Si no quedan plazas en el polo puede que hacer de bonobo no se me dé del todo mal: no es tan elegante pero se pasa menos frío. Además, según dicen, tienen una vida social muy divertida.

Le explicaré los motivos de mi petición, pues aunque usted ya conoce lo sucedio (lo que sucede y lo que sucederá) nunca está de más darle una repensada a las cosas. Hace un año y pico, una mozuela de Rivas-Vaciamadrid con un pequeño e intrascendente carguillo en las juventudes de IU decidió abrir su propia bitácora en internet, la cual dedicó, fundamentalmente, a escribir poemas en verso libre. No es que la muchacha haya dado nuevos bríos al verso castellano o renovado con genio la lírica patria, pero yo siempre he tenido el versificar por una actividad benéfica cualquiera que sea el resultado y es ésta una opinión que mantengo. No obstante, ayer, la autora decidió cambiar de tercio y expresar sus deseos para el año entrante. Nada malo hubiera habido en ello si se hubiera limitado a pedir el recetario habitual de buenos propósitos. Sin embargo, tuvo la pésima y poco caritativa idea de incluir en la lista el fallecimiento del decano de su facultad y de dos prominentes políticos conservadores.

El segundo acto lo protagoniza un diario digital de nutrida audiencia. De un modo, a mi parecer, incomprensible, los responsables del mismo consideraron que la maleducada bobería de la jovenzuela ripense reunía meritos para ser portada durante más de una hora. No es que yo tenga mucha experiencia en la maquetación de diarios digitales, pero cuando el alcalde de mi pueblo se fugó entre amagos de linchamiento con una concejala casada apenas conseguimos pasar de cinco líneas en el fondo profundo de la sección de local y eso que era una historia mucho más movida y enjundiosa. Si la página 18 de un diario local de Rivas hubiera mencionado que la coordinadora de las juventudes comunistas del lugar deseaba en su blog muertes ajenas, hubiera sido comprensible y proporcionado. En cambio, cuando un diario de tirada nacional lo convierte en portada, no puedo menos que sospechar que lo que se pretendía es lo que ocurrió después.

Informados por el susodicho diario, decenas de enfervorecidos antropopitecos visitaron la página para desear a su autora diversas variantes de muerte lenta y dolorosa. Se conoce que, como les parecía muy mal que la joven comunista deseara la muerte a su prójimo optaron con extraña y salvaje lógica por desearle a ella el despellajamiento, la defenestración, la lepra y el homicidio. Creo recordar que algún neanderthal imaginativo incluyó entre sus ruegos que la muchacha fuera violada por un mandril seropositivo. Es bueno saber que la psicopatía y la creatividad no están reñidas.

Pero claro, tanto salvajismo suscitó la indignación de otros lectores ideológicamente más próximos a la chica que decidieron aplicar la misma lógica para cafres y desear una renovada serie de horrores para los opinantes anteriores. Un angelito llegó a señalar que no sólo era deseable que fallecieran los políticos que mencionó la mozuela sino que la Parca debería llevarse por añadidura a todos los miembros de su partido, votantes y simpatizantes. Creo que a esto se le llama filantropía, pero no estoy seguro.

A estas alturas de la película, la autora de la bitácora, supongo que a medio camino entre el miedo y la vergüenza, decidió, gesto honorable, pedir perdón. Pero esto no calmó las cosas. Para cuando me fui a dormir, el número de individuos que se deseaban dolores infinitos bajo la petición de perdón superaba las dos centenas.

Pues bien, en este momento es cuando yo me bajo del carro. Si esto es lo que se puede esperar de la especie que no cuenten conmigo. Si millones de años de evolución no han servido para más, me borro de la lista. Me niego a formar parte de esto: prefiero mil veces empollar huevos en el polo o balancearme de rama en rama en porretas por el Congo.

Expuestas mis razones espero confiado su pronta respuesta.

Mis más sinceros y humildes respetos,

Achab

martes, diciembre 26, 2006

Bajas por enfermedad


Petrarca, el poeta, tenía un hermano. El hermano, monje de profesión, tenía un perro. El perro, sin oficio conocido, tendría pulgas, que para eso era el medievo y el jabón era artículo de lujo.

Cuando llegó la Peste Negra a Italia, el hermanito, que era hombre piadoso y fornido se dedicó a cuidar de los enfermos y enterrar a los fallecidos. No debía ser demasiado buen enfermero, pues los monjes se iban mudando progresivamente al cementerio con ritmo continuo y sostenido. Cuando los hubo enterrado a todos, fray Petrarca cogió su pala y su perro y se enfiló al monasterio más cercano. Lo que no me explico es cómo le dejaron entrar. Allá ellos, pero con esos antecedentes yo no le hubiera abierto la puerta sin que antes se hubiera dado un par de duchas de ácido clorhídrico, untado de alcohol alcanforado y administrado vigorosas friegas de Zotal y, ya que nos ponemos, de ladillol, que es producto hispánico.

Vale, ya sé que la gripe no es la peste negra, que sus efectos son más leves y sus consecuencias menos funestas, pero es que este año ha venido fuertecita y en las cenas familiares me empiezo a sentir como fray Petrarca. Cada vez hay más sillas vacías y más tosecillas ahogadas. Al que tose, para completar el ambiente de paranoia, todo el mundo le mira como si estuviera maldito. Dado el ritmo de contagio de mis allegados y el hecho de que yo, al modo del fraile, sigo más fresco que una rosa, lo mismo debería ir buscando asilo gastronómico-político si no quiero despedir el año a solas con mis idolillos.

Llegado el caso prometo ponerme guapo, desinfectarme a conciencia y no comerme la comida de los demás. Del comportamiento de Teo y Osiris no respondo, que son como niños con superpoderes.

lunes, diciembre 25, 2006

Generosidad

Mi hermano y su mujer son una pareja desprendida y generosa. Ayer, al final de la cena, dejaron bajo la tradicional conífera de plástico un regalito para cada uno de los asistentes. Un detallazo, sí, pero por completo contrario al espíritu y tradición de mi familia. Conforme a la ideología utilitarista manchega de mis consanguíneos un regalo está bien hecho si su receptor pensaba adquirirlo en el Caprabo en los tres días siguientes a la entrega. Dicho de otro modo: ¿Para qué regalar flores si puedes comprar macarrones?"

El comportamiento de los Starbuck y su insólito desviacionismo monista (de comprar cosas monas, esto no tiene nada que ver con Leibniz) ha provocado la desazón en mi abuela, que ya los ve pereciendo de hambre y frío como la cigarra del cuento. Tratando de atajar estos inopinados gastos les propuso ejemplos a seguir:

- Pero si no hace falta que traigáis nada. Mirad el tío, que viene aquí a comer cada dos por tres. ¿Acaso trae algo?

Aquí es donde mi grande bocaza sintió la inexcusable necesidad de intervenir:

- Pues sí que trae: mucha hambre y un tupperware.

No debería haberlo dicho, lo mismo hoy me racionan los polvorones, pero es que mi tío es una figura de gran vigor ahorrativo y hubiera sido injusto escatimarle méritos.

domingo, diciembre 24, 2006

Del análisis inductivo

Entre las facultades de la mente humana la capacidad de análisis es una de las más meritorias y útiles, pues permite descomponer la realidad en patrones simples y leyes fijas que sinteticen el comportamiento del mundo y lo hagan predecible. De este modo, el análisis inductivo permitió a Newton describir y predecir la órbita de los astros con notable precisión.

En cambio, a mi madre, los astros le traen por completo al pairo: mientras tengan su habitación ordenada y avisen si vienen a cenar pueden orbitar a placer sin que ella objete nada. Mi querida progenitora prefiere centrarse en la antropología: las motivaciones, comportamiento usos y costumbres del ser humano, que es ciencia mucho más dificultosa.

Pero no crean que por eso se va a detener. Las dificultades que detendrían al hombre corriente son vigorosos estímulos para la mente superior. Hoy, a los postres, mientras pelaba una naranja con la sencillez innata a los verdaderos genios, mi madre ha modelizado el comportamiento navideño de la especie humana en una sola frase:

"En estos días todo el mundo te desea felicidad, alegría, paz y amor por una razón principal: es gratis."

Y sí, antes de que lo pregunten, Sancho Panza era de mi pueblo.

viernes, diciembre 22, 2006

Vacaciones apocalípticas

No sé que libros leerá mi preparador en sus ratos libres, pero yo apostaría por el Apocalipsis de San Juan. No es que el hombre tenga visiones, aunque con diez energúmenos seguidos chillándole el usufructo en la cara no sería tan extraño. Lo que ocurre es que hoy me ha anunciado mis vacaciones del siguiente modo:

- Te digo que no estudies hasta el día dos enero, que te alegres y disfrutes con la familia, pues ya no volverás a tener descanso.

Yo, que le conozco, ya sé que no anuncia mi condenación eterna sino que habrá exámenes en verano y que eso me arruinará cualquier intento de festejar la Semana Santa o irme a la playa en Agosto. En cierto modo, son buenas noticias: para examinarme estudio, al fin y al cabo.

Claro, que oídas en semejante tono apocalíptico, acojonan lo suyo.

jueves, diciembre 21, 2006

Urraca es nombre de mujer

Hace ya bastante tiempo dediqué un par de entradas a nombres científicos puestos con una cierta mala idea o falta de tino. La verdad es que podría haber añadido algún ejemplo más, como el del hongo llamado Ityphallus impudicus (literalmente "impúdico falo erecto") o el del pobre pato arlequín, al que algún biólogo simpaticote bautizó como Histrionicus histrionicus. Total, el pato no iba a demandarlo por injurias.

Pero bueno, dejemos al ánade tranquilo, que esta entrada va a hablar de otro pajarraco con mala suerte en la denominación: la urrraca. No es sólo que en castellano tenga un nombre espantoso, es que, en más de un lugar, se le ha puesto conscientemente y con muy mala idea, nombre de mujer. Ya se lo anticipo, Malena será nombre de tango, pero, desgraciadamente, Urraca es nombre de mujer.

Empecemos con los ingleses. Los ingleses le cogieron el nombre a los romanos (pica) que con el tiempo derivó en pie. Pero comoquiera que el bicho tiene tendencia a armar jaleo, reunirse en grupos, robar objetos brillantes y, en general, dar la lata, los paisanos del lugar empezaron a llamarla de otro modo. Tomaron uno de los nombres de mujer más típicos de la época (Margaret), se conoce que las inglesas de la época eran unas pajarracas bastante insoportables, lo pusieron en diminutivo (Mag) y empezaron a llamar al bicho "magpie". Marga la urraca, vamos, nombre que hasta hoy conserva.

En España pasamos de la raíz latina (salvo en algunos lugares de Castilla, donde aún se la llama picaza) y le cascamos el poco caritativo y onomatopéyico nombre de urraca. Bueno, por esta vez, las mujeres se libraron, dirán. Pues no, resulta que Urraca, derivada esta vez la palabra de una raíz germanica relacionada con la riqueza, era uno de los nombres de pila femeninos más frecuentes entre la nobleza local. En Castilla y Portugal hubo hasta reinas que llevaron el nombre. Nombre que, loado sea el Señor por ello, no prospera mucho en nuestros días.

No obstante, en mi rinconcito de Toledo, la gente no llama al pájaro ni "urraca" ni "picaza". Allí, por un razonamiento que intuyo paralelo al de los ingleses, al ave se la denomina por el diminutivo del nombre de pila más común entre el paisanaje femenino. Dado que éste es María, las urracas, por aquellos pagos, son "maricas". Mejor dicho, se les llama "maricas", que lo otro es cuestión muy íntima y que sólo a ellas les incumbe.

Después de tanto ensañamiento nominal lo menos que podían pedir los pobres pájaros es un nombre científico digno y elegante que les resarciera de los daños morales. Pues esperen sentados. ¿Recuerdan que les dije que en latín urraca se decía pica? ¿Sí?

Pues el nombre científico sigue la tradición. En fino y sabihondo, urraca se dice Pica pica, como los polvos.

miércoles, diciembre 20, 2006

Revolucionarios


Ayer sorprendí una conversación entre el presidente y el vicepresidente de mi comunidad de vecinos (y no, no estaba espiando, lo que ocurre es que el "vice" es mi padre y conspiraban en el salón de casa). Pero parentescos al margen lo que oí fue inquietante. Mi querido progenitor, ligeramente exaltado, comentaba:

- No te engañes. Para que se pueda hacer la revolución es necesario primero que el pueblo pase hambre.

Ignoro si pretenden transformar la Junta en Soviet Supremo o si, por el contrario, es una conjura para fusilar al portero en el cuarto de contadores, pero, qué quieren que les diga, a mí esto me da miedo. Al menos por dos razones:

- La primera que ya paso bastante hambre por las restricciones alimentarias que mi madre hace en nombre de la salud como para ver con buenos ojos que se bloqueen los envíos de alimentos en las fronteras del portal.

- La segunda, si cabe, es más grave. Esto de las revoluciones acostumbra a salirse de madre a las primeras de cambio y preparar oposiciones es una actividad notablemente contrarrevolucionaria y burguesa. De ahí a que te llamen desviacionista y trostkista hay medio paso.

En fin, lo mismo debería repasarme la letra de "La Internacional", por si las moscas.

martes, diciembre 19, 2006

Servicios, favores y recompensas

Se rumorea en la villa y corte, los cortesanos somos una banda de porteras, que la explicación más probable de la lenidad con la que la administración trató a Air Madrid hasta hace unos días estriba en que uno de sus directivos se encalomaba con gozo, frecuencia y aprovechamiento a la subdirectora general de Explotación del Transporte Aéreo. Según cuentan, mientras que la compañía era incapaz de satisfacer unos mínimos requerimientos de seguridad, solvencia y calidad de servicio, el directivo en cuestión satisfacía a la subdirectora de marras con servicios seguros, solventes y de inmejorable calidad. Una cosa compensa la otra, a lo que se ve.

No sé si el rumor se probará verdadero, no estoy demasiado versado en al vida amatoria de las próceres gubernamentales, pero resulta creíble: a fin de cuentas, esto de hacer negocios en el catre de los poderosos tiene su larga tradición.

Así, a bote pronto, se me ocurren algunos ejemplos. Por estas tierras, Manuel Godoy, extremeño fortachón y factotum de Carlos IV consiguió forrarse el riñón mediante el expeditivo medio de pasarse a la Reina por la piedra. Las malas lenguas afirmaban que el Rey también se unía a la fiesta de vez en cuando, pero ésto último dista de estar probado: ya les he dicho que los madrileños somos un poquitico maledicentes.

Pero oigan, que esto no es exclusivo de las Españas. Los ingleses, tan estirados ellos, también han dado sus malos ejemplos. Así, durante el reinado de Eduardo II (1307-1327) un tal Hugo Le Despenser pasó de ser un pequeño noble de escasa monta a ser el hombre más poderoso e influyente de Inglaterra. ¿Que quién era el tal Hugo? Sencillo, el tipo que le ponía el culo a Eduardo como la bandera del Japón.

Pero debe de ser que esto de fornicarse a quien sea a cambio de prebendas forma parte de la naturaleza humana, porque si nos salimos de Europa, tres cuartos de lo mismo. Así, el equivalente chino de Romeo y Julieta, la historia del emperador Xuanzong de Tang y la bella Yang Guifei, no es sino una historia de corrupción masiva embellecida por los poetas. Se conoce que "tráfico de influencias" no tiene buena rima en chino. El caso es que la tal Guifei, a cambio de cepillarse al emperador colocó a todos sus primos en lo más alto de la administración y éstos, a su vez, colocaron el presupuesto imperial en sus bolsillos. Quid pro quo, que se dice.

Pero bueno, dirán, ¿es que en la historia siempre ganan los sinvergüenzas? Pues miren, siempre, siempre, no. De hecho las tres historietas acaban con el castigo de los culpables:

- Carlos IV, su mujer y su amante acabaron sus días exiliados, olvidados y arruinados .

- Xuanzong perdió su imperio en una revuelta popular motivada por tanto abuso. Su suerte no estuvo tan mal: Yang Guifei y sus primos acabaron colgando de sendos árboles, lo que es notoriamente más incomodo

- Claro, que peor fue lo de Eduardo y su amigo Hugo. A Hugo lo colgaron, castraron, destriparon y descuartizaron. A Eduardo, por eso de que los reyes merecen un trato más educado lo despacharon introduciéndole un hierro candente "por do más pecado había". Los ingleses, que tuvieron un medievo muy creativo.

Pues ya lo ven. Lo mismo va a resultar que, después de todo, encalomarse al jefe no compensa.

lunes, diciembre 18, 2006

Obsesiones


Cada cual tiene sus manías y obesiones. Las de mi madre, últimamente, son mi peso, que según ella crece, y mi pelo, que ella piensa que disminuye. Ayer estaba ella en pleno furor antialopécico cuando me permití añadir un comentario de pasada:

- Desde luego, mamá, mira que puedes llegar a ser obsesiva.

- ¿Obsesiva? ¿Yo? Pero si lo único que he hecho ha sido mirarte el pelo y luego me he puesto a buscar fotos de tu padre cuando era como tú, ver cuanto pelo tenía, buscar fotos tuyas con la misma edad e irlas comparando una a una para comprobar que te estás quedando calvo.

- Claro y eso es lo que la gente despreocupada, tranquila y no obsesiva hace para entretenerse los domingos por la tarde. Me pregunto de dónde sacarán gente para llenar los estadios de fútbol. Debe de ser que abren los manicomios o algo así.

- Mira que eres borde. Deja de refunfuñar y agáchate, que te voy a echar el crecepelo.

En fin, comprobado por las investigaciones antedichas que no he heredado la frondosidad capilar paterna, será que me ha tocado el gen obsesivo-indagador por vía de madre. Tendré que revisar las fotos de mis ancestros a ver si sale alguno censándole a sus allegados la población pilosa de la coronilla.

domingo, diciembre 17, 2006

Guías y orientaciones

Cuando uno no sabe bien el camino, más le vale contar con un guía de confianza. En otro caso deberá fiarse del primero que encuentre, lo que no siempre es demasiado recomendable. Por poner un ejemplillo vetusto de esos que me gustan a mí les contaré la historia de Alfred "Alferd" Packer. El tal Packer había servido en el ejército durante la Guerra de Secesión, pero comoquiera que se quedó sin trabajo al finalizar ésta, se estableció como autónomo, guiando viajeros a través de las Rocosas. En 1874, cinco hombres que querían probar su suerte como mineros en California le contrataron para que les guiara a través de las montañas de San Juan. Era invierno y el viaje era peligroso, lo que se confirmó cuando meses más tarde, sólo el correoso Packer regresó. Alfred contó que sus compañeros habían muerto de frío y hambre y que él había estado al borde de compartir su suerte. Sin embargo, algo no encajaba: Packer había vuelto en condiciones demasiado buenas. Sus conciudadanos le encontraban un poco más entrado en carnes y todo. Cuando recuperaron los restos de los fallecidos no encontaron más que los huesos mondos, roídos y rebañados. Packer intentó tomar las de Villadiego, pero las autoridades le echaron el guante y pasó dieciocho años en prisión por profanación de cadáveres, ya que no hubo manera de probar que hubiera matado a sus antiguos compañeros para asarlos al espeto.

En fin, lo que se dice un guía de confianza. Como decía Phil Ochs en la balada que le dedicó: "Their guide was Alferd Packer / And they trusted him too long: / For his character was weak / And his appetite was strong." *

Pues bien, si necesitan a un guía no contraten a Alferd Packer, pero tampoco a mí. Yo no tengo hambre, pero sí mala idea. La otra noche, después de patearme media ciudad por dos horas sin encontar un taxi libre que me acercara al bar donde Ricitos me esperaba y terminada por el momento mi caminata, unas mozuelas me preguntaron cómo llegar a cierto local no demasiado cercano. Yo les dí las indicaciones pertinentes y añadí:

- Tranquilas, en diez minutos se llega.

Cuando ya se alejaban, Ricitos me comentó:

- ¡Pero si se tarda, como poco, media hora! - lo cual, dicho sea de paso, era verdad.

- Déjalas que hagan ejercicio, que están echando culo.

Lo peor no es que yo vaya a ir al infierno, eso ya lo sabía, lo peor es que ahora me obligarán a ir andando.

-ooOoo-

* Su guía era Alferd Packer / y demasiado confiaron en él / pues su carácter era débil / y su apetito fuerte.

viernes, diciembre 15, 2006

¡Penitenciatite!

Cuando yo era un inocente prepúber ignorante de los placeres del wagnerianismo había una canción de "Los Nikis" que me hacía bastante gracia. Comenzaba tal que así:

"Ven a la fiesta, la fiesta medieval,
tengo un castillo con mesas de nogal.
Comeremos carne, beberemos vino
y las camareras pesarán noventa kilos."

Pues si tienen narices, que la intenten celebrar ahora, que ya verán lo que tarda la ministra de Sanidad en crucificarlos cabeza abajo en la plaza del mercado. La mencionada ministra, Elena Salgado, tiene aspecto de frágil e inocente rubita modosa, pero su talante habitual es más bien el que uno esperaría de un entusiasta y diligente SS-Oberstgruppenführer. Las dos eses valen por "Seguridad Social", no me sean malpensados.

Resulta que la tal señora, como a su Ministerio apenas le quedan competencias y un día sin hacer nada se te hace eterno, ha decidido emplear su tiempo en emprenderla contra todo asomo de vicio y combatir cualquier atisbo de insalubre exceso. Primero les tocó a los fumadores, pero ahora que los ha dejado tranquilos un rato -se conoce que habilitarles un ghetto conveniente o construirles un amplio Konzentrationslager se salía del presupuesto- le ha tocado la vez a aquellos ciudadanos propensos a la gula, que desde los buenos tiempos de Savonarola y Dulcino no habían recibido lo que les corresponde.

Los distribuidores de hamburguesas gigantescas fueron los primeros en conocer la ira ministerial. Los anunciantes de pizza llegaron después. Pero todo eso era sólo para coger carrerilla. El enemigo de verdad del buen y saludable ciudadano del mañana es el vino, que está en puertas de ser declarado "bebida alcohólica peligrosa". Esto, dicho en un país que tiene al vino como parte inseparable de su cultura, que produce algunos de los mejores caldos del planeta y en el que regiones enteras viven de su producción es, cuando menos una inconveniencia. No voy a decir que no tenga precedentes: Nicolás II prohibió el vodka, que era un monopolio estatal, al comenzar la Primera Guerra Mundial y consiguió arruinar al fisco.

Claro, que lo de la señora Salgado es algo más que una ocurrencia inconveniente. Es, además, una tontería como un piano de cola. Vale, admitamos que el vino es una bebida, que es alcohólica y también que es peligrosa si se consume de manera inmoderada e irresponsable. Como todas las bebidas alcohólicas, dicho sea de paso. Es más, si me apuran, como todas las bebidas y es que, argumentado así, habría que declarar el agua "bebida no alcohólica peligrosa", ya que un vaso de agua fría fue desencadenante del óbito de Felipe I, en la Francia medieval se ajusticiaba a las envenenadoras obligándoles a beber el líquido elemento hasta la muerte -con unos seis litros se consigue- y en el agua se hundió el Titanic tras chocar con un montón de agua congelada.

Pero casi mejor no dar ideas. Esta señora reflexiona un día que te puedes atragantar comiendo acelgas y capaz es de declararlas "verdura nociva de inclinación homicida".

jueves, diciembre 14, 2006

Apriorismo estilizado

Ya sabía yo que, a falta de Starbuck y su barriguilla incorporada, la atención de mi madre no tardaría en desviarse hacia mi persona:

- ¡Huy, qué tripa!... Estás gordo, gordo, gordo. Has engordado lo menos tres kilos desde la boda de tu hermano.

- Pues la báscula dice que peso igual que siempre.

- Pues la báscula miente.

Si es que ya lo decía Descartes: los sentidos no son fiables, podrían engañarnos. Las básculas, a lo que se ve, también. Menos mal que la mente metafísica y racional de mi madre no se deja estafar con facilidad y deduce fácilmente mi orondez de la naturaleza de las cosas y la estructura general del mundo universo. Vamos, que soy un gordo a priori.

Pero lo preocupante no es el "a priori" sino el consecuente "a posteriori". A priori estaré gordo sin pruebas, pero a posteriori, la dieta materna y estricta no me la va a quitar ni el espíritu intranquilo del filosofante don René.

miércoles, diciembre 13, 2006

El error de Dunwich

"For the land has two lords that are deathless:
Death's self, and the sea."
Charles Algernon Swinburne, By the North Sea


El otro día andaba leyendo el periódico y uno de los articulistas se quejaba del peso, en su opinión excesivo, que por mor del sistema electoral vigente y el empleo de circunscripciones provinciales para las elecciones generales, tienen en nuestras Cortes los partidos nacionalistas o regionalistas. Tendrá razón o no, en eso no voy a entrar hoy, pues es un asunto discutible y problemático, pero lo que resulta indudable es que si el articulista, en vez de escribir en la España del siglo XXI lo hubiera hecho en la Inglaterra del XIX, hubiera alcanzado tal grado de indignación que concluiría la página haciéndose el hara-kiri con el bolígrafo. Así que, muchachos, a la máquina del tiempo, que hoy nos moveremos bastante.

A principios del siglo XIII, Dunwich, en la costa este de Inglaterra era uno de los puertos más importantes y prósperos del país. Su población superaba los tres mil habitantes, contaba con dieciocho iglesias, varios astilleros, y una población confiada, próspera, dinámica y creciente. Con lo que no contaba era con un suelo demasiado firme. La costa de East Anglia, formada principalmente por arena compactada no es, de largo, el mejor lugar del mundo para edificar. De hecho, es uno de los peores, pero esto lo ignoraban no sólo sus habitantes sino también el Rey de Inglaterra, que, en vistas del tamaño y prosperidad de la ciudad le concedió el derecho de elegir dos de los miembros de su Parlamento.

El futuro aparecía pintado con bellos colores a ojos de los confiados habitantes de Dunwich. Sin embargo, dos gigantescas tormentas, acontecidas respectivamente en 1328 y 1347, cegaron el puerto, desviaron el curso del río y arrastraron más de 400 casas al mar. Cuando los lugareños pensaban que sus sufrimientos habían acabado, el suelo, debilitado por tanto movimiento, empezó a ceder a la erosión de las olas precipitándose al mar. Dunwich estaba sentenciado a muerte: sus habitantes huyeron paulatinamente, las edificaciones se abandonaron y sus dieciocho iglesias fueron cubiertas, una a una, por el mar. Llegado el siglo diecinueve, Dunwich era poco más que un buen tema para un poema romántico; sin embargo, por un descuido legislativo, ese "error de Dunwich" que da título a estas líneas, los pocos lugareños que seguían por allí aún elegían dos parlamentarios para la Cámara de los Comunes.

El error se subsanó en 1835. En las elecciones anteriores tan sólo hubo 32 votantes registrados en toda la circunscripción: un parlamentario por cada dieciséis representados. ¡Casi nada!

P.D.: Hubo algún caso de desproporción electiva aún más exagerado que el de Dunwich. En Gatton, Surrey, otros dos parlamentarios fueron elegidos por tan sólo siete votantes. Pero como la decadencia de Gatton fue consideránblemente más sosa que la de Dunwich, que no me negarán que fue épica, apocalíptica y espectacular, y uno se debe al efecto estético de sus narraciones dejemos a Dunwich en el sitio de honor. Gatton tiene de sobra con la postdata. No creo que sus siete difuntos habitantes me vayan a canear por ello.

martes, diciembre 12, 2006

De natura rerum

Existen comportamientos, hechos, actitudes y situaciones que forman parte de la naturaleza de las cosas: que siempre llueva cuando olvidas el paraguas, que los políticos mientan, que el Atleti pierda en el último minuto, que los electrodomésticos fenezcan diez minutos después de expirar la garantía... Muchas son molestas, otras son directamente irritantes. Sin embargo, intentar cambiarlas es peor: al parecer desempeñan una importante labor en el tejido del espacio-tiempo que los simples mortales no podemos comprender. Tan sacrílegos intentos de alterar los planes divinos sólo conducen a provocar la ira de los dioses, quienes, como es bien sabido, tienen bastante mal café y peor ambrosía. A lo que parece, el tráfico en Hanoi, caótica ciudad vietnamita, es una de estas situaciones.

Parece ser que el origen del problema de los hanoianos con la circulación está en que allí habita un montón de mendas aficionados a desplazarse en monociclo, bicicleta, triciclo, carrito, carricoche, coche, autobús, camión de seis ejes o lo que más a mano se les tercie. Añadan que dichos paisanos acostumbran a manifestar más prisas que respeto a la señalización, señalización que, desde otro punto de vista, es prácticamente inexistente, y ya tendrán todos los elementos de la ecuación.

Pero hete aquí que las autoridades locales, que después de tantos años de comunismo le han perdido el respeto a la ira divina, decidieron acabar con tanto desmadre encargando a un prestigioso matemático americano, llamado Seymour Papert, que estudiara la dinámica de los flujos de tráfico del lugar y les diseñara un efectivo y racional sistema de semáforos y preferencias. El bueno de Seymour aceptó el encargo, marchó al lejano Oriente, recopiló datos y, mientras cruzaba la calle, una motocicleta lo dejó en coma.

Mira que se lo tengo dicho: no me provoquen la ira de los dioses, que luego pasa lo que pasa.

lunes, diciembre 11, 2006

Del papa Formoso y el dictador Pinochet


Fallecido ayer Augusto Pinochet, que fue sanguinario y férreo dictador en Chile, sus detractores en general y la prensa patria en particular lamentan con denuedo que el óbito se produjera antes de que sufriera condena judicial alguna. Es lo que tienen los tiempos modernos. Si esto hubiera ocurrido en el 897 no hubiera habido el menor problema. ¿Que por qué precisamente en el 897? Ahora se lo explico.

Corría el año 896 cuando falleció en Roma el papa Formoso I. Generalmente se le conoce como el papa Formoso, a secas, ya que no hubo ninguno más que quisiera emplear un nombre que, a la postre, resultó bastante gafe. En cualquier caso y como es costumbre, se reunió un cónclave para elegir sucesor. La elección recayó en Esteban, obispo de Agnani, entronizado con el nombre de Esteban VI.

El tal Esteban no debía tener una opinión demasiado elevada de su antecesor, pues, en enero del 897, ordenó que se desenterrara a Formoso, se le vistiera con las dignidades inherentes al cargo, se le sentara en un trono y se le sometiera a juicio. El juicio fue breve, no sólo porque Formoso declinara hacer uso de la palabra sino porque un cadáver no demasiado reciente acostumbra a mantener una actitud un tanto descompuesta y a manifestar olores de todo punto incompatibles con la solemnidad procesal. En definitiva, hallado culpable el acusado, Esteban le arrancó las vestiduras pontificias y tres dedos de la mano derecha -el comer y el arrancar todo es empezar- ordenando, finalmente, que arrojaran sus restos al Tíber.

Sí, ya sé que así contado suena muy bruto, pero eso es porque la vida muelle y las comodidades burguesas les han ablandado: la sentencia fue relativamente suave para la época, aunque sólo sea porque el condenado tuvo la anestésica precaución de llevar ya diez meses muerto cuando se ejecutó, medida que otros reos, menos previsores que el señor Formoso, no tenían el buen sentido de adoptar.

domingo, diciembre 10, 2006

Regalos

Siempre digo que disfruto más dando regalos que recibiéndolos, lo cuál, admitámoslo, es una grosera falsificación de los hechos. No es entregándolos como disfruto, sino eligiéndolos. Supongo que, aficionado como soy a los acertijos, misterios y enigmas, averiguar que podría ser más grato a alguien a partir de fragmentos de conversaciones pasadas, objetos poseídos, estilo de vida actual y reacciones frente a regalos anteriores no podía menos que parecerme un agradabilísimo pasatiempo; algo así como un sudoku dadivoso o un crucigrama de gustos ajenos.

Pero no son los regalos que yo elija los que ahora vienen a cuento. De lo que se trata hoy es de contarles que mi querida y admirada Marga F. Rosende me ha obsequiado con mi semblanza gráfica, simbólica y rotulada, la cual, a partir de ahora, identificará mi persona en esta blogosfera nuestra y otros reinos colindantes.


¡Anda que no he salido guapo! Tengo un aire a medio camino entre Clark Gable, Douglas Fairbanks y la Dama de Elche que resulta profundamente arrebatador.

P.D.: Antes de que Catzz os lo recuerde lo admitiré yo solito: sí, tengo los pies muy pequeñitos para lo grande que soy.

P.P.D.: Soy consciente de que no os imaginabais así a Moby Dick, pero todo tiene su explicación. El cetáceo original falleció hace más de cincuenta años atragantado con un calamar gigante remiso a colaborar en su propia deglución. Su cadáver varó en una playa de Tonga y fue servido en la coronación del rey Tufu-Nufu III acompañado de una exquisita salsa de taro y leche de coco. En la actualidad el papel de cruel Leviatán lo desempeña una merluza filipina congelada, elegida entre más de mil aspirantes por su gran experiencia en la industria del cine: doblaba las escenas dramáticas de Stallone para darles mayor expresividad.

viernes, diciembre 08, 2006

De roedores parlanchines y otras anomalías


Mi madre, por eso de combatir el síndrome del nido vacío y poder ejercer un poco más de progenitora aunque sea por sustitución ha decidido llevar a su sobrinito al cine. En consideración a los gustos de la criatura ha optado por sacar entradas para una película de animación protagonizada por ratones.

Mi abuela, que andaba por mi casa celebrando su santo, tras informarse de las intenciones de su hija ha sentenciado:

- Ratones que hablan... "Amos", qué ganas.

Yo siempre había sospechado que había algo potencialmente blasfemo e inmoral en Mickey Mouse, pero pensaba que era por esos pantalones espantosos que se gasta y su nunca aclarada relación con un pato semidesnudo y un perro tres veces más grande que él.

De todos modos, espero que no llegue a oídos de mi querida abuela que en la película que van a ver sus retoños aparecen también babosas con dientes que cantan rythm & blues. Lo mismo les obliga a verse siete veces "Fray Escoba" como expiación.

jueves, diciembre 07, 2006

Peligros de aprender idiomas

Parece ser que en la nueva reforma de la Educación Primaria se van a a aumentar las horas dedicadas al aprendizaje de idiomas extranjeros. Debe ser que las delirantes experiencias poliglósicas de nuestros dos últimos presidentes han llevado a nuestros gobernantes a meditar sobre lo difícil que resulta comunicarse mediante señas por esos mundos de Dios. Lo malo es que, para hacerle hueco a esos aprendizajes, se ha podado el tiempo que le correspondía a la lengua y literatura españolas. Total, han debido pensar, el castellano lo van a emplear para escribir mensajes de móvil y casi toda la literatura chula ya ha salido en DVD.

Pero esa es otra historia. Aquí, por tocar los testes un poco, de lo que voy a hablar es de los riesgos de aprender idiomas, que se lo crean o no existen. Sin ir más lejos, andaba yo el otro día de cenita sustanciosa cuando di en pedir la carta de postres y así redondear la parranda con la correspondiente sobredosis de chocolate y azúcar. El camarero, por un descuido, me dio la carta en inglés que reservan para los turistas y yo, que estaba más hambriento que avispado ni me percaté. Entiéndanme, no es que uno lleve su humilde poliglosia a los límites del general Gallieni, que pese a ser francés escribió sus memorias bajo el improbable y multicultural título de Erinnerungen of my life di ragazzo, pero en inglés me defiendo decentemente. Parte del mérito es de mis padres, que me apuntaron a clases extraescolares de inglés cuando el castellano aún lo tenía a medias. La otra parte coresponde a mi manía persecutoria contra los traductores, la cual ha hecho que leer en dicha lengua no me sea un acto en absoluto extraño.

Pues bien, tras un rápido vistazo a la carta, mi gula hizo la elección por mí. Llamé al camarero y empecé a pedirle el postre, pero, para mi consternación, éste no apuntaba nada en su libreta. Yo le repetí mi solicitud por ver si así enmendaba su desidia, pero su cara de pasmo me hizo, de pronto, caer en la absurda realidad: le estaba pidiendo que me trajera un trozo de tarta de queso con mermelada de limón y helado de vainilla con cubierta de chocolate caliente sirviéndome del idioma de Shakespeare, la glotonería de Falstaff y el acento de mi pueblo.

Lo que comentaba ante, si mis padres me hubieran apuntado a clases de judo esto no hubiera pasado. Claro, que para ver la tercera temporada de Lost tendría que esperar a que la estrenaran en TVE, de tres en tres capítulos y a horas descabelladas y, ¡qué demonios! por ahí si que no paso.

miércoles, diciembre 06, 2006

De profesión sus banderas

El señor Joan Puigcercós es un tipo un tanto paradójico. Teniendo en cuenta que en sus años mozos fue miembro de la banda terrorista "Terra Lliure" y que en la actualidad es quien corta el bacalao en un partido político de ultraizquierda catalanista queda medio raro que vista siempre con atildada elegancia y que sea un conocido entusiasta de los locales de ocio más pijines y postineros de la opresora e imperialista ciudad de Madrid. Pero como el hombre, al margen de pasados cafres y presentes estultos, es bastante simpático, casi nadie se lo tiene en cuenta.

Ahora, don Joan se ha conseguido un puesto de consejero en la Generalidad catalana, que no es mal trabajo pero queda un poco lejos de sus locales de esparcimiento favoritos, y, claro, como tiene un exceso de tiempo libre se dedica a jugar con las banderas.

Resulta que, nada más llegar al cargo, el muchachito mandó arriar la enseña nacional -ya que se ponía también la europea- y dejar ondeando en exclusiva la bandera catalana. Se conoce que, como los colores están repetidos, así destacaba más contra el cielo. Sus superiores, sin embargo, no apreciaron este imperativo estético y le conminaron a restituir la igualdad entre las banderas. Llegados a este punto, don Joan, que sufre en lo más hondo cuando se iza la rojigualda prefirió arriar la tetrabarrada y dejar los mástiles desnuditos y tiritando. Los superiores de turno, mira que son poco comprensivos, le dijeron que se dejara de tontadas y restituyera las banderas a su lugar.

¿Pensaban que don Joan se rendiría? ¡Quia! Menudo es. Desde esta mañana, en su consejería ondean dos banderas: la catalana de don Wifredo y esta otra:



Y esta no es la bandera española, mis queridos lectores, que la nuestra lleva un escudo en el centro. Esta es una enseña naval de hace dos siglos: la Bandera de Proa, Tajamar o Torrotito de 1785.

¡Las cosas que tiene que hacer un buen nacionalista para poder irse a dormir sin cargos de conciencia!

martes, diciembre 05, 2006

La mascota

El gobierno vasco invierte todos los años una buena porción de euros en promocionar la lengua vernácula del lugar, pero como se conoce que no tenían el éxito deseado y la gente no se lanzaba en tromba a declamar los versos de Iparagirre decidieron que había que dinamizar la campaña con una mascota simpaticota que animara a la gente a chamullar el eusquera. De modo que le largaron unos cuantos euros a un diseñador para que les proveyera de un monigote alegre, saleroso, eusquérico y locuaz.

Sospecho que el dibujante, enajenado por su súbita e inesperada abundancia económica, empleó el dinero en visitar todos los lupanares localizados entre Irún y Castro Urdiales, beberse la producción de txacolí del último decenio, comprar cantidades masivas de psicotrópicos y sazonar con ellos el bacalao al pil-pil. La noche que vencía el plazo, las pocas neuronas que sobrevivieron al régimen antedicho se organizaron para cumplir el encargo. Fue un trabajo duro (en tal situación, atarse los zapatos ya lo hubiera sido) pero mereció la pena. El sol naciente saludó con sus encendidos oros a Ukan, el virus de la convivencia lingüística.



Ya sé que las mascotas no son juguetes, que entrañan una responsabilidad y que abandonarlas es un acto cruel, vil e irresponsable. Pero, por el amor de Dios, hagan con esta una excepción y arrójenla maniatada a las vías del expreso de Irún o, convenientemente lastrada, al fondo de la ría de Bilbao. El eusquera sobrevivió a la romanización, al aislamiento, al contacto con dos lenguas vecinas y pujantes, a la fragmentación y a la politización, pero dudo mucho que le queden fuerzas para sobrevivir a la promoción que del mismo haga semejante engendro.

Que los vascos serán tipos recios y curados de espantos, pero todo tiene su límite. Un paisano cualquiera se topa al tal Ukan conminándole a hablar en vasco en una calle oscura de Arrasate, Marquina o Portugalete y si no le da un jamacuco in situ no para de correr entre alaridos hasta llegar a Burgos.

Eso sí, con un poco de suerte, los gritos los daría en vasco del bueno.

lunes, diciembre 04, 2006

De los modos alternativos de ser un friqui

Cuando Starbuck y yo éramos pequeños, nuestro padre nos regaló sendos libritos. El de mi hermano era un manual de astronomía para niños, el mío era su equivalente en mitología grecolatina. Ambos fueron leídos y releídos con auténtica devoción, lo que sin duda condicionó el devenir de nuestro futuro friquismo. Lo explicaré con un ejemplo.

Cuando Starbuck se compró su pisito mi madre comentó que el nombre de la calle era muy raro y difícil de recordar. Mi hermano, ligeramente ofendido, comentó:

- No, qué va, es muy sencillo: es el nombre del tercer satélite de Neptuno en orden de tamaño.

Lo mires por donde lo mires la respuesta es de un friqui subido, pero yo soy el menos indicado para decirlo. A fin de cuentas, yo recuerdo el nombre de su calle por ser el que se da a "cada una de las deidades marinas hijas de Nereo, de entre las cuales la más famosa es Galatea."

domingo, diciembre 03, 2006

A preguntas tontas, respuestas evidentes

Como ya se me ha pasado el ánimo plañidero voy a largarles una de esas conversaciones besuguiles que, de vez en cuanto, hacen aparición por aquí. Iba ayer de camino al cine, cuando mi rizadilla interlocutora habitual exclamó:

- Anda, mira, si venden áticos.

- ¿Dónde?

- Arriba.

Me está bien empleado por preguntar lo evidente.

viernes, diciembre 01, 2006

Escorpiones y capitanes


Existe una leyenda popular que afirma que, si un escorpión se ve rodeado por el fuego, se suicidará clavándose su propio aguijón. Si se desplazan a un lugar lo suficientemente recóndito y preguntan a los lugareños, más de uno afirmará haberlo visto con sus propios ojos. Es más, admitirá haber preparado el círculo de fuego con la gasolina de su propio mechero. Está visto: cuando el diablo no tiene qué hacer con el rabo mata artrópodos.

La leyenda, sin embargo, es por completo falsa: el escorpión es inmune a su propio veneno. La naturaleza, más que sabia es práctica y nunca permitiría que el pobre bicho se envenenara al ingerir sus propias y emponzoñadas presas. Si el animalejo muere en medio del círculo ígneo es por su incapacidad para soportar la elevadísima temperatura. Fueron sus agónicos espasmos los que motivaron que se le atribuyeran intenciones autolesivas.

Pues bien, todo el virtuosismo que la naturaleza puso en diseñar al escorpión la omitió en mi manufactura. Porque, del modo más inconsistente, manifiesto, al tiempo, una ponzoñosa lengua viperina y una total incapacidad de herir a nadie sin sentirme como un canallesco felón cruel y miserable. La madre natura no había estado tan torpe desde que se fue de vacaciones sin dejarle comida a sus dinosaurios.

Conocedor de esta singularidad, intento siempre disparar por elevación y evitar de este modo herir a algún pacífico viandante. De ahí la profusión de chistes sobre estrategas chinos, traductores anónimos, franceses difuntos, vikingos polvorientos y políticos incompetentes: el que no esta muerto, es desconocido o cobra para que le arreen. Mecanismo de defensa psicológica se llama la figura.

Sin embargo, a veces calibro mal y alguien se lleva un injusto cañonazo. Sí, lo acabo de hacer, no me pidan detalles. Lo peor de todo es que las víctimas suelen ser gentes a las que aprecio mucho. Supongo que, de lo contrario, no andarían tan cerca del cañón.

Por eso, envío este mensaje a todos los perjudicados:

Lo siento mucho. De verdad.