No sé si recordaran cómo, hace unas pocas semanas, una rubia señorita de ojos verdes aprovechó su considerable atractivo y notable encanto para distraer mi humana y falible atención y colarme una moneda de Qatar.
Preocupado por atajar la incipiente carrera criminal de la linda señorita, emprendí una ardua labor de reinserción y concienciación social que, finalmente, ha dado su frutos. La exuberante hurí ojiverderona ya no trafica con numerario qatarí.
La monedita que acaba de colarme es - ¡oh, rehabilitación milagrosa!- originaria del Vietnam.
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7 comentarios:
Se empieza así
El ser humano es el único animal que tropieza dos veces con la misma...señorita
y empezr ua coleccion de monedas. Fijo que termina de pasar moneditas.
Yo empezaría a invitarla a todo y la alejaría de las monedas, que no siga corrompiéndose.
O quizás sea un señal...
Ignacio:
Y se acaba en el trullo.
Calabria:
Y tres si se deja.
Dentilla:
Buena terapia esa.
Anónimo:
Oiga, ¿usted para quién trabaja?
Capi ¿cúantas veces os he de decir que os dejéis de rubias de ojos verdes como la albahaca? La verdad, Capi, no tenéis remedio, ainssssssss....
Besitosssss
Esther:
Es que es tan monaaaaaaaaaa...
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