jueves, junio 14, 2007

De obsesiones, monedas e igualdades

Cuando alguien arrastra una obsesión recurrente lo más probable es que ésta acabe por alterar su percepción de la realidad. La mejor ilustración que se me ocurre para el fenómeno es el malintencionado chiste que Phillip Kindred Dick atribuyó a Bob Hope -emisión pirata desde el Canadá libre- en su inquietante distopía "The Man in the High Castle". El chiste cuenta cómo la Alemania nazi consigue enviar con éxito una misión tripulada a Marte. Conforme desembarcan los exploradores, tres horribles marcianos verdes de estrafalario aspecto se aproximan a recibirlos. El comandante, hondamente alarmado, decide comunicar con Berlín:

- ¿Berlín? Aquí Marte. No se lo van a creer, pero este planeta está lleno de judíos.

La gracieta es aplicable a muchas otras situaciones. De hecho, supongo que Mr. Phillip confiaba en que el lector sustituyera mentalmente nazis por republicanos y colocase comunistas en lugar de judíos.

Para los efectos del articulo de hoy, la obsesión prevalente es la fijación por hallar ejemplos de discriminación en razón del sexo que se ha instalado en la mente de algunos de nuestros políticos hasta impulsarles a rastrear atisbos de la misma en cualquier lugar donde se posen sus ojos. En concreto, tras echarle un vistazo a las monedas de uno y dos euros y comprobar que en su reverso sólo aparece el Rey Juan Carlos, notoriamente varón, nuestros parlamentarios han determinado -sin un solo voto en contra- que las monedas son discriminatorias y que procede incluir la efigie de alguna fémina famosa por eso de compensar. Se rumorea que en cuanto los euros lleven la cara de "la Pasionaria" (y no es broma, es una de las efigies propuestas) los salarios de hombres y mujeres quedarán inmediatamente equilibrados, todo residuo de machismo volará de las mentes patrias y hasta es posible que el Presidente del Gobierno, por mágico influjo, cambie inmediatamente de sexo.

Yo no termino de entenderlo. Un servidor pensaba que era uso de las monarquías poner el rostro del monarca en las monedas fuese cual fuese su sexo, pero se ve que no es así. Supongo que eso quiere decir que en 1840, cuando los reales llevaban la efigie de Isabel II las mujeres, aunque no pudieran contratar sin autorización de padres o maridos, habían alcanzado la plena integración e igualdad, mientras que ahora gimen oprimidas por el Juan Carlos sonriente que las mira desde los euros.



Da que pensar, oigan. Miren, si no, a los suecos, tanto presumir de igualitarios, de demócratas, de feministas, pero les coges una moneda de una corona y te encuentras con ese pedazo de falócrata opresor que es Carlos Gustavo XVI, Rey de Suecia. Pero peor es lo de los finlandeses, se creen que nos van a engañar eligiendo a una mujer como Presidenta de la República, pero nada, no pasan la prueba del euro. Tu coges sus monedas, les das la vuelta, y aparecen: o una flor, o dos cisnes o un león clarísimamente macho, pero ¡oh, terror! ninguna mujer.

Menos mal que aquí estamos los españoles para dar lecciones a esa panda de inciviles bárbaros del norte. No sé que harían sin nosotros las finlandesas.

9 comentarios:

Esther Hhhh dijo...

Ains mi querido Capi, a ver si es verdad y contais a la Pelirroja oficial de vuestro barco esa aventurilla del banco en verano...
Lo cierto es que (y nunca mejor dicho) dinero no habrá, pero "pa tontás"... Mira a mí me da igual si sale el rey como si lo que sale es el Puig Campana mirado desde marte a la salida del sol (quen no creo que se viera, porque no pasa de 1460m de altura) Ahora lo que ya está bien es de tener que soportar tanta discriminación laboral y sobretodo esos sueldos que, si de por sí son bajos, encima para nosotras más. ¿qué más me da si sale juan Carlos o la Cicciolina si resulta que no puedo tener un puñetero euro en la mano? (vale, he exagerado, pero es que todavía estoy superando aquella vez, hace unos años, en la que me pagaron el sueldo de un mes con un billete de 500 y casi tengo hasta que devolverles suelto... ainsss)

Besitossssss

GUANDARRRR dijo...

Joe, cuánta razón tienes, más que un santo. Si es que cada vez admiro más tu sensatez. Pero ya sabes... como está claro que aquí se mueren mujeres todas las semanas a manos de machistas con poca tolerancia a la frustración, pues hay que hacer limpieza de imagen del país. Cuanta chorrada...

Milkus Maximus dijo...

Mire, el blog que voy a recomendar está en la vereda de enfrente respecto de mi manera de ver las cosas, pero cuando escribe sobre algunos temas, no puedo dejar de reconocerle un abrumador sentido común: http://jugodeladrillo.blogspot.com/2006/04/machista-leninista-hits-back.html

El autor es argentino, vive en España (o debo decir "en Catalunya") y trabaja a lo largo y ancho de Europa. O sea: algo ha visto.

Que aproveche

suri kata dijo...

Si es que somos lo más de lo más de feministas y de guays.
Mire que lo de las euras me ha impactado, pero lo que me tiene verdaderamente trastornada como madrileña es lo de la osa.

Anónimo dijo...

Sin ningún voto en contra, pero con la abstención del PP, no vaya a ser que los confundiesen con los centristas...

Tamaruca dijo...

A mi me gusta más sentirme oprimida, reprimida y discriminada por esos papelitos con la foto del príncipe.

Tamaruca dijo...

De éstos me gustaba coleccionar a mi, que machista soy :P

Doctor Brigato dijo...

Este tipo de ridiculeces son las que retratan a una sociedad enferma. Tenemos la clase política que nos emrecemos.
Se quejaban unos amigos de Barcelona, en una recietne visita a la capital del Reino, que, que peazo de Metro hay en Madrid. y mientras en Cataluña se gastan los impuestos en doblar el cine al catalán...
Pues nada ahora a acuñar monedas con rostros femeninos mientras en muchso pueblos de Castilla todavía no se puede utilizar Internet.

Achab dijo...

Esther:

Te la apunto en la moleskine.

Guandarrrr:

Pues no te pierdas la del oso.

Milkus:

Pues eso mismo.

Suri:

Repite conmigo, eres una osa, eres una osa...

Anónimo:

Se llama miedo al linchamiento.

Tamaruca:

Hala, estás perpetuando el estereotipo de sometimiento d etu sexo. Los de diez mil para mí, que tengo pene.

Doctorbrigato:

Quite, quite, que aquí estamos empezando a sexar la osa.