A veinte metros de mi casa hay un restaurante griego que, desde el día que abrió destacó por tres cosas: su excelente pulpo al carbón, el tamaño desproporcionado de sus raciones y los abracadabrantes bailes griegos que amenizan las cenas de los viernes.
Pasado el tiempo y ya afianzada una clientela estable, el local decidió comenzar una acelerada política de reducción de costes: el pulpo ha ido perdiendo tentáculos a ritmo de carga, si el plato original incluía cuatro apéndices y una variante intermedia reducía a dos la ración, en la actualidad, un miserable y solitario muñón naufraga temeroso en océanos de escarola; el yogurt griego, que antaño rebosaba la copa coronado de nueces y miel hoy apenas envuelve las dos pequeñas nueces que subsisten del viejo festín; el pan ácimo cabe ya en la palma de la mano y el ouzo se rebaja con licor de melocotón.
Sin embargo, en esta disolución imparable del universo tangible, dos baluartes resisten la disminución: la mousaka, cuyos recios bloques permitirían por igual alimentar a un regimiento de húsares que reconstruir el Partenón y los dos bailarines griegos, que cada año que pasa están más gordos.
Debe de ser que bailar el sirtaki de "Zorba el Griego" -única pieza del folclore helénico, como bien saben los clientes de cualquier restaurante griego del mundo- engorda lo suyo a pesar del vigoroso movimiento que exige. También es posible que sean ellos los que se zampan las siete patas restantes del increíble cefalópodo menguante que, viendo lo que les aprieta la faja, puede que sea lo más cercano a la verdad.
domingo, junio 24, 2007
El desconcertante misterio del griego menguante
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8 comentarios:
lo que tú tienes que hacer es comer pulpo a la gallega, y comidita rica del norte...esos griegos no son de fiar.
muak
Al lado del curro que tenía antes abrieron un restaurante griego y el menú estaba de puta madre de precio: 8,50 eurillos y te ponías hasta arriba de comida muy rica.
Pues bien, a los seis meses de abrir y cuando se les llenaba el local subieron los precios a 10,50 euros, eso sí, al menos en este caso la comida era igual de generosa y de rica. Eso sí, a partir de entonces no nos dejamos caer por allí tan a menudo como antes.
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En el pueblo hay un griego y se come de muerte... cuando lo encuentras abierto, que cierran aleatoriamente.
Pues yo necesito saber de restaurantes guays guays para el próximo finde, con dirección, teléfono y presupuesto incluido (aunque si es algo caro no importa). Es que tengo que invitar a mi chico a una cenita especial, así que ya sabéis ;). (en Madrid).
Besotes!!
Si, hombre, es el famoso principio de conservación del oxtapodi, demostrado por los griegos mucho antes que Lavoisier. Se transmitió a los romanos, de ahí que las raciones en los italianos consolidados son también cada vez más birrias.
Mmmmmmmmmm Grecia... y la comida griega Capi.. Echo de menos ese arroz envuelto en hojas de parra que tanto les gusta preparar. Y esa mousaka.. El Ouzo nunca me mató, que quereis, soy valenciana y aquí le damos mucho a la cazalla y el ouzo no deja de ser eso, cazalla.
Lástima que vayan reduciendo las raciones.. yo creo que necesitan una lección del tipo "no a las raciones menguantes" y todos los clientes habituales en huelga de bocas caídas, jejejejeje..
Besitos capiiii
Criaturilla:
Pues conozco un restaurante que lo borda, el pulpo a la gallega, digo.
Chasky:
¡Qué jodíos, los griegos! Debe de ser uan tradición ancional de ahorrar.
Gin:
Restaurante, espero.
Guandarrr:
Hmmm... prueba con Le Café, en la calle Recoletos. La carta es corta pero solvente.
Suri Kata:
El pulpo ni se crea ni se destruye, muy al contrario d ela jeta.
Esther:
Hmmm... tienen mucho poder negociador. El maldito pulpo les sale realmente bueno.
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