miércoles, febrero 23, 2011

El romano

Los antiguos romanos, que eran gente muy organizada, clasificaban los días en fastos y nefastos. Los primeros eran propicios para toda suerte de negocios y transacciones. En los segundos, mejor era abstenerse de toda actividad de carácter público.

Algo parecido debe de hacer nuestro querido presidente del gobierno, don José Luis Rodríguez, que se ha negado hoy a responder a la oposición por ser veintitrés de febrero, día nefasto, según parece.

José Luis, todo un romano. A fin de cuentas, no se ha visto una cara más dura desde la estatua colosal de mármol que se marcó el emperador Diocleciano.

1 comentario:

el nom de la rosa dijo...

O tempora, o mores!