sábado, abril 09, 2011

La tarde de los vencidos

"Por la estepa solitaria, cual fantasmas vagarosos
abatidos, vacilantes, cabizbajos, andrajosos,
se encaminan lentamente los vencidos a su hogar,
y al mirar la antigua torre de la ermita de su aldea,
a la luz opalescente que en los cielos alborea,
van el paso retardando, temerosos de llegar."

Luis de Oteyza

El jueves es un buen día para darle una cena de despedida a un compañero que se marcha del despacho a una vida mejor pagada y con las tardes libres a partir de las siete. La parte mala es trabajar el viernes con una resaca de caballo agonizante, aunque algo consuele ver que tus compañeros lidian con un estado de indigencia postalcohólica equivalente al que acarreas tú.

Con todo, las cosas parecían estar bajo control. Por la mañana, nos cruzábamos por los pasillos y, en cuchicheos, acordábamos apurar el trabajo y largarnos a casa en cuanto el reloj del Caixanova campaneara las seis. Lástima que a las cinco y media prendiera un incendio urgente y nos tuviéramos que quedar hasta las tantas baldeando escritos e informes hasta que las urgencias laborales dejaran de humear.

Entonces sí, nos mirábamos legañosos, abatidos, vacilantes, cabizbajos y andrajosos, apurando los informes, deseosos de acabar.


P.D.: Metafórico, el incendio es metafórico.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

dime qué tal estás....eso del incendio suena mal.C.

Achab dijo...

Que no ardio nada, caramba, sólo corríamos como pollos descabezados

Anónimo dijo...

ya,ya, hombre, pero algo ocurrió que no pudisteis salir a la hora prevista...C.