Hace mucho que no me pongo gafapastesco en su versión más extrema, pero eso no podía durar. Como hoy he vuelto contento de la Academia voy a largarles una historia de un gafapastismo atroz: un esbozo en paralelo de la vida de dos monarcas antiguos, Alfredo el Grande, Rey de Wessex y Nezahualcóyotl, Tlatoani de Texcoco. Será que el exceso de estudio me ataca las meninges, pero para mí que la vida de estos dos pájaros se parece lo suyo.
Alfredo, Ælfrēd para los coleguillas, fue el quinto hijo de Ethelwulf, Rey de Wessex. Wessex había sido la más pujante de las monarquías sajonas del sur de Inglaterra, pero, a mediados del siglo IX, las cosas pintaban bastante mal. Inglaterra era por entonces un hervidero de malencarados vikingos daneses y Ethelwulf no era un militar demasiado hábil. Para cuando Alfredo heredó el trono, en 871, los daneses estaban a batalla y media de dejarle sin reino.
No les debió caer demasiado bien el nuevo rey, pues pronto intentaron deshacerse de él. Sabedores de que el Rey Alfredo y sus más selectos guerreros estaban en su fortaleza de Chippenham chuzándose como locos para celebrar la Navidad, se presentaron allí por sorpresa y acuchillaron a los ebrios conmilitones. Sin embargo, Alfredo, que debía tener mejor beber que sus amigos, se escabulló de la fiesta y se escondió en los pantanos.
Una cosa estaba clara: con sus guerreros muertos y su capital ocupada, Alfredo no tenía derecho a llamarse ya Rey de Wessex, pero el siglo IX ofrecía una gran ventaja a los caracteres resueltos: era un siglo tan cutre que si conseguías convencer a doscientos tipos armados para que te siguieran a moderada distancia, te convertías automáticamente en la principal potencia militar de Europa Occidental. El depuesto monarca decidió dedicarse a ello con fervor y empezó a viajar de un sitio a otro calentando orejas, excitando ambiciones y comprando lealtades. Surgido de la nada en aguerrida compaña, derrotó a los daneses en Eddington, cruzó el Támesis, ocupó Londres (886) y no paró de guerrear hasta lograr el firme e indiscutido control de todo el sur de la Gran Bretaña. Ningún monarca había regido un terreno mayor en aquella isla desde que los romanos liaron el petate y se volvieron a casa.
Visto lo mal que le había sentado el vino, Alfredo dedicó el resto de su vida a la literatura, que es notablemente más sana. Redactó libros de Historia, mandó traducir del latín al sajón las principales obras "científicas" de la época y llamó a su corte a los más ilustres literatos y poetas. Su preocupación por el calamitoso estado cultural de sus súbditos era grande. Se conserva un encantador edicto suyo en el que dispone:
"...que de todos los jóvenes en Inglaterra que sean hombres libres, aquellos que dispongan de medios, debieran dedicarse al estudio, en tanto no tuvieren nada mejor que hacer, por lo menos hasta aprender a leer con corrección."
Para lo que era el siglo IX no está nada mal.
Nezahualcóyotl, por su parte, nació en Texcoco, México, en 1402 y era hijo de Ixtlilxóchitl, señor de los chichimecas. El nombre del padre tenía su guasa. En idioma nahuatl, que era lo que hablaba esa gente, significa "el del rostro florecido". No es que el hombre fuera muy guapo, es que tenía más acné que un ferrero rocher. El talento poético, por lo que se ve, era tan común en el reino de Texcoco como los cortesanos pelotilleros.
En fin, el caso es que a los del pueblo vecino, Azcapotzalco, les debió parecer muy mal que un tipo tan feo gobernara una ciudad tan apañada, así que se presentaron en pelotón en Texcoco, mataron al rey y se quedaron con el chiringuito. Nezahualcóyotl tomó las de Villadiego (en realidad las de Tenochtitlán) y comenzó a buscar compadres que quisieran ayudarle a recuperar el trono. La Mesoamérica precolombina estaba más organizada que la Inglaterra de Alfredo, así que, en lugar de doscientos tipos, el exiliado hubo de reunir varios miles para lograr su fin. El resto funcionaba igual. Nezahualcóyotl y sus nuevos amiguetes se presentaron en Texcoco, apiolaron a los usurpadores y se apropiaron del mando.
Instalado de nuevo en su reino, el chichimeca, como antaño el inglés, se dedicó a la literatura. Hay quien opina (Rubén Darío mismamente) que fue el más talentoso poeta de la Ámerica precolombina. Les dejo un ejemplo -traducido- de sus versos para que opinen:
"Amo el canto del sinsonte,
pájaro de cuatrocientas voces.
Amo el color del jade
y el enervante perfume de las flores.
Pero más amo a mi hermano: el hombre."
Para un tipo que mató en combate a su antecesor en el cargo, ordenó ajusticiar a su propio hijo y, como el resto de sus compatriotas, gustaba mucho del muslo de humano guisado con flor de calabaza, la verdad, no está nada mal.
lunes, marzo 05, 2007
Vidas paralelas
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11 comentarios:
Agradezco mucho los consejos que me dió el otro día respecto al Prado. Lamentablemente, no he podido seguir ninguno: la cola era tan larga que preferí degustar las callejuelas del centro madrileño
Me ha caído mejor Alfredo de Wessex, para qué nos vamos a engañar. Esa afición por que todo el mundo estudie le honra.
Lo del rostro florecido es cruel, si fuese ahora y sus coleguillas le dijeran eso, los iban a acusar de mobbing, no te digo más.
¡Besicos!
P.D. Estoy aprendiendo más historia contigo que en toda mi vida entera y total. Y no es broma.
Ains mi querido capi... Muslo de humano con flor de calabaza... Suena muy pero que muy bien. Creo que al próximo tipo que me proponga una cita, le invito a cenar, jejejejejeje...
Besitossss
PD: ¿Tendriais por ahí la receta? Os agradecería me la pasarais. No quisiera dejar mal a mi invitado, aaaainsss...
Ahhhh!
Que gran post!
Mis enhorabuenas.
Por cierto, que Nezahualcóyotl , el hombre, era cuando menos consecuente. aunque escribir una elegía a la comida me parece un poco... pues no se... poco elevado...
En tanto que el otro pollo, Ælfrēd, era muuuuy pero que muuuuy listo.
Bien es sabido que los jovenes del siglo IX que se aburrian, se dedicaban a entrenar para la guerra y a urdir tramas conspiratorias contra el trono. Asi matas dos pajaros de un tiro, mira. Por un lado les entretienes los pajarillos cabeciles con otros asuntos y por otro, no "pierden el tiempo" entrenando el uso de la espada y mil maneras posibles de regicidio...
Se ve que le sentaron peor los pantanos que el vino...
JAJAJA, qué post más genial. La generación LOGSE al completo hubiese agradecido tener para sí en sus clases de historia a un gafapastesco como tú. Bueno, y yo también, para que nos vamos a engañar.
Um... es que igual han traducido mal y en vez de "amo" el muchacho quería decir "me gusta" (y seguro que con salsa de chocolate más).
Sgto. Gorrión:
Esta feo que lo comente, pero se lo dije, se lo dije, se lo dije.
Tamaruca:
Lo malo es que ninguno de estos dos acostumbra a salir en las conversaciones.
Esther hhh:
Puedo buscar la receta, la tengo en uno de mis libracos. Pero si no quieres cocinar, conozco un restaurante mexicano que te lo hacen con pollo (o eso dicen).
Lazygirl:
Pues va a ser eso.
Blonde:
Lo malo es que yo, corrigiendo exámenes tengo el rigor de Atila.
Gin:
Yo también lo he pensado.
si es que la historia siempre se repite, ¿no?
Mi amiga también le da a eso de las clases de Historia http://tazycat.blogspot.com
Azena:
Y con un océano enmedio que tiene mucho más mérito.
Beto:
Pues sí, cierto, lo acabo de comprobar.
No, mi capi, si la idea es cocinar al invitado, pasadme, pasadme la receta, que yo mientras voy a elegir un buen candidato, mmmmm... Que ricoooooo....
Besitosssssss
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