Desde que mi padre ha colgado los hábitos de ejecutivo agresivo para reciclarse en ciudadano jubilar, ha recaído en su persona parte no despreciable del quehacer doméstico. En concreto, las potestades guisanderas y el manejo de fogones son ahora labores de su competencia. No obstante, dada su inexperiencia en las labores del hogar, mi madre deja por escrito detalladas instrucciones que aseguren y ordenen su actuar.
Es este un procedimiento preciso y metódico que sería infalible si treinta años de experiencia en el sector del cemento te facultaran para entender los jeroglíficos apresurados con que se expresa mi madre.
Hasta la fecha, lo peor que ha pasado es que mi padre intente rehogar un pollo como preludio de un repollo asado, pero será mejor que, a partir de ahora, pregunte los ingredientes antes de devorar mi ración.
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8 comentarios:
¿El olor y/o aspecto no te dieron ninguna pista?
El no reconocer de qué está hecho un plato... para mi ya es motivo suficiente para no comerlo
Si hubiera sido farmacéutico, estaría acostumbrado a los jerogrlíficos
Y usted a mesa puesta, ¿eh, señor?
Por otro lado, es sospechoso que su padre se retirara del negocio cementero al vencer el PSOE y abandonar el pepero Plan Hidrológico Nacional, la mayor obra de ingeniería cementil del decenio.
¿Simples coincidencias?
Saludos,
Yan Liu
Glenclous:
Mi padre es dado a los experimentos y tiene buena mano.. corrí el riesgo.
Guandarrr:
Blandita.
Blondie:
Pero no es el caso.
Yan Liu:
Casualidad por completo, de verdad.
jeje
Ayayayayayyyyyyyyy..... Animo Capi, Animo...
Besitossss
Esther:
Tranquila, algo descubrirán a dúo.
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