La segunda mujer de Cayo Julio César se llamaba Pompeya Sila.
Desempeñaba César el cargo de pontífice máximo cuando se difundió por Roma un escandaloso rumor. Un tal Publio Clodio, disfrazado de mujer, se había introducido en la ceremonia religiosa de la Bona Dea, rigurosamente vetada a los varones, con el solo objeto de pasarse a Pompeya por la metafórica piedra.
Al joven pontífice, que era un adúltero consumado, le extrañaba que alguien recurriera a tan sacrílego y peligroso expediente para proporcionarse un vulgar adulterio en aquella disoluta metrópolis de togas arremangadas y bragas por los suelos. No obstante las dudas, César repudió a su mujer. Interrogado por la razón de su comportamiento, el repudiante comentó:
"Quoniam meos tam suspicione quam crimine iudico carere oportere." Esto es: "Porque considero que los míos deben estar tan exentos de sospecha como de culpa."
No es necesario hacer muchas averiguaciones para conocer las simpatías políticas del juez Baltasar Garzón Real, magistrado del Juzgado Central de Instrucción. A fin de cuentas, el togado formó parte de las listas socialistas en las elecciones generales de 1993. Cabe, por tanto, suponer que don Baltasar no necesite demasiado estímulo para ponerse a investigar una trama de corrupción que salpica a varios miembros del Partido Popular. Sin embargo, el mismo fin de semana que hace pública la investigación y cursa las correspondientes órdenes de detención, el señor magistrado se va a cazar muflones con el Ministro de Justicia, el socialista Mariano Fernández Bermejo.
Por quedar bien no habrá sido. Lo mismo necesitaba hacer puntería con los cuadrúpedos antes de ponerse a cazar gaviotas.
miércoles, febrero 11, 2009
Entre muflón y muflón gaviota y otras consideraciones sobre la mujer de César
Categorías: historietas históricas, justicia demando, noticiario, política
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9 comentarios:
Escrito por: Blogger goslum - 11 de febrero de 2009 8:45:00 CET
Agencia Disney.-
Media docena de ciervos se acogieron a sagrado en una ermita tras despistar durante unos segundos a sus perseguidores, los cazadores de primera Garzón “El Omnipotente” y Bermejo “El Resabiado”.
- Vamos, herbívoros, salid, no tenéis nada que temer. Somos la justicia –les invitaron mientras apuntaban con sus rifles hacia el portalón de la ermita.
Escrito por: Blogger el richal - 11 de febrero de 2009 8:50:00 CET
dos cazadores cazando y las gaviotas volando.
Cada cual cazó la suya y quedaron dos volando.
Sabes quién fue el cazador que la gaviota cazó?
-oye, Bermejooo...
-no grites, coño... qué?
-oye, si yo tengo cien gaviotas metidas en un cajón, cuantos picos y patas son?
-no se, pero dispara que alguna caerá...
Ni cuadrúpedos ni aves, prefieren cazar bípedos, a ser posible, del PP.
Fíjese que pareciéndome mal, que me lo parece (si Montesquieu levantara la cabeza...) lo que más me indigna es que los detenidos -presuntos, podían haberse equivocado al detenerlos, por ejemplo- se quedaron en el trullo todo el fin de semana sin que el juez les tomara declaración porque se había ido a cazar.
He leído que el CGPJ ha abierto expediente a Garzón. Habrá que confiar en algo.
Don Achab, no se quede mirando al dedo, y menos aún se deje arrastrar por los conspiracionistas:
"El encuentro de Garzón y Bermejo fue casual cien por cien"
Bartolomé Molina, el dirigente del PP de Jaén que organizó la cacería, niega cualquier intencionalidad en el encuentro entre el magistrado y el ministro
[...]
¿Cómo fue la coincidencia del ministro Bermejo y del juez Garzón?
Fue casual cien por cien. Totalmente. Yo me entero de que Baltasar, que es de aquí de Torres, está en el pueblo y a través de su primo le hago saber que vamos a hacer una batida en la finca de José Peña y que si quiere sumarse. Y ya está.
¿Participaba mucha gente en la montería?
Mucha gente, varias decenas de personas, sí, pero no fue una montería. No era para tirar a grandes bichos, sino más bien muflones y así. Era más una batida de gestión de la finca, cómo le diría, lo único que pretendíamos era pasar un día de campo y de disfrute entre amigos, sin preguntar quién es uno u otro, nada más.
[...]
Fuente: http://www.publico.es/espana/199822/dirigente/pp/organizo/caceria/defiende/garzon/bermejo
Vaya, caza de pluma y pelo esto será por lo de no discriminar..
A mi la verdad es que de estos posts lo que más me gusta es la introducción histórica, así que me voy a desmarcar un poco de los comments, y hago una pregunta digna de un tipo de Ciencias como yo soy... ¿Tiene algo que ver con esta anécdota la frase "La mujer del César no sólo debe ser honrada, sino parecerlo"?
Garzón, el prepotente, el vanidoso, el eterno, el frustrado, el ... se me ocurren muchas cosas, y casi todas le inhabilitan para juzgar con equidad, pero al César lo que es del César. Este tío instruyó la causa contra Vera y Barrionuevo que les llevó a la cárcel. También entonces la defensa de Vera trató de recusar al juez, basándose en una supuesta enemistad por parte de Garzón. Probablemente, si la queja de hoy del PP llega al Supremo, quedará zanjada en el mismo sentido que entonces. Es error táctico que el PP se centre en el juez en lugar de poner tierra de por medio entre Génova y la chusma que hoy ha sido detenida.
Nada nuevo bajo el sol.
Garzón es un juez nefasto profesionalmente -es un hecho público y notorio: es un mal instructor, poco diligente, nada cuidadoso, más interesado en las apariencias que en el rigor: es hecho constatable en aislado y en comparación con algunos de sus compañeros-, y eso es lo más grave.
Que además sea un muerto de hambre, un pringao que necesita de la púrpura y del abrigo de cashmere camel (o las cacerías, o todas esas cosas) sobre los hombros para tapar su chillón complejo de inferioridad es algo significativo, pero no estrictamente imputable.
Que se muera de envidia porque Belloch le pisó los DOS ministerios que ansiaba para redondear su carrerita, tampoco.
Que juguetee con otros socialistas a hacerse el importante, a traficar (no uso el término técnicamente) información, eventualmente cubierta por secreto no sorprende: todos lo vienen haciendo desde hace años.
Solo que, si este fuese un pais normal, al pillarles, ambos deberían suicidarse -pero para eso hace falta dignidad de la que carecen- o ser desposeidos de todo cargo público, prebenda y condecoración.
De Bermejo más vale no hablar. Para qué. España es el inverso de una (adecuada) aristarquía, es una vulgarocracia: se selecciona siempre lo más patético para las más altas responsabilidades.
A toda la marinería:
Se nota que ando mal de tiempo con tanto que estudiar y no puedo ponerme a contestar los comentarios. A ver si me enmiendo
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