Con la llegada del verano, que es estación propicia a la holganza, la actualidad se ralentiza y uno se queda sin percha donde colgar sus anecdotillas históricas de modo que aprovecharé la mención que ayer hice a Federico el Grande de Prusia para comentar una historieta monísima que protagonizaron sus abuelos.
A finales del siglo XVII, la corte francesa marcaba las reglas por la que se media la elegancia en el resto de Europa. ¿Que Luis XIV usaba pelucones con rizos negros? Todos los elegantes se encasquetaban tres quilos de pelo tiznado haciendo equilibrios sobre la chola. ¿Qué el monarca galo hablaba, como es natural, en francés? Los cortesanos del continente entero se apuntaban a chamullar gabacho. ¿Qué el Rey Sol mantenía una amante oficial en palacio? Toda testa coronada estaba obligada a exhibir la suya so riesgo de parecer un patán.
Federico I de Prusia no tenía nada que objetar a las pelucas; parlotear en galo tampoco le parecía mal... Lo de la amante ya era otra cosa. Federico estaba casado con la más encantadora de las princesas de Europa, la joven, inteligente y hermosa Sofía Carlota de Hannover y lo último que deseaba era ofenderla con la pública exhibición de una pelandusca empolvada.
Los expertos en protocolo, que no querían quedar como unos rústicos sin etiqueta, encontraron la solución: buscar una joven y agraciada muchacha entre la más elevada nobleza del país y conferirle el título de amante oficial del Rey. Las funciones del cargo se resumían en mantenerse muy guapa -joyas y vestidos los pagaba el erario público-, bailar un minué con el monarca de vez en cuando y presentarse como la amante del Rey Federico si al embajador francés se le ocurría preguntar.
Mientras tanto, Federico y Sofía paseaban juntos por el jardín.
¿Ven cómo es monísima la historia?
6 comentarios:
Pues sí que es una monada. Además, considerando el panorama amoroso historico y actual, una excepción que hace creer que es posible que el amor perdure.
Pues sí que es una monada. Además, considerando el panorama amoroso historico y actual, una excepción que hace creer que es posible que el amor perdure.
Monísima. En serio lo digo.
...
Bueno, el tal Federico me parece un poco calzonazos y copiota, pero me lo callo.
Capi, mi querido Capi, pero si ya lo decía yo que sois más tierno de lo que pretendéis aparentar, aaaish... Monisisisma la historia, jejeje... Me recuerda a mi título oficial de musa jejeje... Aish... Recuerdos a vuestra rubita favorita, a ver cuando sus pasáis a ver el mar (excusa muy de vuestra tierra para acercaros y de paso hacernos una vistilla, jejeje)
Besitos
Blondie:
Con la pinta de duros que tienen los prusianos.
Suri:
Bueno, los copiotas eran los cortesanos, aunque un poco blandengue sí que era.
Esther:
Cuando me examine me pongo inmediatamente en remojo.
Jo, qué tierno...
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