Mira que las porterías de fútbol son grandes y la pelota chica, pero marcar en ellas requiere considerable habilidad. Por ello, la carne de delantero se cotiza a un pastizal el kilo y el Real Madrid se ha gastado un Potosí y medio Congo en fichar al goleador portugués Cristiano Ronaldo.
Para compensar el gasto y volver a llenar la bolsa con buenas doblas de oro, el club capitalino planea vender un cerro de carísimas camisetas con el nombre y dorsal del lusitano. Es aquí donde empieza el problema. El chaval ha escogido jugar con el número nueve y, con idéntico dorsal, jugaba no hace mucho un brasileño calvo y fondón que vendía más camisetas que un dependiente del Corte Inglés.
La dirección del equipo está asustada: la gente es muy púa y pueden ser muchos los que decidan desempolvar las camisetas del brasileño en pro del ahorro, el reciclaje y la economía familiar. Por de pronto, los directivos están tratando de convencerle de firmar con su nombre y prescindir del apellido o, en su defecto, anteponer a este la inicial de aquel.
Por su bien, que les funcione lo primero. Puestos a ahorrarse unas perras, pintar una "C" con rotulador negro no es cosa que cueste tanto.
6 comentarios:
Apuesto los 89 euros que cuesta la camiseta a que compran la nueva, aunque el resto del mes estén a dos velas.
Coincido con Suri Kata, básicamente porque la estulticia humana no conoce límites.
La horterada ha alcanzado su máxima expresión.
Juas, vuelve el R.M. de los "galácticos", básicamente por la pasta que se gastan en pagar a estos tipos... Yo imagino que el R.M. cobra algo de las cadenas, pues siempre les dedican más minutos que a otros equipos bastante mejores, aunque no tan escandalosos, en fin.. Yo estoy esperando para frotarme las manos con cada derrota del Real Madrid en la próxima temporada, ahora que vuelven a creerse los amos del cotarro, juas...
Besitos
PD: Capi, ¿vos creeis que se nota mucho mi animadversión al R.M.? jijiji
Suri, Hans:
Sí que las compran, sí, aunque también han afanado trescientas.
Bwana:
No sea tan optimista.
Esther:
Se nota, se nota. Es muy frecuente en Valencia, según se cuenta.
Yo creo que la gente sí comprará la camiseta, no por estulticia, sino por ser conscientes de estar colaborando a una causa mayor que ellos mismos, como es el engrandecimiento del club de sus amores...
...
bueno, vale, sí, la comprarán por estulticia.
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