Ahora que tengo más tiempo libre me he puesto a refrescar mi francés, aunque sólo sea para reajustar mi nivel a las bravatas que escribo en mi curriculum. Contra todo pronóstico, estoy sudando la gota gorda para avanzar.
Entiéndanme, no es que el francés sea un idioma difícil. Más complicado es el chino y los chinos se entienden. El problema es muy otro: como me da vergüenza que familia y vecinos me escuchen repetir como un loro los ejercicios de pronunciación, estudio con puerta y ventana bien cerraditas y me cuezo en mi propio jugo.
¡Dichosos gabachos! Causan molestias incluso a distancia y por fascículos.
9 comentarios:
En nada llega el frío!
Y seguro que entonces se te hace más fácil lo de aprender idiomas... :S
Te entiendo perfectamente yo chapurreo inglés y no me gusta nada que mi oigan.
Saludos,
YoMisma
Jajaja... que no te dé vergüenza, hombre... yo también estoy con un curso de idiomas y ahí que me planto mis cascos con micrófono y a chapurrear lo que se puede. :-)
Pues para aprender idiomas no hay más remedio que perder la vergüenza.Despreocúpese de los vecinos y repita lo de "j´ai perdu ma plume dans le jardin de ma tante" cuantas veces le apetezca.
Cuando llegue el frío no será problema de calor, será problema de castañeteo de dientes. Los franceses siempre saben cómo fastidiar...
Da buen resultado ofrecerse a impartir clases de francés al resto de la familia. Indefectiblemente, los demás pronuncian aún peor que uno y, de paso, uno se esfuerza en hacerlo mejor.
Al menos, a mí me funciona.
Capi, deberíais probar otros métodos, por ejemplo viajar a Paris... No sé, es una sugerencia...
Besitos
PD: He repasado todos vuestros escritos de septiembre, que no había podido leer por aquello de los exámenes y tal...
Capitán, por favor, déjese de fascículos y vaya a la librería Pasajes a comprar algo más actualizado. Mi alma descansará mejor por las noches.
Me he empapado de su blog y desde luego usted es una mina.
Tranquilos, que ya ha refrescado y ahora va todo mejor.
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