Vecino al dramaturgo riojano Manuel Bretón de los Herreros, vivía un doctor en medicina apellidado Mata. Harto de que los amigos del literato lo despertaran a altas horas de la madrugada, el galeno colgó un cartel en su puerta con el siguiente pareado:
"En esta mi habitación
no vive ningún Bretón."
Amoscado, el plumífero respondió con una redondilla memorable:
"Vive en esta vecindad
cierto médico poeta
que al pie de cada receta
pone "Mata". Y es verdad".
Se nota que era el siglo XIX por lo mucho que gustaban de hilar rimas...
.
En el XXI se estila más protestar en prosa.
6 comentarios:
Y yo que me preguntaba por qué en eso de las obsesiones eso de ser bonito se vuelve feo...ya. Lo que me parece muy propio es eso de especificar, no vaya a ser que a algún listillo le de por preguntar por el médico, y si no está pues entonces ver si los menjurjes no han salido. Digo, hay que evitar ser prosa_ico..
Y hablando de menjurjes, ¿esa crema de calabaza tuya deja las nalgas como las de un bebé? Porque si es así ya me veo haciendo pedido... de crema, por supuesto.
A grandes males....grandes letreros
Por cierto, muy buena la historia del dramaturgo y su vecino el médico
genial!
Epi:
La crema de calabaza se administra por vía oral y deja el estómago muy satisfecho.
Petete:
Una de mis favoritas.
Lucy:
Merci beaucoup.
Ah ya... comprendo; el efecto deseado se da a la salida y no a la entrada. De acuerdo. Capi, no olvide patentarlo.
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