Mi madre, por adoptar el vocabulario que tanto le gusta a nuestro presidencial rapsoda, es una trabajadora por el consenso. Lo aclararé con un ejemplo.
Pongamos que haya que decidir qué comida hacer el domingo próximo. Mi madre podría invocar sus prerrogativas domésticas e imponer el plato de su elección; por ejemplo, un sano y refrescante gazpachito. Sin embargo, un acto tan unilateral y despótico traicionaría sus acrisolados ideales democráticos. Muy al contrario, ella busca el consenso previo:
- ¿Qué os apetecería comer el domingo?
- Pues no sé... ¿patatas al horno?
- Huy, poner el horno con este calor. Lo que digáis, ¿eh?, pero no me pega, no me pega...
- ¿Paella?
- Huy, paella... ¿os apetece de verdad paella?
- ¿Un solomillito?
- Luego a tu padre le subirá el colesterol.
- Esto... ¿un gazpachito?
- Qué buena idea, ¿cómo no se me habría ocurrido antes?
Menos mal que es mujer de gustos tradicionales. El día que le dé por la cocina creativa podemos estar meses "trabajando el consenso". ¿Se imaginan ustedes cuántos intentos son necesarios antes de proponer "solomillos de avestruz del Serengueti sobre crujiente de rábano y textura de aguacate"?
Ni pensarlo quiero.
17 comentarios:
Mira que te pones pijito con el plato, con las granjas de avestruces que hay por España y tienes que pedir uno del Serengueti XD
Y no sé si felicitarte o darte el pésame, no-primo XD
Ole tu madre. Esa negociación para llegar a los términos que ella quiere es hábil. Las altas esferas deberían aprender.
En mi cocina a la hora de comer sin embargo, nada de negociaciones: instauro una "misiocracia" y por tanto Misia, useasé, yo, cocina lo que le da la gana.
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Bueno, seamos más exactos: cocino lo que la nevera me ofrece, que suelen ser poquísimas opciones: "Neverocracia".
¿Habéis probado a decir "no sé, lo que tú quieras"?. Se les queda una carita...
(si comparo a mi madre con el rapsoda me quedo un mes sin postre)
Vete pensando en cómo crear los lobbys preceptivos. No valdrá para nada (como con cetapé) pero conseguirás redondear la imagen de "como que se puede llegar a incidir en el proceso de toma de decisiones en lo que en definitiva es una dictadura genuina" (como con cetapé)
Florecilla, el "lo que tú quieras" sólo sirve para que se quejen de tener que hacerlo todo, de tener que adivinar lo que quieren los demás y que luego se quejarán
Anda! yo hago casi lo mismo!
Mi mae también es de esas.
Creo que la siguiente generación hemos salido más directa: decimos "esto es lo que hay de cenar". Yo, sólo cuando estoy realmente indecisa, doy dos opciones, cerradas además: "¿Te apetece sopa o frío el conejo al ajillo?"
Jota me suele decir que le da igual y entonces hago las dos...
Ejem... creo que yo también lo hago, pero no es cosa de madres, he sido igual toda mi vida...
Mi madre no pregunta, pero da igual porque todo está bueniiiiiisimo... (es la mejor cocinera del mundo)
Mi madre pregunta, pero como si nada:
-"Quieres un poco mas?"
- No, gracias
- Toma, otro plato mas, que tienes que comer.
La negociación entendida por las mujeres. El otro día la mujer de un amigo dijo, muy convencida: "el tema lo hablamos en casa y llegamos a un acuerdo"; a continuación expresó, sin despeinarse y como quien no quiere la cosa: "si yo no hubiera querido, él no hubiera ido".
Y es que se cumple la premisa de "lo hablamos. Hacemos esto. ¿Tienes algo que objetar? (Cuidado que lo que digas será usado en tu contra)".
Pues por esa regla de tres, mi madre es la Bush del fogón. Sutilezas las justas...
¿democracia imperialista? qué desperdicio de estratega con delantal se ha perdido el mundo, coño... prueba con un contraataque de tipo Es que el gazpacho me repite mamá...si al menos llevara arroz, gambitas y se hiciera en paellera pues...no sé...podría estar bueno.
Cattz:
Pero como las del Serengueti ningunas, chérie.
Misia:
He dicho consenso, negociación no hay ninguna.
Florecilla, Deye:
Eso no se puede decir, pone una cara de si yo lo supiera no preguntaría y vuelve a preguntar.
Hans:
Me veo de presidente del lobby del solomillo.
Gin:
Es el gen madre, se activa al primer parto.
Gato:
Eso es que J quiere las dos cosas.
Perlimpina:
¿no es de madres? ¿segura?
Be:
Qué suerte la tuya.
Evam:
Sabe a ternera, para que te sitúes.
Fernando*:
Esa especialidad la cultiv amucho mi abuela.
Lek:
Y sin embargo las queremos, ay.
Eride:
¿Invade los platos ajenos?
Nepomuk:
¡Insensato! Eso es como decir que nunca has tenido armas de destrucción masiva, una provocación añadida.
Mi madre nunca cuestiona sus menús, lo que hay es lo que hay y punto...aunque nunca nos acostumbramos a quejar y aunque alguna vez lo hayamos hecho le entra por una oreja y le sale por la otra...si es que por algo son las "mater familia"...
BloggSaludos.
Missangria:
Una antigua tu señora mare. Donde esté el consenso forzoso...
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