jueves, abril 24, 2008

De los golpes que se dieron a las puertas de la venta


La última gresca del gallego y su cuadrilla se ha presentado embozada en buena prosa cervantina.

Resulta que don Mariano Rajoy estaba invitado a la pública lectura del Quijote y, en uso de su libre albedrío y considerable mala leche, ha optado por declamar la llegada del hidalgo a la venta, en cuya puerta se hallaban "dos mujeres mozas, destas que llaman del partido, las cuales iban a Sevilla con unos arrieros que a la venta aquella noche acertaron a hacer jornada." Moza del partido es expresión que se usa ya poco, y que no designa a la mujer política sino a la pública. Aquel partido es el de todos y las dichas féminas no son sino rameras, tusonas, hurgamanderas, izas, rabizas, busconas y colipoterras.

No se le conoce al pontevedrés demasiada relación con el provecto oficio callejero, pero habiendo féminas en su partido que tanto le amargan el descanso, son muchos los que recelan que el párrafo venía entreverado de insulto. Lástima que la presunta ofendida no quisiera entrar en el juego y se limitara recitar un fragmento descargado de malicia. ¡Con la de párrafos quijotescos que se sirven para devolver el donaire!

Falta de espíritu competitivo tan acusada es justo que yo la enmiende. De mi parte para don Mariano: El Ingenioso Hidalgo Don Quijote de La Mancha, parte segunda, capítulo tercero:

"- Aún hay sol en las bardas-dijo don Quijote-, y mientras más fuere entrando en edad Sancho, con la esperiencia que dan los años, estará más idóneo y más hábil para ser gobernador que no está agora.

-Por Dios, señor -dijo Sancho-, la isla que yo no gobernase con los años que tengo no la gobernaré con los años de Matusalén. El daño está en que la dicha ínsula se entretiene , no sé dónde, y no en faltarme a mí el caletre para gobernarla.

- Encomendadlo a Dios, Sancho -dijo don Quijote-, que todo se hará bien, y quizá mejor de lo que vos pensáis, que no se mueve la hoja en el árbol sin la voluntad de Dios.

-Así es verdad -dijo Sansón-, que, si Dios quiere, no le faltarán a Sancho mil islas que gobernar, cuanto más una.

-Gobernador he visto por ahí -dijo Sancho- que a mi parecer no llegan a la suela de mi zapato, y, con todo eso, los llaman "señoría", y se sirven con plata"

El último punto se lo concedo. Con plata, melón con sal y las dos elecciones seguidas que ya le lleva ganadas sin despuntar más arriba de los tobillos.

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4 comentarios:

Anónimo dijo...

¡Sublime, gañán!

Saludos,


Yan Liu

Achab dijo...

Gañancísimo.

Esther Hhhh dijo...

Eso de Hurgamanderas y colipoterras, me ha hecho gracia, Capi, jejejeje...

Por cierto, Capi ¿"Esperiencia"?¿Con S?¿No será con X o es que Don Miguel lo escribió sin la X?

Besitos

Achab dijo...

Cosas de Cervantes, pero él lo escribía con "s"