Las palabras poseen, además de su significado objetivo y general, connotaciones subjetivas e individuales. En ocasiones, la connotación fagocita al significado o lo arrincona a los desvanes más polvorientos del encéfalo. A mí me sucede con la palabra "decente". La culpa, sépanlo ustedes, la tiene Carmen Sevilla.
Doña Carmen, en su mocedad, era una moza de las de parar el tráfico sin necesidad de usar silbato. Aprovechando la excelencia de su palmito, la mozuela cruzó el Atlántico para rodar en los Estados Unidos y compartir pantalla con los actores más famosos de aquel tiempo y lugar. Entre estos estaba el recientemente fallecido Charlton Heston. Al americanote, con el que coincidió en "Marco Antonio y Cleopatra", lo de compartir pantalla le parecía un tanto escaso. De haberse seguido su gusto, hubieran pantalla, alcoba, cama y edredón.
La española, sin embargo, no estaba por la labor. Cada vez que don Charlton aprovechaba los recodos del guión para meterle mano, doña Carmen gritaba: "¡Corten!" y pedía auxilio al director.
En palabras de la protagonista:
- Él era muy guapo, pero yo muy decente.
Desde ese momento la palabra "decente" evoca una sola imagen en mi cerebro: una moza mollar pegando gritos porque un yanqui rijoso y en toga se la quiere beneficiar.
"[...] un país próspero y a la vez decente, un país eficiente, unido y diverso, comprometido con la causa de la paz y la lucha contra el cambio climático y la pobreza."
Que yo recuerde, es la primera vez que le oigo a un político enhebrar seis adjetivos seguidos sin tirar de las vocablos "democrático", " o "constitucional". En un orador cuya mayor similitud con Demóstenes o Cicerón es haber nacido en el mismo planeta, es esta facundia adjetivadora un hallazgo sorprendente y bienvenido.
Pero -¡ay de mí!- ha empleado la palabra clave y mi cerebro se ha puesto a disparatar.
Si pensaban que mi primera asociación de ideas era ridícula, borren la cara de Carmen Sevilla y pongan la del presidente.
Creo que esta noche me va a costar dormir.
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15 comentarios:
No he podido evitar imaginarme a Aznar gritándole a Bush: "yo no soy decente"
Calle, calle.
No vea a quién me imagino haciendo de Marco Antonio baboso.
No será pa'tanto, ya veras como duermes... Míralo por este modo a cambiado "talente" por "decente". ;)
Capi, a vos la imagen del político, en vuestros sueños, os dura bien poco, ya me encargo yo de devolveos a los brazos de vuestras ensoñaciones más preciadas... Para eso soy vuestra musa ¿No? jajaja...
Besitosssss y dulces, pero que muy dulces sueños, mmmmm..... (mejor no os digo en que andaba mi mente mientras escribía eso de "pero que muy dulces") ya vos mismo lo pensais....
PD: Me puse al día de mi pequeño retraso a raíz de mi pequeño viaje...
Que sueñes con las políticos decentes. Y que no te quiten el sueño.
Jo, pues yo llevo un rato (desde que le he leido) que no me quito la idea de la cabeza. Y no puedo parar de reir.
Es que a Zapatero tampoco le gusta que un americano rijoso le meta mano en su decente... politica. O algo.
Es que eso es nivel, MAribel....
En el pueblo de mi padre no hay mujer decente que no tenga más bigote/barba que su marido...las consideradas zorras tambien lo tienen.
Creo que no he entendido la relación entre la decencia y la depilación...pero dicen que existe.
Debería leer esto, Capitán: http://www.cesarvidal.com/index.php/CesarVidal/ver-blog/el_parto_de_los_montes/
ehem
Blondie:
¡Agh! Ahora es peor. En mi imagen salen los tres.
Suri:
Silencio, silencio.
Missing:
¿Talente?
Esther:
Por supuesto que lo eres ¡y tienes que ganarte el sueldo!
Rubia:
Amén.
Ginebra:
Esa es la idea.
Vampi:
A saber.
Criaturilla:
El Orense profundo... ya se sabe.
Público:
Garcias, ahora lo miro.
Estooooooo Capi, ¿el sueldo?¿qué sueldo?
Esther:
Como decían las hurgamanderas capitalines cuando las visitaba el médico:
- ¡Cobres en carne!
mmmmmmmmm tomo nota.. ¿Estáis seguro de poder con toda vuestra deuda? ;-)
JOOOO ACHAAAAAAB JOLINES QUE QUERÍA DECIR TALANTE. :(
Igual lo de decente es una indirecta para que no robemos/pirateemos o algo. Igual.
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