Hace unos cuantos años, el Canal 7, una televisión madrileña de legalidad dudosa y presupuesto minimalista, elaboraba su parrilla mediante una aberrante combinación de venta por catálogo, cine italiano cutre y vídeos musicales que presentaba la hija del propietario. El lote de películas debieron de comprarlo en la liquidación del videoclub de un psiquiátrico penitenciario, pues incluía algunas de las más criminales creaciones de la mente humana.
Mención especial merece una aberración titulada "Chicken Park", una deleznable parodia del "Parque Jurásico" de Steven Spielberg. El filme se entretenía en contar cómo un científico loco infestaba una isla caribeña con pollos hipertrofiados, clonados a partir del ADN que halló en el estómago de unas ladillas prehistóricas atrapadas en ámbar. El protagonista, un criador de pollos de pelea que arribaba a la isla en busca de su mascota perdida, se enfrentaba al malvado científico y lograba escapar por los pelos tras burlar el ataque libidinoso de un gigantesco gallo sodomita.
Aquel engendro no había por donde cogerlo: el guión parecía redactado por un chimpancé borracho, los efectos especiales podían superarse cosiéndole ojos a un calcetín, el actor principal balbuceaba incoherencias y la protagonista femenina, femme fatale y perdición de los hombres no era otra que Rossy de Palma. No obstante, una cosa se puede decir en favor de la película: su rigor científico es muy superior a lo que puede parecer.
Unos científicos chinos han localizado en la región de Liaoning los restos de un pequeño dinosaurio emplumado de principios del Cretácico, mucho antes de que el tatarabuelo de Piolín oteara su primer lindo gatito con dientes de sable. Para más complicar el asunto, el emplumado reptil, del orden de los ornitisquios, no pertenece a la línea evolutiva de las aves.
Parece cada vez más claro que los dinosaurios emplumados no eran ninguna rareza. Había dinosaurios con pluma entre los saurisquios y entre los ornitisquios, entre los dragones monstruosos y las lagartijas pequeñas, entre los naturales de Gondwana y entre los vecinos de Chueca. Hay quien afirma incluso haber encontrado restos de plumas en un fósil de Tiranosaurio.
Como bien anticipaba el indigente cine italiano, los dinosaurios sabían a pollo. Salvo los más grandes, que tenían regusto a pavo.
5 comentarios:
Jovar!, cualquiera se acercaba a un bicho de esos llamando "¡titas, titas,!" para echarles el maíz.
¿Os imagináis, Capi, dándole una rajita de embutido a uno de estos "pollitos"? no sé yo si os atreveriais y si lo encontraríais tan divertido, sobretodo porque sospecho que al bicho en cuestión le ibais a resultar vos más apetecible que el trocito de embutido, jejeje...
Besitosssss
A lo que no me atrevería sería a decirles a estas gallinitas lo de 59 :S
Bwana:
¡Qué maíz! Un buey entero.
Esther:
Que os alimente el organismo autonómico competente, leñe.
Aliere:
No sé, seguro que les gusta el Jackman con salsa de soja.
que sean dos Jackman
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