La comidilla política del día es la conversación telefónica, filtrada por El País, entre Francisco Camps, ese Mortadelo con lentillas que preside la Comunidad Valenciana, y Álvaro Pérez, gemelo corrupto del superintendente Vicente. No es de extrañar que el coloquio haya atraído la atención del público, su contenido resulta muy sorprendente.
Sería de esperar que el presunto mangante y su supuesto compinche se pusieran de acuerdo en el modo de asaltar el erario público, en los medios de ocultar el robo o en la manera mejor de disfrutar sus ilícitas ganancias. Que descuelguen el teléfono para decirse: "te quiero un huevo", "tenemos que hablar de lo nuestro" y "lo nuestro es muy bonito" rebasa todos los límites que impone la milenaria tradición del gremio de los ladrones. Visto lo visto, no me extrañaría que aquellos trajes a medida que el bigotudo le regalaba al calvo no fueran tales trajes sino ajustados tangas de piel de leopardo.
Querido Juez instructor, ¿está usted seguro que estos dos metían mano en la caja de todos? Lo de meter mano, yo también lo intuyo. Lo que no me cuadra es que fuera en la caja.
7 comentarios:
Como "lo nuestro" no tenga algo que ver con "la cosa nostra", me parece que su deducción es bastante lógica.
Lo que se me escapa es lo del huevo; nunca había oído una frase tan extraña.
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Yo no sé en el resto de España, pero en Valencia y sobre todo en valenciano no es inusual que dos amigos se hablen de forma cariñosa y diciendose piropos, yo lo hago y no soy maricón. Todo depende del tono en que se diga, claro.
jorgito
Pues yo estoy muy preocupado. En rebajas me compré un traje en Milano, no encuentro la factura y me temo que igual también acabo hablando así. ¿Les ponen algo, a esos trajes?
Si, la culpa la tendra el traje.
Y no; no hablamos así;yo soy de Buñol y no hablo en mariconí.
Mi pater nació en Ribarroja y como dice Ignacio, la culpa la tendrá el traje.
Alfor, cuando lleves el traje, atento a no levantar tu dedo meñique si sujetas un vaso...
Mi amigo portugués manda "buziaczki" (besitos) a todo hombre con que termina una conversación telefónica.
A los hombres se les desencaja la mandíbula, pero tras la segunda vez ¡hasta les gusta!
¡Buziaczki a todos!
Nu sé por Valencia. Por aquí no se estila nada.
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