jueves, septiembre 24, 2009

¡Culpables!


Allá por el siglo XXI antes de Cristo, la ciudad de Ur, en la baja Mesopotamia, era la envidia del mundo. Fértiles campos la rodeaban, valientes guerreros la defendían, un enorme templo de barro proclamaba el poder de Nanna, dios tutelar de la ciudad.


Súbito fue el final de la gloria de Ur. Una pertinaz sequía agostó los campos, los guerreros desertaron o murieron de hambre, los feroces habitantes de Elam arrasaron ciudad y templo, la gloria de los dioses patrios se desvaneció al tiempo que sus imágenes eran pisoteadas. Los depuestos gobernantes, que ignoraban lo mucho que puede descabalarse el clima del globo cuando El Niño viene crecido y llorón, culparon del desastre a la imprevisible cólera del malvado y envidioso dios Enlil.

Los mandamases, viene de antiguo, gustan de buscar culpables lejanos y misteriosos que no se puedan defender. Que no sean los verdaderos es lo de menos. Si me apuran es incluso mejor. Una amenaza verdadera exige buscar una solución que funcione, tarea notablemente difícil. Para frenar a un enemigo mítico basta con organizar un vistoso paripé.

Hoy, tras leer que nuestro presidente culpa de la crisis al cambio climático, he empezado a ver las cosas con total claridad. Ustedes pueden creérselo si quieren y comprarse un cochecito a pilas, pero yo me busco el zigurat más cercano y le sacrifico un par de cabras gordas al tal Enlil.

Ya veremos quién se ríe el último cuando lleguen los elamitas.

6 comentarios:

YoMisma dijo...

Creo que lo del sacrificio es la solución...

jajaja

Me ha encantado la forma de enfocar el tema.

Saludos,
YoMisma

Gato dijo...

¡¡Pero qué grande!! Se lo voy a decir a mi amiga la científica, que lleva años en Noruega por gusto, que aquí podría trabajar con el departamento I+D...+I+OTA del gobierno de Zapatero.

Anónimo dijo...

El rojo y el verde combinan fatal, sobre todo si nadie se lo traga.

Saludos.

estrella dijo...

jejeje, qué grande eres escribiendo!

Esther Hhhh dijo...

Capi, entended que tiene su lógica... Los de Ur no sabían eso del niño, porque todavía no había llegado Mario Picazo a explicarles lo del Niño, y claro, le echaron la culpa al que conocían, osease, el dios Enlil...

Besitos

Achab dijo...

Yo Misma:

A por las cabras, pues.

Gato:

Es que con el calor se trabaja fatal.

Grénmabar:

Ahora entiendo por qué ningún equipo de fútbol se viste con esos colores.

Estrella:

Es que tomo mucho calcio.

Esther:

Y Enlil era un cabrito.