Esta penitencia que me he impuesto de seguir el Mundial de Fútbol para entretenerlos a ustedes me ha confirmado un par de creencias que ya tenía. La primera es que el fútbol, como espectáculo, tiene tanta rapidez, intensidad y emoción como las carreras de caracoles o la lucha libre entre galápagos. Ahora, el circo que rodea a los campeonatos, resulta sumamente divertido.
Miren que curiosa asimetría he pescado en el ABC. Por una parte, la selección brasileña en pleno le pide sexo a su entrenador y no pasa nada. Por la otra, un francés le sugiere al suyo el ejercicio de una práctica sexual concreta y lo mandan de vuelta a casa con una patada en el antifonario.
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Estos franceses son más estirados que la mismísima Torre Eiffel. Luego se extrañarán de que caigan mejor los brasileños.
4 comentarios:
Vas a estar todo el mundial asi? que suplicio madre .....
N
Pobre Dunga, no creo que tenga ya edad para darles sexo a todos...
Sobre Anelka, comentó un jugador galo que lo grave de esta situación es "el traidor que lo ha delatado". Es decir, lo malo es que te pillen.
¿Son franceses o españoles?
Lo de Brasil no me extraña viendo los nombres de los jugadores.
No haga caso a N y siga, siga, que es el único que aborda el mundial como se debe.
N:
Todo no creo, pero de momento todas las noticias divertidas van sucediendo allí.
Auriga:
Se le ve en buena forma, lo mismo aguanta.
Suri:
Pues nada, ya veremos cómo enfocarlo.
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