Don Pedro Ruiz de Azagra era un aventurero intrépido, imaginativo y montaraz. Nacido en Azagra, Navarra, en algún indefinido momento del siglo XII pronto descubrió que lo que de verdad le tiraba en esta vida era la batalla, el pillaje, el latrocinio y el saqueo. Era ésta vocación muy difundida por la época y la multitud de pequeños reinos que proliferaban en la península dejaba amplio margen para su práctica. Don Pedro, en consecuencia, reunió a unos cuantos amigotes y se entregó a ella con devoción.
Mientras andaba de aquí para allá afanando lo que podía, el perspicaz muchachote navarro se dio cuenta de que el Rey moro de Valencia andaba demasiado ocupado dándose de galletas con el de Granada como para preocuparse en demasía de qué ocurría en sus territorios de Albarracín (provincia de Teruel, para el que no se oriente).
Como la ocasión la pintan calva y no era cuestión de dejar pasar oportunidad tan jugosa de hacer fortuna, el señor Ruiz y sus compadres se presentaron en Albarracín, pasaron a cuchillo a la guarnición y se instalaron en el lugar para su mayor comodidad y disfrute. Mucho debió placer el lugar a don Pedro, pues decidió quedarse como señor de aquellas tierras. Esta decisión, no obstante, implicaba un problema: el nuevo señor de Albarracín ni poseía título habilitante que le permitiera acceder a la realeza ni estaba dispuesto a declararse vasallo de monarca terrenal alguno que pudiero limitar su soberanía. Sin embargo, como ya advertí, el azagrés era hombre de fértil imaginación que no tardó en hallar la solución más conveniente. Ni corto ni perezoso, don Pedro nombró Reina de Albarracín a la Virgen María, proclamándose de inmediato su fiel y cumplidor vasallo. Las ventajas de la virginal soberanía eran indudables. No sólo es que nadie fuera a discutir los títulos de propiedad y realeza de la madre de Dios, sino que, por tener María su residencia fuera de aquellos reinos, necesitábase gobernante resuelto y capaz que en su nombre los administrase. ¿Quien mejor que don Pedro Ruiz de Azagra? Pues nadie, se lo digo yo.
Pasados los siglos, sin embargo, las montunas taifas sin dueño se han vuelto singularmente escasas. Los aventureros con afán de mando han debido buscar nuevos lugares para hacer su santa voluntad y, cómo no, los han hallado. Lo que se podía hacer en una taifa turolense, parece ser que cuela igual en la autonomía gallega. Ayer, sin ir más lejos, el presidente del PP de Galicia, señor Núñez Feijoo, tuvo el santísmo cuajo de declarar que los textos de los Estatutos de Autonomía de Andalucía y Castilla La-Mancha son en exceso "españolistas" por incidir en demasía en la "unidad de España". Para remediar semejante desafuero, don Alberto, quien según declaración propia "lleva el galleguismo en la sangre", ha anunciado que desea pactar con el PSOE y los nacionalistas una solución que a todos satisfaga.
¡Miña Santiña! A que se declaran vasallos de la Virgen.
lunes, febrero 05, 2007
Españolista el último y taifas para todos
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6 comentarios:
¡Ay, sí! ¡Que se declaren, que se declaren! Lo que nos vamos a reir...
El PP criticando el españolismo.
Cosas veredes, amigo Achab.
La estulticia es completamente compatible con la condición de afiliado -y aun cargo con mando en plaza- de cualquier partido de los que campan por las Españas. ¿Qué digo compatible? Más diré! no sólo compatible, si no aún condición necesaria (con contadísimas excepciones).
Aaaah, estos prohombres, estos visionarios preocupados por el bienestar del pueblo, por sus necesidades más inmediatas...
Como por ejemplo, que los jóvenes se puedan enfrentar a una hipoteca a 70 años ¡PERO EN SUELO GALLEGO GALLEGUÍSIMO!¡Nada de españoladas!¿Desde cuándo viven y dependen de España?Lo mismo para los catalanes, los vascos... a los políticos me refiero, claro. Panda de cenutrios.
Casi sin excepciones coinciden en todos los partidos: el que vale, vale, y el que no, se mete a político. También coinciden en que en cuanto se les rasca un poco les da una erupción nacionalista. Mi contadísima excepcion hoy en día es la excepcional María San Gil.
Gin:
No creo, porque los otros dos son muy laicistas y les va a dar vergüenza.
Myca Vykos:
El PP de Galicia (como el de Cataluña) son bastante rarunos.
Hans:
La verdad es que suelen ir unidas.
Wardog:
Wardog:
Es que Galicia es la nación de los suevos, sin sinalefa.
Suri Kata:
Excepción es, sin duda.
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