domingo, julio 01, 2007

Reivindicación de don Federico Nietzsche

"Nietzsche en plena euforia, no sólo insistió en
hacer la fotografía, sino que se ocupó personalmente
y con celo de la preparación de los detalles
-como la carretita (¡que resultó demasiado pequeña!),
o incluso en la cursilería del ramo de lilas prendido del látigo."

Lou Andreas Salomé


Cuando yo estudiaba la filosofía del bachillerato me acosaba de continuo el temor irracional de que fueran a preguntar por Nietzsche en el examen. No es que su pensamiento me pareciera especialmente inasequible, para eso ya estaban Hegel y Kant, sino que mi cerebro se ha negado siempre a ordenar correctamente las cinco consonantes consecutivas que luce el apellido del filósofo sajón. Luego, con el tiempo, y más por su vida que por sus escritos, el hombre me llegó a caer realmente bien. De toda su peripecia vital, el momento que más me conmueve es el de la pérdida definitiva de su razón. No me refiero a los años de postración intelectual -el enajenado Hölderlin tocando un piano sin cuerdas en una solitaria habitación de Tubinga es considerablemente más conmovedor- sino al instante preciso en que el cerebro del pensador germano decidió tirar la toalla.

Paseaba don Federico por Turín pocos meses después de su cuadragésimocuarto cumpleaños cuando una inusitada algarabía llamó su atención. Enfocando sus miopes ojillos de animal subterráneo pudo observar consternado cómo un iracundo cochero golpeaba a un caballo desplomado en el suelo. El filósofo, horrorizado, se abrazó llorando al cuello del animal e interpuso su corpachón entre el látigo y el cuerpo derrengado del martirizado bruto. Cumplido tal acto de humanidad, Herr Nietzsche perdió la consciencia para no recuperarla jamás.

Es imposible negar que tal gesto de piedad honra al irascible germano, ¿pero no resulta un tanto paradójico que un tipo que se pasa la vida predicando la voluntad de poder, el coraje, la valentía y el superhombre dedique el último instante de su vida consciente a llorar por un caballo moribundo?

Pues puede ser, pero es que, verán, don Federico conocía el oficio.


Moraleja:

¿Que tira más que dos carretas?
Un filósofo, filólogo y poeta.
.
-ooOoo-
.
Vale, lo admito. Todo este artículo no es sino una larga excusa para colgar una foto impagable. Pero, ¿verdad que, de repente, les cae Nieztsche mucho mejor?

14 comentarios:

suri kata dijo...

Menuda foto. Los dos que tiran del carro estaban enamorados de la de la fusta. Los dos se suicidaron, Paul Rée evidentemente por ella. Parece que la misoginia de Nietzsche se debe a su experiencia con la de la fusta.

Y aunque en su cita ella dice que el montaje fue cosa de don Federico, según el fotógrafo se le ocurrió a Lou Salomé, lo cual me cuadra más.

Anónimo dijo...

A mi me cayó en selectividad, pero contesté a Platón...
Eso de que dos señores tiren más que las carretas tiene indudablemente consecuencias perjudiciales...que mal fario la de la fusta.
Yo soy más partidaria de la versión clásica de la frase, y que lo que más tire sean las te...
Acerca de ese particular, tengo yo una amiga que sostiene con vehemencia que siempre hay que tener algo más duro que la cara ( cuentan las crónicas que habia un motivo, pero no me acuerdo)
Con tanta oposición y tanta silla me temo que la retaguardia ya no puede ser, tendrán que ser las ,ejem, carretas.
Por otro lado ,es un tópico, los chicos siempre hacen su voluntad mucho más de lo que a mi me gustaría, snif!
besotes, achab.

Anónimo dijo...

A mi me cayó en selectividad, pero contesté a Platón...
Eso de que dos señores tiren más que las carretas tiene indudablemente consecuencias perjudiciales...que mal fario la de la fusta.
Yo soy más partidaria de la versión clásica de la frase, y que lo que más tire sean las te...
Acerca de ese particular, tengo yo una amiga que sostiene con vehemencia que siempre hay que tener algo más duro que la cara ( cuentan las crónicas que habia un motivo, pero no me acuerdo)
Con tanta oposición y tanta silla me temo que la retaguardia ya no puede ser, tendrán que ser las ,ejem, carretas.
Por otro lado ,es un tópico, los chicos siempre hacen su voluntad mucho más de lo que a mi me gustaría, snif!
besotes, achab.

querida_enemiga dijo...

Siempre le tuve simpatía, aunque no conseguí terminar de leer el Anticristo. Tenía 17 años y me superó. Quizás lo vuelva a intentar de nuevo, con 11 años más a las espaldas y sobre los hombros...

Ahora me cae mejor. Gracias, Capitán.

Anónimo dijo...

¿Porqué a la gente le cae mal?Fue mi favorito en COU,de hecho sólo me estudié este y Platón en selectividad.Malditos relajadores de mente,que como siempre pusieron al pacífico, santo y mártir Platón. Ah, me encanta tu blog, ¿cómo alguien sabe tantas cosas curiosas de la historia...?ánimo con las opos

Cattz dijo...

Yo elegí a Nietzsche en selectividad, pero fue porque había leido su parte un poco antes de entrar al examen. De mi instituto fui la única en escoger esa opción, ya que, como nuestro profesor era un negado, no nos dio tiempo a llegar a don Federico. Y de las mejores notas, estaba tan clarito el concepto de superhombre en su texto y tan embarrado el de Descartes...

Anónimo dijo...

Ni chispa.

GUANDARRRR dijo...

Pues sí capitán. Te he dicho ya alguna vez que soy fan? :). Voy a ver si saco también a algún personajillo en mi blog, que lo tengo abandonado. Ummm

Achab dijo...

Suri Kata:

Bueno, no exageremos, que Nietzsche murió de neumonía. En cuanto a su misoginia, es basatant ediscutible. En general, hombres y mujeres le caían igual de mal y era encantador en sus tratos con las féminas

Criaturilla:

Yo contesté Aristóteles y de vista tu retaguardia parece bastante firme. De tacto no opino, no tengo datos.

Querida_enemiga:

¿Por qué diantres empieza todo el mundo con ese y no con el Zaratustra que es mucho más divertido?

Anónimo:

Porque soy un cotilla con atraso.

Cattz:

Descartes, me hubiera encantado tener oportunidad de habalr de un tipo que necesitaba demostrar la existencia de Dios para fiarse de lo que veía.

Gin:

Que dura es usted, con ese bigotito tan mono.

Guandarrrr:

¿Fan de Federico?

Tamaruca dijo...

Fui a un colegio religioso muy estricto y las monjas me acomplejaron con que era una negada para la filosofía. Nunca entendí porqué. No conozco persona que disfrute más comiéndose el tarro que yo :(

El caso es que le tomé tanta manía a la asignatura que no le presté atención en absoluto en bachiller, mi último contacto fue en selectividad, donde me crecí con una inigualable Kant-ada.

(Miento, esta frustración me ha llevado a leer mucha filosofía posteriormente pero jamás lo reconozco porque cuanto más leo, menos entiendo, es como si la espinita clavada se fuera agrandando progresivamente)

Es probable que Nietzsche me hubiera caído muy bien conociéndolo es persona. No puedo decir lo mismo de Freud.

suri kata dijo...

Oiga, que me he ido a buscar la biografía porque estaba convencida de que don Federico se había suicidado.
Le pegaba cantidad, no me diga que no.

Esther Hhhh dijo...

Pues yo recé tan alto como pude para que no me cayera en selectividad porque la verdad, no lo había ni leído, y es que no me dio tiempo. No recuerdo que me cayó, la verdad es que selectividad es una de esas cosas que he borrado de mi mente por prudencia, Dios que mal lo pasé. Entre los nervios, el dolor de espalda y las sillas para diestros (malditos derechistas marginadores de la izquierda (y no hablo de política, que conste)).
Creo recordar que en uno de los dos que hice (repetí selectivo en septiembre) me cayó, pero lo sorteé y me fui al otro. Mi memoria me habla de Kant, Rousseau y Platón, así que entre los dos exámenes y las cuatro opciones, esas debieron ser, pero no podría asegurarlo. Da igual, siempre me gustó la filosofía, lo malo fue cuando me pasé toda una noche de charreta en sueños con Platón, uff por Dios, o por los Dioses, porque al día siguiente veía dioses griegos por todas partes...

En cuanto a su acto de generosidad (el de Nietzche) me parece enternecedor y denota una gran humanidad por su parte, por cierto, discierno de vos, Capi, no creo que el "bruto" fuera el pobre jamelgo, más bien diría que era el tipo que se dedicaba a apalearle. Suerte tuvo de que fuera Fede quien lo encontrara y no yo, porque de haber sido esta pelirroja, hubiera acabado sus días con orejas largas como las del mulo y tan castrado como los bueyes, ea... Y tirando de una carreta, sí, y rapidito que llego tarde... jejejeje... (añadir al látex negro, fusta y látigo de cuero para ilustrar esta imagen)

Besitossss

Achab dijo...

Tamaruca:

Freud te hubiera dicho alguan verdulencia, seguro.

Suri:

Pues sí, pero no le dio tiempo. Se le fue la cabeza nates.

Esther hhhhh:

No sé yo si la vertiente castradora e sun buen añadido a tu imagen icónico-sexual.

GUANDARRRR dijo...

No hombre, fan tuya