Cuando la mofeta común (Mephitis mephitis) es amenazada por sus depredadores, procede a rociarlos con sus apestosos fluidos corporales. Salvo que el atacante sea un búho cornudo, bicharraco tan carente de olfato como de honestidad matrimonial, la repugnante disuasión descrita basta para que el mustélido se ponga a salvo.
El etarra común (Mephitis vasconum) intenta, en ocasiones, valerse de aquella táctica. Sin embargo, comoquiera que la alimaña vascuence acostumbra a usar pantalones, lo único que consigue es emporcarse la vestimenta y, de paso, alegrarnos el día a los ciudadanos de bien.
El etarra común (Mephitis vasconum) intenta, en ocasiones, valerse de aquella táctica. Sin embargo, comoquiera que la alimaña vascuence acostumbra a usar pantalones, lo único que consigue es emporcarse la vestimenta y, de paso, alegrarnos el día a los ciudadanos de bien.
Para que luego digan que no es sabia la naturaleza.
5 comentarios:
Ay, no compare bichos, que no sé qué le han hecho a usted las mofetas.
Si son hasta bonitas... y tan chicas, mírelas... Yo pensaba que eran del tamaño de un gato gordo. Debe ser la influencia de los dibujos animados. Ah, mon amour, Paris en primavera...
Ginebra:
De momento nada.
Nicanica:
Es que esa monadita es un bebé mofeta.
qué momentazo nos ha regalado ese son of a bitch..
¿Y un bebé mofeta ya lanza liquiditos?...porque un etarrita sí...
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