jueves, abril 09, 2009

Hambre


El presidente de Bolivia, don Evo Morales Ayma, ha iniciado una huelga de hambre con objeto de acelerar la tramitación de una nueva ley electoral para el país del altiplano. Sigue con esto el ejemplo del estadista indio Mohandas Gandhi, quien recurrió con frecuencia al ayuno para lograr fines de carácter político.

Claro, que hay una diferencia de peso entre  otro caso.  Gandhi era la radiografía de un silbido. Si el hindú dejaba de comer todo el mundo intuía que le quedaban dos telediarios.  La constitución del presidente boliviano es muy distinta. Si comienza ahora el ayuno, los legisladores remolones pueden calcular que aún les queda un par de años de margen.

Piénseselo bien, don Evo, que lo mismo pasa usted privación en vano.

4 comentarios:

Er-Murazor dijo...

Al señor Morales lo que le pasa es que quiere hacer una exposición de jerseys en la pasarela Cibeles, y no le han dicho que allí ya no pesan a las modelos.

Anónimo dijo...

Me habló hace poco un cooperante que conozco en Bolivia que la que está liando este tipo es gorda. Que si antes les iba mal, con este señor de buenas palabras y pésimos actos, ahora están peor. Huy, en qué me recordará a Zapatero...

Sea como sea, seguro que más de un boliviano está rezando porque no llegue esa ley.

koala dijo...

Pobres bolibianos. Lo que les ha tocado...

aliere dijo...

Por lo que pude ver cuando estuve en ese país es cierto que alguna cosa está haciendo que a la larga redundará en favor de la gente: dar carnet de identidad a una cantidad ingente de indígenes que hasta hace poco no constaban en más censos que en los de la iglesia y no podían acceder a prestaciones sociales. ¿Que sólo lo hace para asegurarse el voto de toda esa masa de gente que antes no podía votar? Ya, ya lo sé, pero no deja de parecerme una buena acción, aunque el propósito no lo sea.

En cuanto a si es un idealista... bien que va por el camino de las nacionalizaciones, como por ejemplo la minería. Así que el parecido con Zapatero, aunque razonable... no me termina de convencer. Zapatero es un iluminado convencido de su misión, mientras que Morales es más tipo Obama, que por un lado rezando y por el otro con el mazo dando. Así que me sigue dando más miedito Zapatero, además de porque nos toca más de cerca, claro.