De Jacques Duèze, Papa a principios de siglo XIV con el nombre de Juan XXII, se cuentan muchas anécdotas, la mayor parte de las cuales denotan una desfachatez mal conciliable con la naturaleza de su cargo. A decir de las malas lenguas, el pontífice gustaba mucho de rodearse de cortesanos lisonjeros que hicieran loa de sus méritos sin importarle demasiado la veracidad de los mismos. No obstante, cuando los aduladores rebasaban el límite de lo creíble, el Papa los reprendía con equívoca suavidad:
"Me adulas, pero me gusta."
Todos quedaban satisfechos. Los aduladores recibían de tanto en cuanto recompensas que estimularan su peloteo. Su Santidad escuchaba las loas que tanto apreciaba sin que nadie le tuviera por crédulo, inocente o tardo.
Cómo reacciona doña Bibiana Aído, Ministra de Igualdad y revolucionaria del idioma, cuando un fragmento de su prosa es seleccionado para evaluar la comprensión lectora de los alumnos en el examen de selectividad es cosa que, de momento, se ignora.
Los motivos del examinador lisonjero son también difíciles de evaluar. En tiempos de Jacques Duèze hubiera podido aspirar al cardenalato. En estos tiempos de laicidad rampante es difícil que pase de monaguillo en el próximo "bautizo laico".
3 comentarios:
La verdad es que tienen poco donde escoger para hacer la pelota. Quizás González-Sinde, que es guionista.
Qué nivel, Maribel.
La auténtica pelota se ha hecho siempre a la perfección en España.
Pues a mi me parece una putada para los pobres estudiantes que su nota de Selectividad dependa de entender un discurso de Bibiana Aído, la verdad. Somos los ya licenciados, y de vez en cuando no sabemos qué demonios ha querido decir...
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