Gustaban los espiritistas del XIX de vincular la energía eléctrica con las manifestaciones del espíritu. Claro que, por aquellos entonces, la electricidad era todavía un prometedor misterio y no un alimento envasado para bombillas de incandescencia.
Anoche me acordé de aquellos farsantes encantadores. Estaba empleando mi ordenador como reproductor de música, pluriempleo que con frecuencia le asigno, cuando, coincidiendo con el último compás de una pequeña y maravillosa rareza musical (1), se fue la electricidad en toda la calle.
Tal vez mis emociones no den para tanto, pero fue bonito dormirse pensando que sí.
-ooOoo-
(1) "Red Iron Ore". Vivien Richman Sings Folk Songs of West Pennsylvania. Folkway Records. 1959
5 comentarios:
¡Magia! Es como cuando pones la radio y justo suena tu canción preferida, pero al revés.
Bueno, pues había convención de espíritus anoche en Brasil y Paraguay... que ni despues de abrirse la cámara de los cazafantasmas, oye...
Be:
Me gusta la magia. ¿Puedo dar vida a un homúnculo?
Gato:
Es que por allí, con tanto vudú y tanta gaita hay mucho fantasma desatado.
Gran reflexión para irse a dormir, a fe.
Vos lo negaréis, mi querido Capi, pero sois un romántico incorregible... (Lo cual me alegra).
Besitos
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