En sus años de juventud, el poeta nicaragüense Rubén Darío gustaba de recrearse escribiendo versos de sonora pero críptica belleza. Famoso por ambos conceptos es el "Responso" que dedicó al poeta francés Paul Verlaine, uno de cuyos versos contiene el desconcertante deseo siguiente:
"¡Que púberes canéforas te ofrenden el acanto!" (1)
De aquella frase, comentó un guasón, se entendía el "que".
Pues bien, estaba leyendo yo las declaraciones de Mariano Rajoy en la Convención del PP en Barcelona, cuando he topado con la afirmación siguiente:
Y yo, que soy así de malo, no he podido reprimir la apostilla:
- ¡Pobriño mío! A esa declaración le sobra el "lo".
-ooOoo-
(1) Si les pica la curiosidad, la frasecita no va más allá de desearle al difunto una ofrenda de plantas ornamentales portada por jovenzuelas con cestas.
5 comentarios:
Jo, hablar de Rajoy y de difuntos en el mismo sitio es un poco malicioso, ¿no?
¡Que lo diga sin el "lo"! por favor
Un tanto perverso el señor Rubén...
Bueno, Capi, siguiendo mis ancestrales costumbres (jejeje) acabo de leerme los post de retraso y responderlos convenientemente... La cosa empieza con la canción añosa y esa emoción capaz de provocar un apagón...
Besitosssssss
Enrique Acebes:
Yo soy muy malicioso.
Bwana:
No caerá esa breva.
Esther:
Un poco putero todo lo más.
El guasón era Don Enrique Jardiel Poncela. Un genio del humor que hemos olvidado porque nos interesan más los mediocres que los genios.
Salud!
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