Comoquiera que el asunto aquel de los portugueses mudos no me atraía demasiado, decidí que era preferible asistir a la obra que se escenificaba en el Institut Français de Madrid. Obrando de este modo, si no me gustaba la representación, siempre tendría el consuelo de haber practicado el francés.
Un día más tarde, estoy en condiciones de afirmar que mi intelección del idioma transpirenaico depende sobremanera del acento que manifieste el actor que declame. Con determinados acentos, podría transcribir cada frase; con otros, me parece estar escuchando un poema en ucraniano.
Es una deducción que tiene bastante mérito. "Je suis une princesse, bordel !" es un monólogo.
Un día más tarde, estoy en condiciones de afirmar que mi intelección del idioma transpirenaico depende sobremanera del acento que manifieste el actor que declame. Con determinados acentos, podría transcribir cada frase; con otros, me parece estar escuchando un poema en ucraniano.
Es una deducción que tiene bastante mérito. "Je suis une princesse, bordel !" es un monólogo.
3 comentarios:
Para mí el mérito está en meterse a ver un monólogo en francés. Quel rouleau...
¿? qué le pasa a estos comentaires? acabo de publicar y no sale...
Pues el comentario se ha subido. Habrá pasado por París a comprar croissants.
Publicar un comentario